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1 Martinez Miguel Mitos De La Ciencia


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2012  •  3.561 Palabras (15 Páginas)  •  1.167 Visitas

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Mitos e ilusiones en la ciencia

 

Miguel Martínez Miguelez

Universidad Simón Bolívar

La ciencia tradicional siempre se ha enorgullecido de ser rigurosa en sus procedimientos. ¿Lo es plenamente, de verdad? Un análisis sistemático y crítico hace ver que tiene graves debilidades que a menudo se disimulan con un dogmatismo metodológico y, otras veces, hasta con un fanatismo indigno de los medios académicos. Veamos brevemente algunas de estas debilidades.

 

NO TENEMOS EVIDENCIA DE RELACIONES CAUSALES

El ataque más conocido contra la clásica noción racionalista de la causalidad como vinculación de las cosas, fue realizado por David Hume. Hume afirma que todo lo que la experiencia puede hacernos ver es una conjunción de propiedades de las cosas (vemos el rayo y oímos luego el trueno), nunca una conexión causal, y que el concepto de causalidad se apoya únicamente en una sucesión regular y en nuestra fe animal; que nada podemos saber acerca de una relación causal real o necesaria, porque no tenemos experiencia de nada a lo que podamos llamar la relación causal, sin tener a la vista ningún fundamento que la apoye. De esta manera, lo que se da en nuestra mente es una especie de mecanismo creador de hábitos: la asociación de ideas se reforzaría con la repetición, y por ello nos resulta natural esperar que las conjunciones de fenómenos que hayamos experimentado en el pasado se presenten del mismo modo en el futuro. Así pues, las leyes causales no serían sino una expresión de los hábitos y, por lo tanto, no habría razones distintas de las psicológicas para afirmar que la causalidad existe en la naturaleza. Hume no dice que estamos equivocados al creer que existan relaciones causales: lo que dice es que nos equivocamos al considerarlas algo más que creencias (Wartofsky, 1976, págs. 404-405).

¿Cómo debemos entender la frecuente afirmación de que la física moderna ha "derribado" el concepto de causalidad, que la asignación de una causa es una empresa "cargada de teoría", que en la física teórica "la auténtica noción de causa ha sido prácticamente exorcizada"? (Hanson, 1977, pág. 32).

En 1927, Heisenberg demostró que toda descripción de la naturaleza contiene una incertidumbre esencial e inamovible. Así, cuanto más cuidadosamente intentamos calcular la posición de una partícula elemental, por ejemplo, un electrón, menos seguros estaremos de su velocidad. Cuanto más exactamente intentemos estimar su velocidad, menos seguros estaremos de su posición exacta. Por lo tanto, jamás podremos predecir el futuro de una partícula con absoluta seguridad, porque en realidad no podemos estar completamente seguros de su presente. La anterior no es sólo una imposibilidad técnica, es también una imposibilidad conceptual.

Este hecho es interpretado por muchos autores como la bancarrota del determinismo físico. El principio se aplica a partículas y acontecimientos microscópicos; pero estos acontecimientos tan pequeños no son, en modo alguno, insignificantes. Son precisamente del tipo de acontecimientos que se producen en los nervios y en el cerebro, como también en los genes, y, en general, son la base que constituye toda materia del cosmos y todo tipo de movimiento y forma de energía.

Las leyes causales no pueden demostrarse de manera empírica, pero la gran mayoría de los científicos sigue pensando causalmente, y cuando hablan de una relación entre p y q es porque creen que p de alguna manera causa q, aunque no haya ninguna evidencia de que así suceda. Por ejemplo, en los movimientos de los cuerpos con gravitación mutua, no hay nada que pueda llamarse causa y nada que pueda considerarse efecto; sólo hay un sistema y una fórmula que designa la relación entre ellos.

Bertrand Russell señala que la palabra "causa" se encuentra muy ligada con asociaciones engañosas, y la razón de que la física haya cesado de buscar causas es que, en realidad, no hay tales cosas: "...la ley de causalidad (...) es una reliquia de una edad pasada que sobrevive, como la monarquía [inglesa], sólo porque se supone, erróneamente, que no hace daño" (1953, pág. 387).

Abraham Maslow, al referirse a las explicaciones multicausales en el dominio de las ciencias humanas, comenta irónicamente:

la bola de billar no es ahora golpeada sólo por otra, sino por diez de manera simultánea, y tendremos simplemente que usar una aritmética algo más complicada para entender lo que sucede (...). Es, de una manera particular, en los datos de la personalidad donde esta teoría se derrumba en la forma más completa. Resulta fácil demostrar que dentro de cada síndrome de la personalidad existe una relación diferente de la causal. Es decir, si usamos el vocabulario causal tendríamos que decir que cada parte del síndrome es, al mismo tiempo, una causa y un efecto de cada una de las otras partes, como también lo es de cada grupo formado por estas otras partes y, aún más, tendríamos que decir que cada parte es causa y efecto del todo de que es parte. Tal absurda conclusión es la única posible si usamos solamente el concepto de causalidad (1970, pág. 300; las cursivas son nuestras).

Si tenemos en cuenta el viejo aforismo de que scientia tantum valet quantum probat y el hecho de que las leyes causales no se pueden demostrar, nos encontramos ante una alternativa: la de escoger entre la ciencia y la causalidad. Bronowski, en relación con este dilema, afirma que, puesto que la causalidad

.no es más que uno de los instrumentos de la ciencia, nos parece absurdo aferrarse a ella ciegamente cuando parece con toda evidencia que no funciona ya como instrumento. Desde luego, cada uno es libre de preferir su artículo defefavorito (...) Pero, no creemos que esta fe sea algo más que un apoyo confortable y de rutinaria superstición" (1978, pág. 81; las cursivas son nuestras).

De la misma manera que el mecanicismo tuvo que retirarse ante su incapacidad de dar explicación científica del mundo hace casi doscientos años, con la llegada de la física cuántica el determinismo y la causalidad tienen que ser abandonados o, cuando menos, redefinidos por completo.

En el campo de las ciencias humanas y, sobre todo, de su metodologia, quizá la tarea inmediata consista en redefinir términos. Los términos "ley", "medida", "variable dependiente", etc., que juegan un papel central, deberán ser definidos nuevamente. Las explicaciones causales y otras explicaciones que se apoyan en análisis estadísticos, y que participan del mismo

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