Ética para vivir humanamente

Juan Diego Cuellar Mazabel                                                                      Código 20141125843

Ética para vivir humanamente

Desde que nacemos nuestros padres, nos enseñan los valores éticos que debemos tener como persona, y como un ser ciudadano en el cual nos ayuda a ser una persona social con unos valores que determinan nuestra educación y la formación que hemos recibido a través de nuestro diario vivir, que se complementa en la formación de nuestros conocimientos y aprendizajes a través de la escuela, colegio, universidad, y principalmente influenciados por la iglesia católica o el cristianismo. Sin embargo, no es de extrañar ver en nuestra sociedad personas con un comportamiento inadecuado, con un pensamiento no de acorde a la realidad, sumida por la necesidad de acaparar y tener todo, que se transforma en personas con antivalores, que no les importa nada, ni nadie, ni siquiera ellos mismo y mucho más personas que viven solo por vivir. Vivimos en un mundo lleno de egoísmo, donde cada ser humano disputa para conseguir lo suyo y “salvase quien pueda” es una idea que ronda en la cabeza de todos, tristemente vivimos en una búsqueda equivocada del interés personal y es un problema ético en el interior de cada persona. Estamos en una sociedad que se mueve por lo que el otro hace, pero no porque trabajemos en conjunto, sino por envidia y para no dejarnos del otro; estamos en constante competencia para sobrevivir. Pero es fundamental que cambiemos esta idea errónea y la modifiquemos por la ética de ver el mundo en su conjunto, pero este cambio no debe quedarse solo en palabras, debe demostrarse mediante los actos, pasarlo a la práctica para poder tener una perspectiva más amplia. No debemos entender por la ética como las prohibiciones o restricciones de nuestros deseos, placeres o sentimientos; 
Debemos construir una ética que busque beneficios para todos, aunque nos es tan fácil decirlo debemos empezar a plantearnos una está ética que nos lleve a valorizar a los seres humanos en su plenitud, alejado del egoísmo, la ambición, la corrupción y el irrespeto por la vida. La comunicación es fundamental para crear una ética donde reconozcamos el querer del otro, “mi querer es el querer de él”. La violencia es un gran obstáculo, que impide el reconocimiento del otro, y la creación de la comunidad. Para concluir, este mundo está en crisis, construyamos todos, una ética para todos, donde la dignidad humana sea fundamental, al igual que el respeto, la tolerancia y todos los intereses colectivos. Cambiemos nuestra manera de pensar, y vivamos todos en armonía sin excluir a nadie de nada; todo es posible si lo queremos, pero debemos empezar desde el interior de cada uno desde ya.

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