INFORME DE LECTURA SOBRE LA ÉTICA KANTIANA

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INFORME DE LECTURA SOBRE LA ÉTICA KANTIANA.

Estudiantes: Diego González Rojas – Mattia Bertolini Zuhayle.

Profesor: Hernán Guerrero Troncoso.

Ramo: Ética cristiana.

Talca 2020.

La discusión sobre la ética; elemento fundante que dota de orden y sentido nuestro existir.

La discusión acerca de la ética es algo que ha sido y sigue siendo persistente al momento de pensar el ser humano y su estadía en esta tierra. Un tema trascendente que direcciona en muchos casos nuestra existencia, nuestra estadía en esta tierra y por supuesto la incógnita acerca de qué pasa luego de la muerte.  

Hay decisiones divididas acerca de si absolutamente todo nuestro comportamiento y decisiones están dados por un término valórico intrínseco del ser humano o más bien es fruto de una construcción social producto de un convenio común que dio pie a un paradigma traspasado de generación en generación. A este debate se suma también el aspecto cultural y las diferentes perspectivas entregadas a términos como la mentira y el asesinato, siendo la multiculturalidad tanto en términos geográficos como temporales el argumento que consolida una sola ética para todos los seres humanos.

He aquí que se pone en tela de duda si nuestras buenas o malas acciones responden más bien a una decisión espontánea; intencionada por el amor y la consciencia de lo “correcto” y lo “malo” en vistas de esta ética, o más bien contiene y está motivada por un trasfondo de conveniencia; sustentada por la idea de la consecuencia y por ende la paga, tanto positiva como negativa de todos estos hechos.

Y bien, es aquí donde surgen incógnitas como ¿En cualquier situación es malo mentir? o ¿En cualquier situación es bueno dejar vivir? ¿El contexto situacional influye en estas acciones o en realidad éste no afecta dichas decisiones?

Una manera de responder estos cuestionamientos es empleando los postulados de Immanuel Kant, el término de Leyes Prácticas y todos los planteamientos que rodean a éste, en pos de unificar no tan solo a partir de esta ética común presentada al comienzo, sino también en el campo de acciones y decisiones; una moral única y transversal.  

Concepto de Leyes prácticas de Immanuel Kant.

“En el prólogo de la Fundamentación para la metafísica de las costumbres, el autor señala la necesidad de establecer una filosofía moral completamente depurada de cualquier elemento empírico, es decir, una filosofía moral cuyo fundamento no radique en la experiencia, “sino exclusivamente a priori en los conceptos de la razón pura” (p.108)

Para establecer una moral universal Kant acomoda sus ideas a una perspectiva racional de las decisiones, descansando en la idea que el hombre no cuenta con la seguridad completa del resultado de las acciones. Kant plantea que las acciones son correctas o incorrectas sin estar necesariamente ligadas a las consecuencias que éstas acarrean, de esta misma forma ejerce una despersonalización del contexto y realidad de cada ser humano.

Para entender mejor esto, se podría pensar una situación en la cual un profesor realiza una prueba en la cual incluye contenidos no enseñados en la clase ni tampoco mencionados previamente. El alumno en este caso si bien la prueba se ha de resolver sin ayuda de nada, tiene la posibilidad de acceder a internet y contestar dichas preguntas. En estas circunstancias, al hacer uso del internet y contestar la prueba con la ayuda de éste, lo cual se podría interpretar como una mentira o copiar, las interrogantes de base serían ¿Qué debería hacer el alumno? ¿En este caso sería de igual forma negativo servirse de esta ayuda?    

En este sentido, un punto importante que se desglosa de las leyes prácticas es la Autonomía Moral. Esta es la autonomía de la voluntad, en la cual el hombre se rige a sí mismo y se otorga las leyes morales, teniendo que verse obligado a obrar en conformidad con su propia voluntad, si bien esta legisla universalmente según el fin de la naturaleza”. (p.109)

La ética kantiana no se vincula a ninguna lógica utilitarista y de recompensa, sino más bien responde a observar las intenciones del hombre. En otras palabras, la ética Kantiana se aleja de las percepciones de ética instauradas por Aristóteles y Epicuro, donde en el primer caso lo correcto estaba vinculado a la felicidad y el segundo relacionado al placer. Kant presenta una ética universal basada en premisas que al vincularse a las acciones del hombre permitan trascender todas esas diferencias culturales, esto lo presenta a través del concepto de Imperativo Categórico.

El Imperativo Categórico responde a la idea de que en la construcción de esta ética el ser humano deba plantearse ante una situación emplear una lógica en la cual las decisiones que tome puedan aplicarse y convertirse en una ley universal, es decir, que dicha decisión signifique la mejor decisión en el caso que otra persona se vea en esa misma situación, todo esto. Esta universalidad según Kant también nos muestra que es el sometimiento de nuestras inclinaciones (búsqueda de la felicidad, poder, posesiones, etc.) al dominio de la razón y el cumplimiento del deber.  

“De esta manera, el hombre somete sus inclinaciones, que lo llevan naturalmente al crecimiento desmesurado del yo y a la búsqueda del honor, del poder y de la posesión, al dominio de la razón.” (p.115)

Según Kant, la necesidad de la filosofía moral en general y del imperativo categórico en particular se debe a la existencia de una dialéctica natural entre el deber y las inclinaciones que puede conducir a poner en duda las leyes del deber o al menos, su validez y rigor, quitándoles de esta manera su dignidad. (p.114)

Kant piensa el Imperativo Categórico como aquel medio bajo el cual el ser humano, podrá construir leyes morales pensando la sociedad o la comunidad como el fin de sus buenas acciones; que todo esto esté en función del beneficio de esta. Y no bajo la idea que la sociedad sea la condicionante de dichas buenas acciones producto de un temor o recompensa por estas.

En vista de todo esto, y retomando el ejemplo planteado al comienzo. La postura de Kant ante la situación del alumno sería primeramente hacer la lectura de que el alumno no tiene conocimiento de las consecuencias que podría acarrear el no contestar las preguntas que incluyen contenidos no pasados en clases o bien contestarlas sin ayuda de internet. En base a esto, Kant plantearía que de tomar una u otra decisión, ésta no debería ser escogida en base a consecuencias probables que le podrían afectar (esto también pensado que tomar la decisión opuesta, de no buscar las respuestas en internet signifique evitar una posible trampa del profesor al haber redactado dichas preguntas para darse cuenta de los alumnos que copian y de quienes no, por lo tanto, evitando el alumno los castigos asociados a esta práctica).

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