Como es el Ensayo Literario Clemencia

Ensayo literario

Clemencia

El amor es un arma de doble filo, y el amar sin haber sido nunca amado es preparar tu propio fusilamiento. Es horrible imaginar que exista alguien que nunca haya vivido el hermoso sentimiento que es el amar, pero no es raro creer que este sentir pueda florecer dentro de ese corazón inmaculado que a pesar de la gran conflagración que estalla entre las naciones, por fin lograra nacer una predilección hacia un ser que vemos como lo mejor que nos haya pasado en nuestra vida, y sin mencionar que, para algunos pocos, nuestra misma existencia puede llegar a ser algo efímero, y con más razón si nunca lograron destapar su corazón ante el mismo amor y demostrarle de una vez por todas lo que es realmente enamorarse. Sin embargo, es cierto que hoy en día es difícil sentir un amor verdadero por alguien, y más que nada coexista una epidemia de amor adulterado, una farsa que, al ser descubierta, no nos hace nada más que provocar un holocausto dentro de nuestro ser.

Todo lo comentado anteriormente, ha sido reflexionado gracias a este gran relato romántico que a la vez tiene un final trágico, este relato se llama Clemencia y es del autor Ignacio Manuel Altamirano, una gran novela que, sin duda alguna, recomiendo ampliamente. Este romance redactado por Altamirano, nos demuestra que el amor de antes, sigue siendo algo que prevalece hasta nuestros días, a pesar que, dentro de esta, se ambienta en la hermosa Guadalajara la cual se encontraba por vivir los tiempos de guerra e invasión de los franceses. Esta ciudad era conocida en aquel tiempo de la Segunda Intervención Francesa, como tierra de los hombres valientes y mujeres hermosas, que, a su vez, se encuentra rodeada por una llanura solitaria y estéril, lo cual da un desconocido aspecto a su paisaje que no se puede observar en ninguna otra ciudad de la república, siendo una capital incomparable. Esta historia inicia con quien será nuestro narrador quien es el Doctor L., un guapo joven de treinta años que ha servido en cuerpo Médico-Militar y se sabe que tiene muchas cualidades, no gusta de escribir, pero aconseja a sus amigos de serlo, mientras este se encontraba en su modesta casa, el cual por fuera acechaba un viento que daba golpes de invierno, junto con una lluvia desdeñable y tan helada como el agua de un glacial, el médico y sus amigos se encontraban confortables en la comodidad del cálido hogar, y es aquí, cuando el Doctor L. comienza a contar la historia de dos grandes comandantes que conoció durante esos días nefastos de guerra, en los cuales, el romance puede ser algo irrelevante en esta historia, sin embargo, lo es todo en este romance de quienes nuestros personajes principales vivieron, alguno por primera vez, y para otro ha sido más que un pasatiempo. Fernando Valle quien es uno de los comandantes, desde un principio se nota que es una persona enfermiza, feo, y muchos lo consideran repugnante y apático, y está también Enrique Flores, quien es todo lo contrario a Fernando, un hombre con hermosos cabellos rubios, ojos azules claros como lo pinta el mar, una persona simpática y muy querido por todos, parecía ser el hombre perfecto. Cuando estos comandantes llegaron a Guadalajara, conocieron a dos chicas muy hermosas, a Isabel, prima de Fernando, y Clemencia, amiga del alma de Isabel. Clemencia, desde el comienzo, uno puede darse cuenta que es una mujer muy inteligente, muy bella, ojos negros y profundos de una oscuridad abismal, alguien sutil con sus actos, sin embargo, ella sabe que es lo que quiere y hace lo posible sin importar a quien podría dañar. también tenemos a Isabel, encantadora joven de tez blanca, preciosos ojos azul claro que te atrapan en el mismo instante en el que los deseas ver, es una chica angelical e inocente. Durante esta novela, Fernando Valle cambia de manera radical, esa amargura se desvanece como agua en un desierto y se desprende una emoción de infante por querer conocer por fin a su hermosa prima Isabel, sin embargo, ella no es la correspondida, ya que se enamora del otro comandante, Enrique Flores, Fernando Valle comienza a tener esos celos dañinos, aquellos que rasgan dentro de ti y que sin piedad dejan desangrar al pobre corazón. Pero