CIENCIA Y SOCIEDAD

RESUMEN

La neutralidad valorativa de la ciencia y la tecnología dice que la ciencia y la tecnología no son buenas, ni malas por sí mismas depende de como se usen.

Para está concepción, los conocimientos científicos y la tecnología solo son medios para obtener fines determinados, los problemas éticos surgen ante la elección de los fines que persiguen. Pero ni los científicos, ni los tecnólogos son responsables de los fines que otros elijan. Estos son fines los escogen los intereses políticos o militares por nombrar algunos.

La concepción de neutralidad valorativa de la ciencia se basa principalmente en la distinción entre hechos y valores. Esta concepción supone que las teorías científicas tienen el fin de describir y explicar hechos, que no suponen hacer juicios de valor ante esos hechos. El papel de la tecnología es el ofrecer los medios adecuados para obtener fines determinados.

A esta concepción se opone otra que propone un análisis según el cual la ciencia y la tecnología ya no pueden concebirse como indiferentes al bien y el mal. La razón es que la ciencia no se entiende únicamente como un conjunto de proposiciones de teorías, la tecnología no se entiende como un conjunto de artefactos o técnicas. Bajo esta concepción se busca situarlas dentro de un sistema de acciones internacionales que influyan a los agentes que deliberadamente basan ciertos fines en función de intereses para lo cual se pone en juego creencias, conocimientos, valores y normas. Los intereses, los fines, los valores y las normas forman parte también de esos sistemas, y sí son susceptibles de una evaluación moral.

Los sistemas técnicos pueden ser condenables o loables, según los fines que se pretendan lograr mediante su aplicación, los resultados que de hecho produzcan, y el tratamiento que den a las personas como agentes morales. Por lo tanto la ciencia y tecnología no son éticamente neutrales.

Las teorías antes mencionadas suponen que todos los daños son predecibles, pero en las innovaciones tecnológicas no es posible predecir todas las consecuencias, pero tampoco se puede evitar el desarrollo tecnológico, solo queda aceptarlo y sobre la marcha corregir los resultados indeseables.

La tecnología y la ciencia carecen de las bases de la certeza absoluta que se creía, para lo cual es necesario confrontar puntos de vista e intereses para establecer una base mínima de acuerdos.

La comunidad científica y la tecnología tienen una responsabilidad para que la opinión pública pueda confiar razonablemente en ella, dando a conocer los procedimientos, su confiabilidad y sus limitaciones, difundiéndose ampliamente y dejando que el público decida la suerte de la tecnología.

En conclusión se puede decir que: “darse cuenta” no equivale a saber.

...