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LA TERMODINÁMICA Y LA ECONOMÍA


Enviado por   •  20 de Mayo de 2012  •  1.068 Palabras (5 Páginas)  •  1.260 Visitas

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LA TERMODINÁMICA Y LA ECONOMÍA

Llevo un tiempo leyendo (a ratos) el libro del economista Jeremy Rifkin “La Economía del Hidrógeno“. Tuve ocasión de leer un artículo de este autor (de un tema completamente distinto) y me llamó la atención su trabajo. El libro, publicado en 2002 habla de la transición a nuevo modelo energético basado en el vector hidrógeno como medio de almacenamiento de la energía producida a partir de fuentes renovables. Este modelo plantea la autonomía energética de las naciones al no depender de combustibles fósiles provenientes de regiones en conflicto, y reta a construir un nuevo modelo económico. Jeremy Rifkin hace tiempo que habla de la tercera revolución industrial.

El caso es que en el tercer capítulo del libro “La energía y el auge y caída de las civilizaciones” hace un planteamiento interesante, y es que, por encima del dinero, es la energía la que mantiene nuestro nivel de vida, y es la capacidad de gestionar los flujos de energía la que determina que una región prospere o decaiga. Hablar de flujos de energía significa adentrarse en las leyes de la termodinámica, que a fin de cuentas son las que dictan las normas para el uso de la energía. Resulta curioso que un economista se meta en conceptos propios de físicos y químicos, y es precisamente eso lo que me ha llamado la atención del libro, que es capaz de explicar esos conceptos que a mí me enseñaron en forma de expresiones matemáticas y números como algo más asequible a personas con menos base científica.

Copia a continuación un extracto de este capítulo.

La primera y la segunda ley de la termodinámica establecen que “la energía total que contiene el universo es invariable y la entropía total aumenta constantemente”. La primera ley, según la cual la energía total contenida en el universo es invariable, recibe a veces el nombre de ley de la conservación. Significa que la energía ni se crea ni se destruye. La cantidad de energía contenida en el conjunto del universo permanece fija desde el origen de los tiempos y seguirá así hasta el final de los mismos. Todos los seres humanos que han nacido y todas las cosas que los seres humanos han construido en el curso de la historia son energía que ha sido transformada de un estado a otro. (…) Cuando un ser humano muere y se descompone, así como cuando nuestros objetos materiales se desintegran, la energía que se libera encuentra su camino de vuelta a la naturaleza.

Aquí es donde entra en juego la segunda ley de la termodinámica. La energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma constantemente, pero siempre lo hace en una dirección: pasando de disponible a no disponible. Si quemamos un trozo de carbón, por ejemplo, la energía permanece, pero se transforma en dióxido de sulfuro, dióxido de carbono y otros gases que se liberan en el espacio. No se ha perdido ninguna cantidad de energía en el proceso y, sin embargo, ya no podremos volver a quemar jamás ese pedazo de carbón y convertirlo en trabajo útil.

La segunda ley dice que siempre que la energía se transforma, una parte de la energía disponible se pierde en el proceso, es decir, ya no está en condiciones de realizar trabajo útil. Esta pérdida de energía aprovechable

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