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EL CANON DE LA RAZÓN PURA


Enviado por   •  5 de Enero de 2019  •  Tareas  •  515 Palabras (3 Páginas)  •  111 Visitas

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EL CANON DE LA RAZÓN PURA

La meta final al que en definitiva apunta la especulación de la razón en su uso trascendental se refiere a tres objetos: la libertad de la voluntad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Por consiguiente, si estas tres proposiciones cardinales no nos hacen ninguna falta para el saber y, a pesar de ello, la razón nos la recomienda con insistencia, su importancia sólo afectara en realidad a lo práctico. A través de la experiencia reconocemos, pues, la libertad práctica como una de las causas naturales, es decir, como una causalidad de la razón en la determinación de la voluntad. La libertad trascendental exige, en cambio, la independencia de esa voluntad misma (en lo que se refiere a la causalidad por la que inicia una serie de fenómenos) respecto de todas las causas determinantes del mundo sensible.

EL IDEAL DEL BIEN SUPREMO COMO FUNDAMENTO DETERMINADOR DEL FIN ÚLTIMO DE LA RAZÓN PURA.

Lo práctico desemboca en la conclusión de que hay algo (que determina el último fin posible) porque algo debe suceder; lo teórico, en la conclusión de que hay algo (que opera como causa suprema) porque algo sucede. Así, pues, la razón pura no contiene en su uso especulativo principios de la posibilidad de la experiencia, a saber, principios de aquellas acciones que, de acuerdo con los preceptos morales, podrían encontrarse en la historia de la humanidad, pero si los contiene en un cierto uso práctico, esto es, moral.  En consecuencia, sólo en el ideal del bien supremo originario puede la razón pura encontrar el fundamento del vínculo que, desde el punto de práctico, liga necesariamente ambos elementos del bien supremo derivado, esto es, de un mundo inteligible, o sea, del moral. Esa voluntad tiene que ser omnipotente, de modos que toda la naturaleza y su relación con la moralidad en el mundo le estén sometidas: omnisciente, a fin de que conozca lo más recóndito de los sentimientos y su valor moral. Ahora bien, los fines supremos son los de la moralidad y sólo la razón pura puede dárnoslos a conocer.

LA OPINIÓN, EL SABER, Y LA CREENCIA.

La persuasión es una mera apariencia, ya que el fundamento del juicio, fundamento que únicamente se halla en el sujeto, es tomado por objetivo. La persuasión puedo conservarla para mí, si me siento a gusto con ella, pero no puedo ni debo pretender hacerla pasar por válida fuera de mí. El tener por verdad, o validez subjetiva del juicio, en relación con la convicción (que posee, al mismo tiempo, validez objetiva), tiene los tres grados siguientes: opinión, creencia y saber. En el uso trascendental de la razón nos encontramos, en cambio, con que, mientras el opinar es, claro está, demasiado poco, el saber es excesivo. La palabra creencia no se refiere más que a la guía que me ofrece una idea y al impulso subjetivo que ella ejerce sobre mis actos de razón y que me mantiene firme en las misma, aunque se incapaz de justificarla desde un punto de vista especulativo.

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