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Las Meninas de Velázquez


Enviado por   •  4 de Agosto de 2012  •  Biografías  •  600 Palabras (3 Páginas)  •  1.125 Visitas

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Las Meninas de Velázquez

Las Meninas han sido reconocidas como una de las pinturas más importantes de la historia del arte occidental. El pintor barroco Luca Giordano, dijo que representa la "teología de la pintura", mientras que en el siglo 19 Sir Thomas Lawrence el trabajo es "la filosofía del arte". Más recientemente, se ha descrito como "el logro supremo de Velázquez, un muy consciente de sí mismo, la demostración calculado de lo que la pintura podría alcanzar, y tal vez el comentario más buscando jamás se ha hecho sobre las posibilidades de la pintura de caballete".

En la España del siglo decimoséptimo, pintores raramente disfrutado de un estatus social alto. La pintura fue considerada como un arte, no un arte como la poesía o la música. Sin embargo, Velázquez trabajó su camino a través de las filas de la corte de Felipe IV, y en febrero de 1651 fue nombrado chambelán de palacio (aposentador Mayor del Palacio).

El arte de pintar de Vermeer

La mujer que aquí aparece, con falda amarilla y capa azul, es la personificación de Clio, la musa de la Historia. Clio es reconocida por tres elementos: en su mano izquierda sostiene un libro, en la derecha una trompeta y en la cabeza lleva una corona de laurel. En el lado izquierdo del lienzo, hay una cortina con aspecto pesado que no deja ver la típica ventana de la izquierda que tanto se repite en la obra de Vermeer. La cortina tiene los mismos colores que la ropa que viste la joven, dando cierta teatralidad a la escena. El pintor está situado de espaldas al espectador, lo que ha dado lugar a pensar que se trata de un autorretrato de Vermeer. La mesa de roble que está delante de la joven perteneció a la suegra del pintor, o al menos así aparece citado en el inventario de la mujer. Mesa sobre la que vemos un libro, un cuaderno abierto, paños de seda que cuelgan de la misma hacia delante y una máscara de escayola. El cuadro fue cedido por la viuda de Vermeer a su madre, el 24 de febrero de 1676, como parte de la indemnización de los préstamos que la suegra hacía al pintor. Este cuadro apareció veinte años después (en 1696) en una subasta y no se volvió a saber del mismo.

Un retrato de Ingrés

Podemos afirmar con toda seguridad que los retratos de Ingres son lo mejor de su producción pictórica. Verdaderas obras maestras herederas de los retratos de David y motivo de orgullo del pintor. La maestría del estilo con la que retrata a aristócratas, nobles, burgueses o diplomáticos hace de sus retratados, una clientela fiel y recurrente. Existen en sus retratos dos rasgos que mantendrá como una constante estética a lo largo de su trayectoria artística. El primero, la intensidad formal de la línea para perfilar

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