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Proyecto De Cultura Y Escultura


Enviado por   •  26 de Abril de 2015  •  1.172 Palabras (5 Páginas)  •  203 Visitas

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De Esculturas y Culturas…

Sala de tres. T.M.

Fecha: 20 de octubre al 15 de noviembre

Debes amar la arcilla que va en tus manos

Debes amar su arena hasta la locura

Y si no, no la emprendas que será en vano

Sólo el amor alumbra lo que perdura

Sólo el amor convierte en milagro el barro.

Silvio Rodriguez

Fundamentación:

¿Por qué la educación artística en la escuela?

La expresión artística suele estar presente cotidianamente ya que el niño pequeño respira arte, lo inventa, a veces aún en condiciones adversas crea situaciones artísticas.

El lugar marginal que suelen ocupar las artes en el curriculum escolar, explica Eisner, se debe al tradicional predominio de ideas erróneas sobre la cognición y la inteligencia. A partir de la distinción platónica entre mente y cuerpo, el campo de la educación ha girado en torno de una falsa dicotomía entre el pensamiento abstracto y la experiencia sensorial, entre la inteligencia y el talento, entre la ciencia y el arte.

Es hora de cambiar de perspectiva, nos dice Eisner en La escuela que necesitamos, de reconocer que "la mente y los sentidos son una sola cosa, y no dos

Creemos que hacer arte en la escuela no sólo es significativo sino además el gran paso para desarrollar un aprendizaje de independencia e identidad cultural y autonomía en el desarrollo de la personalidad.

“El arte es una actividad dinámica y unificadora, con un rol potencialmente vital en la educación de nuestros niños. El dibujo o la construcción constituyen un proceso complejo en el que el niño reúne diversos elementos de su experiencia para formar un todo con un nuevo significado.

Para el niño el arte es un medio de expresión, un lenguaje del pensamiento”

Viktor Lowenfeld

La posibilidad lúdica que les proporciona el proceso de construcción:

El juego espontáneo con los materiales es natural en el ser humano. Para los niños es natural relacionar las formas con el espacio real, por ello la organización espacial en la tercera dimensión supone una afirmación de su percepción real del mundo. En la construcción, el niño establece relaciones directas entre sí y los objetos, satisface su curiosidad, juega con los materiales, ejerce su voluntad desplazando y ordenando las piezas de acuerdo con su imaginación y su fantasía. Así, del mismo modo que él sube a un mueble, así coloca una caja encima de la otra, y se identifica con ese objeto elevándolo, vive por proyección sus propias sensaciones de escalar, subir, bajar, del peligro vencido, del vértigo y del dominio.

Mediante el equilibrio construye, levanta, organiza, despliega en extensión sobre una superficie los elementos de la construcción: cubos, cajas, materiales de desecho. Mediante el hueco o los intersticios resultantes puede observar lo que hay más allá de si mismo, acotando espacios próximos o interpretar circunstancias referidas a otros espacios más alejados. Pero siempre es el juego el aglutinante de estas acciones, igual que juega con sus amigos, lo hace con los objetos con los que construye. En edades tempranas, el niño experimenta sin una intencionalidad expresiva porque solo está jugando, incluso es muy corriente que, mientras construye, hable con los objetos, emita sonidos onomatopéyicos, mezcle juguetes y construcciones.

Salir de la escuela, volver enriquecidos

Las salidas escolares constituyen una fantástica oportunidad para producir u obtener materiales valiosos y significativos para incluir en las paredes del aula. Pero, además, salir de la escuela implica ponerse en contacto con otros lugares, con otros modos de concebir el espacio, con otras “poéticas”. Tanto los contenidos como los modos de organizarlos enriquecen y extienden el horizonte de los contenidos culturales que pueden introducirse en la escuela. Incluir en las paredes del aula registros, representaciones, mapas, folletos, dibujos, fotos vinculadas con las salidas y discutir acerca de cómo exhibirlos permitiría convertir las paredes del aula, parafraseando a Bruner, en “puertas de la cultura”.

Y así no solo se modifica el espacio, sino también los modos de verlo. Mirar cuadros, observar e interrogar objetos, pasear por las calles de la ciudad, visitar edificios concebidos en otro siglo, ver espectáculos son acciones que nutren y enriquecen la cultura visual de nuestros alumnos y que les permiten construir nuevos significados. Pero, a su vez, en un movimiento espiralado, esta mirada enriquecida del mundo que traen los alumnos

les posibilita volver a reinterpretar su espacio de trabajo cotidiano.

Se trata en definitiva de ampliar los horizontes de la escuela y establecer

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