Época de Nixon

Hacia fines del siglo XIX y principios del XX la Ciudad de México presentaba una variedad considerable de actividades y distracciones, públicas y privadas, capaces de ocupar las horas de ocio, tanto diurnas como nocturnas, de sus habitantes. La asistencia a los bailes y a las funciones de teatro, al circo, a los toros o a los gallos, formaba parte de una cotidianidad construida a lo largo de la historia colonial e independiente, que desembocaba en un afán cosmopolita finisecular.^[1]

La Tauromaquia: Una corrida de toros es una fiesta que consiste en lidiar cierto número de toros en una plaza cerrada; por su parte, lidiar es luchar contra el toro hasta darle muerte. La tauromaquia es definida como la fiesta del toreo; esta fiesta se estructura como un conjunto de reglas, observaciones y maneras en que la corrida y la lidia de toros debe realizarse para cumplir su objetivo final: la muerte del animal (Fernández, 2000: 5).

La fiesta brava tiene su origen en la antigua Roma. El emperador Julio Cesar la estableció como espectáculo en el circo romano y se le considera el primer picador de toros. Julio Cesar autorizó las corridas de toros a través de la taurocatapsia^[2] (Ramos, 2000:43).

Se adoptó en España este espectáculo hacia el año 1300, cuyos fines principales en la época era el entretener a la sociedad, así como hacer un ritual en el cual pedían fertilidad a cambio de matar a los toros (Del Morral, 2001: 34).

A finales del siglo XIX se comenzaron  a construir dos plazas de toros, una en Chapultepec y la otra en Toreo, ambas tuvieron gran preponderancia ya que los festejos taurinos se realizaron con gran habitualidad y ya para principios del siglo XX estas plazas tuvieron un auge económico, político y social. En cuanto a capital se refiere fue amplio ya que la crema y nata de la política mexicana presenciaba estos festejos en ambas plazas, al asistir dichos personajes la gente se animó a visitar las plazas en cada corrida se organizó, ya que para la sociedad lo más importante, de que asistieran personajes políticos, era el buen cartel que se aseguró en cuanto a los mejores toreros del momento junto con las ganaderías más prestigiadas.

El antecedente principal a la plaza de toros México, es la “plaza México” sólo que esta fue inaugurada en la segunda mitad del siglo XIX según documentos recopilados en el Archivo Histórico de la Ciudad de México, en los cuales habla sobre la fundación de la ya mencionada plaza. Construida para hacer competencia a Toreo y Chapultepec. Esta plaza se construyó de madera y esa fue una de las razones para que la cerraran ya que estaba deteriorada y su madera en mal estado, esto provocó en varias ocasiones que se quemara y así el gobierno del Distrito Federal decidiera su cierre en 1924.

Además del cierre de esta plaza se determinó la demolición de la plaza de toros Chapultepec y la remodelación de la de Toreo, causa ligada al proyecto que tuvo Neguib Simon, con su planificación de la ciudad deportiva.

Del Morral, José Antonio. (2001). Cómo Ver Una Corrida de Toros.Madrid, España. Alianza Editorial

Fernández Truhán, Juan Carlos. (2000). Orígenes de la Tauromaquia. Sevilla, España. Universidad Pablo de Olavide.

Ramos, Tomas. (2000). El Arte de Ver los Toros. Madrid, España. Biblioteca Nueva.

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