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UNOS ARRIEROS Y OTROS BANDOLEROS


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2012  •  Tesis  •  3.536 Palabras (15 Páginas)  •  397 Visitas

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RESUMEN

UN ENCARGO:

Don pedro me pidió que le confiara a él un viejo amigo suyo que escribir un libro y sembrar un árbol yo he podido solo cumplir uno y también que escriba el libro por él.

Bueno le respondí que si algún día cumpliría su encargo, no me vallas a fallar acoto con buen humor mi anciano amigo. Ahora ya cruce la frontera de medio siglo y acabe de cumplir lo que mi dilecto amigo me encargo de escribir un libro pero no obstante mis claras limitaciones en el campo de la literatura tienen mi buen criterio de tal modo que la construcción del tinglado narrativo que exenta del menor resquicio de mediocridad y mal gusto, bueno eso espero.

UNOS ARRIEROS Y OTROS BANDOLEROS:

Como no llovía dos años cada vez se hacía más remota la posibilidad de siembra, peor obtener el salario que asegurara el sustento de sus proles.

Ya era tiempo de lluvia pensaba pedro pero no llovía entonces lo mejor era buscársela por otros lares más que la situación se hacía cada día más difícil, pensó si la hago de varios oficios pero no nada no podía sentirse seguro de hacerlo más que con lo pocos patrimonios domestico que contaba no iban a hacer suficiente para mantener a su familia, su futuro se le presentaba muy incierto pero como él era una persona luchadora.

Tomando desayuno se le vino a la idea el atracón de caballas con el que se había lastimado en su desayuno que si llevando caballas saladas a la sierra le podría ir bien ya que en la sierra estaba bien valorizado el pescado entonces el reunió a su familia y puso en marcha su nuevo negocio que haría pero lo tenía bien calculado todo porque la caballas lo conseguiría con los de su compadre quien era un pescador fue en busca de su compadre le dio el encuentro justo cuando llegaba a su casa al llegar le conto sobre lo que tenía en mente hacer entonces su compadre contesto con un “como no” entonces el empedrio su cargamento lleno de caballas hacia la sierra al partir fue despedido por su familiares yendo a la sierra en el camino se hospedo en el hospedaje otero con quien hizo buenas migas así otero le conto que en el camino existían dos layas de bandas de diferentes propósito pero él le ayudo contactar con un mercader canchero quien conocía bien el camino se llamaba Raúl castillo entonces emprendiera el camino directo hacia la sierra con Raúl avanzaban kilómetros cuando por el sauce en unas de las crestas más altas del cerro apareció un grupo de jinetes que eran de su gente de Froilán alama pero como ellos conocían a Raúl todo paso como si nada conversaron con Froilán quien conoció también a pedro entonces siguieron su rumbo cuando llegaron ayabaca ahí acabaron de vender su mercadería justo en ayabaca había fiesta de la portentosa imagen del señor cautivo patrón de ayabaca luego enrumbaron de regreso ya habían vendido su totalidad de mercancía Raúl volvió a invertir su dinero en mercancía para al regresar pueda venderlo en su pueblo pedro en cambio no al regresar pedro a su casa ya contento con lo que había logrado fue recibido con alboroto en su casa su suegro don Timoteo le pregunto cómo le fue al igual que su familia pedro contando todo pero con un poco se le pasaba la mano su familia le escuchaba mientras su suegro soltaba carcajadas pero pedro lo miraba no sabía si su suegro se ríe por las aventuras que había pasado o simplemente lo estaba conjudiando.

FROILAN ALAMA, EL JUSTICIERO:

Era un bandolero que le gustaba ayudar a los pobres pero que muy perseguido por sus perseguidores, el acostumbraba ir a tomar un café en la cafetería de Teodoro pulache donde se expendía el mejor café exquisito, a Froilán alama se le conocía mucho por el uso de su arma por que donde ponía el ojo ponía la bala era un cholo de mediana estatura por su contextura recia semejaba un tronco de algarrobo.

QUE TAL SI TRAIGO LAS PIÑAS:

Pedro se sentía muy orgulloso por su inclusión en los negocios está revisando sus cuentas para rendírselo a su compadre Teófilo vite su socio entonces pedro emprendió su segundo viaje pero con dos arrobas más de caballas pero pudo llevarlo gracias a Teófilo que le presto otro burro fue igual como el viaje anterior en el camino también fue por el hospedaje de otero pero esta vez sí encontró un inquilino, era un colega suyo que llevaba leña para vender en Sullana.

En la noche emprendieron una conversación como contando su anécdotas cada uno, luego comenzó a contar el leñador todo comenzó en una peñita era en un caserío, el llevaba su leña asta Sullana que cortaba de claro en claro su rutina era llevar la leña venderla y luego retornar sin mayor demora a su pueblo para retomar la rutina, traía el dinero obtenido de la venta pero nunca se le dio por reinvertirlo de nuevo comprando alguna mercancía para que pueda comercializarlo por el camino el siguió contando pero un poco ya más acelerado gracias al brindis que hicieron el leñador siguió dice que un día un vendedor de fruta le animo a reinvertir en piñas o plátanos pero el eligió los plátanos menos bulto de regreso con la mercancía de plátanos a una legua más o menos le faltaba para su destino cuando lo interceptaron dos jinetes que aparecer eran dos asaltantes le comenzaron a pedir la plata pero él no tenía nada porque todo lo invirtió en la mercancía de plátano lo asaltantes se cansaron de pedirle decidieron que se quite la ropa pero igual así no encontraron nada de dinero porque todo él lo había invertido, revisaron los plátanos igual no había nada luego el jefe dijo con qué plátanos de seda no, empújale uno por atrás paquee otra vez no se gaste la plata, después los asaltantes se fueron y ahí el leñador atino a decir si traía las piñas en la conversación a lo que respondieron no lo entraban ni de vainas respondió pedro y soltaban carcajadas, ramón a tenío a decir creo que es hora de ir a dormir musito ramón mañana tienen que madrugar.

Tu no pregunto raul.

EL CERRO ENCANTADO:

Pedro que cada vez cosechaba más amigos en su viaje, llevando mercadería avistaron el cerro de rocas rojas. Sentían mucha satisfacción estar ahí porque se hablaba de mucha travesía.

Ramón otero y pedro Sandoval ya tenían un relación muy amical mientras conversaban, pedro había escuchado que el foráneo que subía al cerro acompañado de una tambograndina no tenía escapatoria y terminaba casándose con ella.

Mientras ramón respondió eso es cierto porque si un varón tambograndino le gusta una paisana, se da maña para subir hasta la cruz con ella para que así le caiga, es poderoso el cerro

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