SOFISTA, FILÓSOFO, SABIDURIA Y VIRTUD

El origen de este dialogo Platónico se da a partir del entusiasmo del joven Hipócrates quien por conocer a Protágoras un sabio que se encontraba alojado cerca de allí, acude a Sócrates para que fueran juntos. Ante el interés que sin duda reflejaba Hipócrates, Sócrates lo previene contra la habilidad que según él poseían los sofistas como Protágoras y la cual consideraba peligrosa para el alma y por ello le aconsejaba prudencia. Hasta este punto, se puede resaltar como uno de los objetos o propósitos de este dialogo de Platón, el poner en medio de la critica las costumbres, métodos y el espíritu de los Sofistas, pero ¿qué es un sofista y qué es lo que enseña?, ¿desempeñaban ellos un trabajo justo y moralmente correcto?

Después de esa advertencia, Sócrates vuelve a dirigirse a Hipócrates preguntándole sobre qué es lo que busca o pretende conseguir de Protágoras, y el joven muy seguro de su respuesta dice que es Sabiduría, pero a partir de una serie de cuestionamientos, Sócrates le hace caer en cuenta lo equivocado que esta y le critica su falta de sentido común y madurez para cultivar su alma y buscar la sabiduría. A partir de esto aparece el objeto central de esta discusión donde Protágoras defiende sus ideas ante los cuestionamientos de Sócrates que pretende refutarlo. Al tema al que se hace referencia es la naturaleza de la Virtud, pero en la exploración de este se ven en la necesidad también de discutir sobre la sabiduría, la justicia, el valor entre otros. Pero a partir de lo anterior surgen varios cuestionamientos como ¿Qué es la virtud?, ¿Qué es la sabiduría?, ¿son lo mismo la virtud y la sabiduría?, ¿se nace con ellas?, ¿se pueden enseñar o aprender estas?

La forma apropiada para resolver esos cuestionamientos es iniciar por aclarar cada uno de los términos claves que en ellas intervienen. Así pues, se tiene el primer concepto sofista, del cual se puede inferir que proviene del griego “sophía” es decir sabiduría y de “sophós” que es sabio. Con solamente lo anterior ya se puede llegar al punto clave de la definición, que es un hombre sabio que enseña la sabiduría. En el dialogo se relaciona a Protágoras como uno un sofista, lo cual no se puede refutar hasta el momento, pero entonces, Sócrates siendo también un hombre tan sabio y que enseñaba o guiaba a la sabiduría a quienes lo escuchaban, ¿Por qué también no se le conocía como un sofista?, o lo que es más extraño, ¿Por qué Sócrates sentía soberbia o desprecio por ellos? Para entender lo anterior se debe hacer énfasis en otras características de los sofistas por así decirlo como por ejemplo que obtenía provecho económico de su enseñanza, utilizaban un método empírico inductivo (conclusiones a partir de teoría y práctica), no buscaban una verdad absoluta, enseñaban el arte de persuadir fundamental según ellos para dedicarse a la política. Ahora bien, Sócrates en cambio era un filósofo, el cual entre otras cosas, no esperaba nada a cambio, manejaba un método dialéctico (sucesión de verdades que derivan unos de otros) y típicamente deductivo con el cual encontrar una verdad absoluta. Fácilmente de lo anterior se identifica la gran diferencia entre el sofista y el filósofo, pero se debe aclarar además que el arte de persuadir o retorica que enseñaban los sofistas y la cual ya se había estudiado, iba enfocada solo hacia la persuasión y adulación para el beneficio propio y no hacia el sentido verdadero ya analizado en el Gorgias., así pues Sócrates tenía muchos argumentos para referirse a estos como unos engañadores. El caso de los Sofistas también puede llevarse a la actualidad, donde existen personas que aprovechándose muchas veces de la ignorancia, de la necesidad, de ideas equivocadas de otras personas, de la fe, los engañan y los enredan a través de una falsa retorica y supuestas pruebas con anterioridad arregladas por los engañadores, para a través de esto conseguir principalmente beneficios económicos. Ese es pues el caso de supuestos adivinos, brujos, falsos profetas, comerciantes mal intencionados, falsos maestros, etc.

La Sabiduría es otro concepto clave del Protágoras, además que se supone es el objeto de enseñanza de los sofistas, como base para una buena retorica y eficacia en la política. Esta “consiste en la aplicación del la inteligencia en la experiencia, para tener mayor entendimiento y capacidad para reflexionar y poder obtener conclusiones sobre lo que es verdad, lo bueno y lo malo. Esta va de la mano con la moral para obtener un individuo que actúe con buen juicio”. Al parecer la Sabiduría seria un excelente objeto de enseñanza que convertiría a las personas en buenos ciudadanos, labor que se atribuía Protágoras. Pero lo que se debe analizar profundamente es la posibilidad de que se pueda enseñar la sabiduría. Así pues, por ejemplo en la actualidad, donde las disciplinas han abarcado y siguen abarcando el conocimiento existente, no se ha escuchado de la primera que brinde la posibilidad de aprender los conocimientos necesarios o exactos para alcanzar la sabiduría de la misma forma como se enseñan los conocimientos para ser abogado. Pero seguramente

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