ACTIVIDAD N°3 LA ESTATUA DE UN HÉROE

Tarea 3

ACTIVIDAD N°3

LA ESTATUA DE UN HÉROE Consuelo Arriola Jorge. Huancayo 1963.

-¡No, la medalla no! ¡Es de oro puro!... -Así repetía siempre El Gato, cuando en su hogar había problemas económicos.

En esa situación de estrechez o de miseria llegó la niña y como todos aseguran que "cada criatura viene con su pan bajo el brazo", renacieron las esperanzas de mejorar.

Por consejo de un amigo viajó a la capital, ahí los licenciados del ejército tienen preferencia para trabajar de guachimanes y hasta podría ser seguridad de algún político si decía que había sido héroe del Cenepa. Al poco tiempo su pequeña Zulmira enfermó, los médicos diagnosticaron hidrocefalia. Cada vez era más la demanda de dinero y ahora solicitaban una válvula sofisticada.

En la agencia no consentían adelantos y ante el peligro de muerte de su querida hijita no le quedaba otro camino que tomar su medalla de combatiente y venderlo.

¿Cuánto le darían por ella? Se pasó la mano por su hirsuto cabello, cerró sus ojillos vivaces, recostó en la cama el pequeño y ágil cuerpo, por cuya habilidad le apodaron "El Gato". Recordó que a los diecisiete años se enroló en el ejército durante el conflicto del Cenepa. Lo enviaron a la inhóspita selva. Quizá con sus siete vidas, sorteó las minas sembradas, las balas del enemigo no le impactaron, sobrevivió con una escasa ración, fue picado por los moscos, se infectaron las heridas producidas por el escozor, destrozó su uniforme, entre otras calamidades, pero retornó vencedor. Entonces los héroes fueron llevados al Palacio de Gobierno, los condecoraron con una medalla de oro y les ofrecieron becas para estudiar en la universidad, porque: "Esta juventud valiente ha puesto con honor el pecho frente a las amenazas del enemigo, ha demostrado su patriotismo ofreciendo su sangre en el ara sagrada de la Patria y se merecen el agradecimiento sempiterno del país”.

Las palabras del presidente lo alentaron, decidió seguir estudiando y aprobó sus dos cursos por subsanar en el colegio más grande de la región. Cuando se presentó a la universidad, le respondieron que el Congreso de la República no había promulgado una ley al respecto. Decepcionado, se refugió en los brazos de Estela, una jovencita sencilla, con quien decidió casarse con todas las de la ley. En la boda lució aquella medalla sujeta con una cinta bicolor. Las amistades se acercaban curiosas para tocarla, le felicitaban por su matrimonio y de paso leían en la medalla, un mensaje con letras pequeñas: “El Ejército peruano en mérito a su valentía”.

Abrió los ojos al presente y con todo el dolor de su corazón de padre, se dio cuenta que había llegado la hora de vender, o mejor, de empeñar la medalla. La idea lo animó y salió directo a una joyería.

-Buenas tardes señor, tengo una medalla que quiero empeñar -dijo con serenidad.

-Aquí no recibimos objetos de empeño –contestó secamente el joyero.

-Entonces, ¿cuánto me darían si la vendo? Es de oro puro -replicó con orgullo El Gato.

-Habría que verla ¿no?

Carlos Constantino metió la mano en su bolsillo, sacó la medalla y con sumo cuidado la depositó sobre el vidrio del mostrador del joyero.

El joyero examinó detenidamente y sonrió de buena gana y expresó:

-Esto no es de oro, no tiene ningún valor, es de fantasía y alguien te engañó miserablemente.

El alma del héroe se quebró, quedó ahí, parado como una estatua, perdió el habla, decepcionado de la vida tan cruel. Compilación: Mg. Antonio Remón Tenorio.

PREGUNTAS DE COMPRENSIÓN:

Después de leer detenidamente la narración, resuelve las preguntas con arte y creatividad.

1. Cuente la historia con tus propias palabras.

Nos cuenta como un padre quiso empeñar su medalla para salvar a su hija enferma pero le dijeron que su medalla era de fantasia y que le habían hecho una mal jugada

1. ¿Cómo logró su medalla El Gato?

Lo enviaron a la inhóspita selva. Quizá con sus siete vidas, sorteó las minas sembradas, las balas del enemigo no le impactaron, sobrevivió con una escasa ración, fue picado por los moscos, se infectaron las heridas producidas por el escozor, destrozó su uniforme, entre otras calamidades, pero retornó vencedor.¿Qué les prometieron a los héroes del Cenepa en el Palacio de Gobierno? ¿Se cumplió las promesas?

No se cumplieron las promesas

1. ¿Por qué le apodaron de “El Gato” a Carlos Constantino?

por su hirsuto cabello, cerró sus ojillos vivaces, recostó en la cama el pequeño y ágil cuerpo, por cuya habilidad le apodaron "El Gato"

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