no se perdieron las esperanzas e intento con Clemencia, cual sultana hermosa y llena de cualidades, Fernando desde un principio no le llamaba la atención, pero al sentir ese sentimiento ardiente con el que nunca antes sintiendo, se enamoró de nuevo, prendió su corazón en llamas de pasión por el amor que sentía con Clemencia, sin embargo, Clemencia, era inteligente, con fama de coqueta, pero engaño de la manera más cruel que podría ser en el amor, lo ilusiono por su propia conveniencia, Fernando fue utilizado como un simple trapo sucio y feo para poder encelar al hermoso hombre llamado Enrique Flores. Pero Clemencia se dejó llevar por algo que no es, un falso amor que esconde la simple atracción de querer a alguien hermoso, y no ver más allá de sus verdaderos sentimientos, Enrique no era más que un mujeriego, quien utilizaba al igual que Clemencia, sus encantos para conveniencia propia, no obstante, también es un traidor de la patria ya que se le encontró una carta que el mismo escribió sobre las órdenes del ejército, Fernando Valle lo descubrió como una lombriz dentro de su tierra húmeda. Antes de esta traición, Fernando había ayudado a la familia de Clemencia, pues tuvieron un problema mientras se iban de Guadalajara por la pronta llegada de los franceses, fue ahí cuando uno se da cuenta de que Valle no es aquel hombre malo de la historia, si no aquel hombre de gran corazón que hace todo sin obtener nada a cambio, el hizo lo posible por ayudar a Clemencia a pesar de que esta estuviera enamorada de un traidor. Tristemente, pensaron que la ayuda que se le dio a esta familia era por parte de Enrique Flores, quien se aprovechó para mentir con esto y así tener más amor por Clemencia, lo cual ya no resulto, ya que Fernando Valle logro que lo encerraran por traicionar a su patria, una traición que no hace más que retorcer a todos aquellos soldados que están en su tumba fría y oscura como una recóndita cueva, esos hombres fueron los que realmente se sacrificaron por México. Después de un tiempo, Enrique se encontraba en su celda, desfallecido y sin nada de esperanza por vivir, pues lo iban a fusilar en una cuantas horas, pensar en que tu muerte está cerca es algo que nadie quisiera imaginar, sentir esa horrible intriga de verle la cara a lo que sigue después de la vida, no obstante, un extraño hombre se dirigía a la celda de Enrique, vaya sorpresa, era Fernando Valle, ¿Qué quería hacer?, ¿acaso este hombre que parecía una buena persona se vengaría de Enrique y lo asesinaría con sus propias manos?, hasta el mismo Enrique lo pensó, curiosamente, no fue así, Fernando quería salvarlo mientras este tomaba su lugar en la celda, para Enrique, este no era más que el mismísimo salvador, su ángel de la guarda, no podía creerlo, pero así fue, cual hombre tan especial es Fernando Valle, alguien de un inmenso corazón de ballena, sin embargo, ahora será el quien conozca a la temible muerte que llega cuando se le pega su gana. Enrique Flores partió a la casa de Clemencia, y dijo toda la verdad, dejando destrozada a la hermosa sultana, la cual solo tenía un rechazo matador hacia Enrique, y un destrozado corazón por Fernando, el hombre al que debió amar ciertamente, ahora será a quien fusilen. Ha llegado el día, una columna de doscientos caballos escoltaba un carruaje que se dirigía al hermosísimo y pintoresca Colima, eran las 7 de la mañana y a esa hora las aves cantaban regocijadas entre los árboles, corría una brisa tibia esa mañana, el cielo se encontraba azul y limpio, toda esta naturaleza parece ser un himno a Dios, majestuoso y agradable. A pesar de esta alegría que el cielo y la tierra les concedía, ahí iba el reo de muerte, a dar sus últimos respiros en la hermosa vida, él sabía lo que hizo y se sentía en paz, en su fusilamiento se encontraba Clemencia, destrozada junto con su familia. Era el momento, las armas estaban cargadas, apuntaban a aquel hombre que uno no podía imaginar que acabaría de dicha forma, se oyó una descarga y se levanta una humareda que se fue a perder entre los árboles, todo concluyo y Clemencia se desmayó. Es aquí cual la vida de un gran hombre acaba, alguien que se sacrificó y preparo su propio fusilamiento.

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