Autocuidado Y Seguridad Como Valor De Vida

“SEGURIDAD” como valor de vida.

Abordar la seguridad como una exigencia auto- personal en las distintas manifestaciones de la sociedad es, por decirlo menos, bastante compleja.

El hombre desde su existencia y para proteger su supervivencia, ha sido objeto de las más abrumadoras dificultades y ello lo ha llevado a la inventiva para defender su integridad y la de su familia.

De hecho el instinto de conservación junto a la inteligencia, han formado parte de las más sencillas y complicadas estrategias para salvaguardar el amor por la vida, fin último de su existencia.

¿Cómo, entonces debo valorar la seguridad como requisito fundamental para evitar al máximo los eventos que atenten contra la integridad mía y de mi familia?

La combinación, prudencia-capacitación, serán los primeros pilares. Desde luego que, la capacitación tendrá que ser permanente buscando siempre la excelencia en cuanto a la aprehensión de las normas más rigurosas exigidas por los estándares internacionales.

La preparación psicológico-afectiva, sería, en segunda instancia, dos elementos que se conjugarían con los primeros para los efectos de un desarrollo laboral optimo, no sólo en el rendimiento sino en la protección de mi familia, obviamente de mí, e incluso de mis compañeros y de todos aquellos factores humanos y materiales que me rodean.

La salud, es requisito “SINE QUA NOM” y de seguro, el motor orgánico y físico en cualquier actividad, sobre todo si se tienen responsabilidades que son impostergables ante el desafío de un rendimiento óptimo y seguro.

La persona que en cualquier tópico de sus realizaciones deje para otras lo que es de suyo compromiso, estaría en inminente riesgo, y entonces, se veria abocada a un rotundo fracaso y la seguridad estaría en permanente peligro.

Luego, si dejo a alguien que piense por mí, no necesitaría esforzarme, y con esta premisa, la esencia de lo que quiero se volvería un caos y el resultado, naturalmente seria impredecible.

La seguridad no puede ser la teorización de unas normas basadas en el discurso, sino en la realización de prácticas electivas y que provean el desarrollo científico-laboral ajustado a los principios internacionales y en defensa de la integridad de todas y cada una de las personas.

Un trabajador sano, prudente y responsable, es el primer paso para alcanzar una verdadera seguridad como un valor inalienable.

Ser seguro, implica desarrollo, certeza, rendimiento y cumplimiento.

Debemos pensar en el autocontrol y la autoprotección como la capacidad de las personas para elegir libremente la forma segura de trabajar, de cuidar de sí mismo en el trabajo. Es administrar nuestras emociones negativas o impulsos traicioneros que nos pueden llevar a actuar riesgosamente

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