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Virus de Еpstein-Вarr


Enviado por   •  28 de Mayo de 2012  •  Trabajos  •  1.537 Palabras (7 Páginas)  •  418 Visitas

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VIRUS DE EPSTEIN-BARR

El virus de Epstein-Barr o Herpesvirus humano 4 pertenece a la familia de los herpesvirus, subfamilia de los virus linfoproliferativos por mostrar especificidad por los linfocitos B. El nombre “herpes” procede del griego herpes, herpetos, “reptar”, dado el aspecto de las lesiones del herpes febril.

Al grupo de los herpesvirus pertenecen una gran cantidad de agentes patógenos que presentan el mismo aspecto externo y, sin embargo, pueden producir cuadros clínicos distintos. El virus del herpes simple (VHS), del que hay dos tipos, produce pápulas en labios y órganos genitales, encefalitis y, a los recién nacidos, una infección por herpes. Por su parte, el virus varicela-zoster causa la varicela en la primoinfección y, si se reactiva, el llamado herpes zoster. El citomegalovirus, otro virus de esta familia, causa en pacientes inmunodeprimidos una afección general que puede ser mortal. Asimismo el virus de Epstein-Barr causa la llamada mononucleosis infecciosa o la leucoplaquia peluda y se le relaciona con ciertos carcinomas: El linfoma de Burkitt, el cáncer nasofaríngeo, linfomas B en individuos inmunodeprimidos, y el linfoma de Hodgkin. En el año 1986 se logró aislar el herpesvirus humano 6, causante, entre otras, de la llamada “roseola” o exantema súbito.

Los herpesvirus, de los que hay más de cien especies diferentes en humanos y animales, son virus ADN y poseen cápside. Casi todo el mundo es portador de este virus y, a menudo, permanece en el organismo mucho tiempo, incluso años, sin dar cuadro clínico alguno, en calidad de infección latente. Y es que los herpesvirus poseen la capacidad de esconderse en las células del organismo suspendiendo su actividad, si no del todo, prácticamente del toso. La reactivación del virus puede estar producida por factores diversos: estrés físico o psíquico, radiación solar, fiebre, otras infecciones o un tratamiento que debilite el sistema inmunológico. No se sabe con exactitud cuál es el factor que los pone de nuevo en movimiento.

EL VIRUS DE EPSTEIN-BARR

El genoma de este virus es una molécula de DNA bicatenaria lineal, de peso molecular no superior a 110 " 106; en algunos aislados existe una deleción específica de 10 " 106 dáltones. Ambos extremos de la molécula contienen secuencias reiterativas que no están repetidas internamente. La partícula vírica morfológicamente completa (virión) consiste de cuatro componentes estructurales. El corazón o núcleo es un carrete fibrilar en el que está enrollado el DNA. La nucleocápsida tiene 162 capsómeros ordenados en un icosaedro. El tegumento que rodea la cápsida está constituido de material globular en cantidad variable y con frecuencia distribuido de manera asimétrica. La envoltura, una membrana en bicapa que rodea el tegumento, muestra proyecciones en la superficie.

La envoltura vírica se adhiere a receptores de la membrana citoplasmática de los linfocitos B, se funde con la membrana y libera la cápsida en el citoplasma. Entonces un complejo DNA-proteína se traslada al núcleo, donde tiene lugar la transcripción y replicación del DNA. La infección frecuentemente se para en un estado prelítico con persistencia y expresión mínima del genoma viral, o bien causa la muerte de la célula pero sin producción de viriones completos. EN tejidos linfoides con frecuencia se detectan virus latentes. El virus burla el sistema de defensa antiviral del huésped (producción de citoquinas), sintetizando un homólogo de la interleuquina 10 y alguna otra proteína, inhibiendo la síntesis de citoquinas tales como el factor de la necrosis tumoral o el interferón .

El virus de Epstein-Barr se transmite por la saliva, y se reproduce en las células del tejido epitelial de la cavidad bucal, lengua y glándulas salivares. El enfermo casi no presenta síntomas en esta fase de la llamada “enfermedad del beso”, pero el peligro de contagio es extremadamente alto. El virus se extiende por los ganglios linfáticos, situados en la zona de la cavidad bucal, infectando a los leucocitos B. Tras la reacción inmunológica subsiguiente, los leucocitos B infectados quedan destruidos, lo que provoca el cuadro clínico de la mononucleosis infecciosa: fiebre alta y adenopatías. El virus permanece durante mucho tiempo, a veces durante toda la vida, en las células B, y puede ser transmitido por la sangre. Por el momento no existe una vacuna ni un fármaco específico contra la infección causada por este virus.

Esta infección puede provocar dos enfermedades o afecciones benignas, la leucoplaquia y la mononucleósis.

LEUCOPLAQUIA

Asienta principalmente en la mucosa de la boca, aunque no es totalmente exclusiva de la misma. Se trata de lesiones bien delimitadas, que asientan principalmente en la lengua y en la mucosa de la mejilla, muy blancas, y que pueden degenerar, sufriendo una transformación epiteliomatosa. Debe controlarse cuidadosamente su evolución, y extirparse si aparecen signos de malignización.

MONONUCLEOSIS

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