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ESBOZO CRÍTICO A LA RETÓRICA DE LA INTEGRACIÓN


Enviado por   •  9 de Octubre de 2018  •  Ensayos  •  2.900 Palabras (12 Páginas)  •  167 Visitas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMÓN RODRIGUEZ

NÚCLEO REGIONAL DE EDUCACIÓN AVANZADA CARACAS

MAESTRÍA EN CIENCIAS ADMINISTRATIVA

MENCIÓN GERENCIA PÚBLICA

UNIDAD CURRICULAR

FORMULACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS

Elaborado Por:                            

José Luís Ascanio Vallenilla

CI: 8.256.633

ESBOZO CRÍTICO A LA RETÓRICA DE LA INTEGRACIÓN

Y EL DESARROLLO

CARACAS, MAYO 2018

Introducción

En la dinámica político-económico latinoamericana desde finales del siglo pasado, uno de los temas más comunes entre la clase política es la arraigada idea que la integración regional es una suerte de panacea que, de aplicarse, debería permitir, de un modo casi mágico y automático, el crecimiento y el desarrollo económico y la solución de buena parte de los problemas de toda índole en la región. El asunto es que llevamos más de medio siglo inmersos en este proceso sin que hasta el momento sepamos hacia dónde vamos. En general falta definir el sujeto de la integración, es decir, ¿integrar para qué? y cómo debe producirse la integración. ¿responde a los verdaderos intereses de desarrollo de la región? Al tratar de hacer una referencia histórica en relación a ella nos podemos encontrar que parece ser más retórica e idealización que realidad.

Contexto Histórico

La Monarquía regida por los Reyes Católicos (Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla) sentó la base política, económica y cultural de nuestro país en el devenir histórico de lo que hemos conocido como la edad moderna. La política económica española de tutelaje, extracción, saqueo y explotación destructiva de nuestros suelos logro asentarse en el país por más de trescientos años, pero ésta dejo resquicios culturales que hasta nuestros días persisten. Hasta bien entrado el siglo veinte, la economía venezolana se centraba en la producción agropecuaria, siendo los principales productos de exportación: el café, el cacao, la ganadería, el azúcar, el tabaco y caucho, pero a partir del año 1920 las exportaciones agrícolas disminuyen generando una transición que constituye un hito significativo para la economía nacional. A partir de 1920 hasta 1935 se afianzó el perfil minero[1],   exportador en la economía nacional y también se hizo evidente la transformación de la sociedad venezolana. Para 1929, Venezuela fue el segundo mayor productor de petróleo (solo por detrás de Estados Unidos), a partir de allí el sector petrolero comenzó a dominar la actividad económica del país sin visión de diversificación y desarrollo sustentable y sostenible.

En la actualidad, Venezuela en el aspecto económico, está intentando migrar desde hace dieciséis años del modelo de libre mercado, a un nuevo modelo económico, al cual ya se ha definido y dimensionado como: “Modelo Económico Socialista Venezolano”, la migración a este propio y nuevo modelo ha sido difícil conseguir debido a factores de considerable importancia, entre ellas: Paro Petrolero de 2002-2003, promovido y gestionado por grupos de presión, constituidos por las Cámaras Patronales de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), Fedecámaras y la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV). Otro suceso significativo que además podemos agregar a todo esto es la crisis Financiera, vinculada al sector bancario e inmobiliario en los Estados Unidos de Norteamérica, desencadenada el 9 de agosto de 2007 y cuyas repercusiones siguen afectando las economías del mundo y la región.

El proceso de migración al Modelo Económico Socialista toma en cuenta una serie de medidas con vistas a promover y consolidar la diversificación de las actividades y recursos económicos con los cuales cuenta el país. Éstas medidas consisten en la suscripción de convenios de integración económico-tecnológica y cuya finalidad, es orientar a la nación a trascender el modelo actual. Las áreas fundamentales de planificación y desarrollo que impulsa el Gobierno venezolano, consiste en la creación de tres zonas de Desarrollo Estratégico Nacional constituido por: la Faja Petrolífera del Orinoco, la Faja Pesquera y el Arco Minero. En el proceso se ha logrado concretar algunos acuerdos, entre los que podemos señalar como ejemplo a los convenios estratégicos entre PDVSA-ROSNEFT, filial petrolera rusa para la inversión de 500 millones de dólares adicionales en la faja petrolífera que implica un 40% de participación accionaria rusa en la empresa mixta Petromonagas, así como también, en el Proyecto Mariscal Sucre. Por otra parte, se activaron nuevas estrategias para el sector farmacéutico, petroquímico y minería, en el que han manifestado su deseo de unirse al proyecto empresas de origen ruso, canadiense, británico, surafricano, estadounidense, chino y australiano, más, sin embargo, cabe preguntarse ¿Cuál es el alcance real que tendrán éstas iniciativas? ¿Cuál es el nivel de reciprocidad para nuestro desarrollo?

¿La Integración para el Desarrollo?

¿Qué es la Integración?

Integración económica es el término usado para describir los distintos aspectos mediante los cuales las economías son integradas, también se conoce como el modelo por medio del cual los países pretenden beneficiarse mutuamente a través de la eliminación progresiva de barreras al comercio. Entre las diversas modalidades de integración podemos dar cuenta de los siguientes:

  1. El regionalismo abierto.
  2. La integración positiva.
  3. La integración negativa.
  4. El regionalismo Postliberal.

Regionalismo abierto[2] se refiere a ''conformar mercados regionales relativamente abiertos -aunque manteniendo un margen preferencial para los socios, basados en una liberalización amplia en términos de sectores y de países, la estabilidad macroeconómica, con políticas activas y marcos reguladores que promovieran una "competitividad auténtica", basada en la transformación productiva y la incorporación del progreso técnico, y no en una "falsa competitividad". (Sanahuja, 2007: 78). Sin embargo, al final del siglo pasado y el principio de este siglo, comenzaron a evidenciarse señales de agotamiento del regionalismo abierto, entre las razones podemos señalar: los resultados de la ‘integración negativa' (eliminación de barreras al comercio) fueron desiguales entre los países mientras que el nivel de 'integración positiva' (centrada en la creación de instituciones y la promoción de políticas comunes, junto con una cooperación más intensa en ámbitos no comerciales) se mantuvo bajo y débil (Chaves García, 2010: 32). Ejemplos de proyectos de regionalismo abierto en América del Sur son el Mercosur y la CAN. Tinbergen (1969) distingue entre integración negativa e integración positiva: las medidas negativas suponen eliminar los obstáculos que separan las economías, por ejemplo, suprimir los aranceles entre países miembros; las medidas positivas entrañan mecanismos de cooperación, por ejemplo, armonizar políticas macroeconómicas, que se van ampliando conforme la integración avanza y que resultan más complicadas de poner en práctica.

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