La fábula de la lechera

ARIADNA PUJOL PORTA

TALLER DE ESCRITURA. LA EDAD MEDIA

La fábula de la lechera

En un pueblo con un gran prado verde, en el que se podían tener grandes animales de ganado, vivía un padre con su hija, lejos de las redes de internet y de las tecnologías, que el padre rechazaba porque estaba en el paro aun teniendo estudios de ingeniería informática.

Como las nuevas tecnologías le había tratado tan mal, el hombre malhumorado, desistido decidiose ir a un lugar remoto, lo más alejado posible de tanto mal que el creíase que le causaba.

Eso le había supuesto un cambio en su labor para ganarse unas monedas de euro y junto con su hija, ya capaz de ayudar a su padre en sus labores, fabricaban la leche fresca que vendían los grandes supermercados.

El padre juró que jamás pisaría la capital del reino, así que mandó a la hija a llevar la leche en los cántaros al supermercado, dónde se dedicaban a embotellar la leche fresca a los habitantes.

La hija, que no le gustaba ir sola por el camino, se acompañó de su perro y junto a sus cántaros emprendíose el camino hacia la capital, mientras empezó a fantasear:

“Me he dado cuenta de que en el súper también venden huevos, así que cuando me paguen las monedas de euro por la leche, iré a Benito el de los pollos y le compraré una pareja para criar huevos y así ganaremos un mejor jornal.

Cuando pase eso, Padre me dará más semanada y podré comprarme el smartphone que tanto me gusta, así podré empezar a hablar con mis amigos y amigas y tener Instagram.”

Mientras pensaba, tropezó con una piedra en el camino y derrámose toda la leche que llevaba.

En ese momento vio como se desvanecían todos sus planes, a lo que su fiel acompañante entre ladridos de risa añadió:

• Por tanta ambición que has tenido, el dinero en tu mano has perdido.

...