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MITO DE LA CREACIÓN


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  2.405 Palabras (10 Páginas)  •  522 Visitas

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EL MITO DE LA CREACIÓN

Pacha Kamaq, en quechua Tierra de Creador / Soberano del mundo, era una versión de Viracocha, el cual era venerado en la Costa Central del Imperio incaico. Fue considerado el dios creador de la gente que vivía en Perú antes de la conquista Inca. Pachakamaq decidió un crear a un hombre y a una mujer. Pero una vez les hubo dado forma humana y vida, no se preocupó más de ellos y empezaron a pasar hambre. Tanto padecieron que, al final, el hombre murió agotado. La mujer al verse sola, desesperada y hambrienta, salió a extraer raíces para alimentarse y empezó a increpar al Sol. Al oír los lamentos, el Sol se compadeció y bajó a la Tierra, y le infundió sus rayos fecundándola.

A los cuatro días, parió un hijo. Pachakamaq, celoso de que el Sol hubiese intervenido en su obra, la siguió, le quitó el semidios recién nacido y lo mató, despedazándolo en pequeñas partes. La mujer imploró al Sol para que diera castigo a Pachakamaq. El dios mandó a la madre que le entregara el ombligo y el cordón umbilical del niño muerto. Con ello creó un nuevo hijo y se lo dio a la madre diciéndole: se llamará Vichama.

Vichama emprendió un viaje lejos de los suyos y Pachakamaq mató a su madre. Vichama, lleno de ira comenzó a buscar a Pachakamaq para matarle. Pachakamaq decidió sumergirse en el fondo de las aguas del océano y ahí permaneció para siempre. Vichama, dirigió su ira a la gente que Pachakamaq había creado, considerando que eran sus cómplices. Invocó a su padre el Sol y al instante lanzando una maldición convirtió en piedra a los pobladores. Vichama, comenzó a buscar los huesos de su madre para poder resucitarla; al tercer día encontró sus restos, los juntó, les echó un poco de arena, e invocó a su padre; su madre apareció llena de vida.

Al ver Vichama que el mundo estaba sin hombres, le rogó que hiciera una nueva creación y él dejó caer entonces tres huevos, uno de oro, otro de plata y el último de cobre. Del huevo de oro salieron los kurakas, los jefes, y los nobles principales; del de plata, las mujeres de éstos y del de cobre los plebeyos o sea los mitayos, los que trabajaban para el Estado y sus mujeres.

MITO DEL DILUVIO

Luego de haber creado al hombre a su semejanza, Viracocha ordenó a todos ellos que vivieran sin pelear y sirviendo a quien les había otorgado el don divino de la vida.

Según las leyendas incas, los hombres escucharon la orden de su dios creador y durante algún tiempo se desarrollaron como una gran sociedad, consiguiendo un alto grado de civilidad entre ellos.

Lamentablemente, y como se ha demostrado que ocurre en todas las culturas, la ambición, codicia y el orgullo de los hombres, al parecer puede más que ellos; y es así que, poco a poco, el hombre fue haciendo su propia voluntad desoyendo las órdenes de Viracocha, quien los maldijo por ello.

Su enojo lo llevó a enviarle al hombre un gran diluvio al que llamó Unu Pachacuyi – ‘agua que se vuelca a la tierra’ -, que, luego de llover aproximadamente por sesenta días, borró el rastro de todos los infieles e indignos, dejando como monumento que les hiciera recordar el hecho los edificios de Puca Pucará en el Cuzco.

Muy pocos se salvaron de este diluvio, pero fueron quienes se convirtieron en los forjadores de la gran nación Inca que todos conocimos.

MITO DE LAS MANCHAS DE LA LUNA

Uno de los mitos que rodea a la diosa de la luna era sobre las "manchas oscuras" que se observaban en la Luna, Se creía que un Zorro se enamoró de Mama Quilla, debido a su belleza, pero cuando ascendió al cielo, ella lo apretó contra ella, produciendose heridas. Los incas temían los eclipses lunares ya que creían que durante eclipse, un animal (posiblemente un zorro, león de montaña, serpiente o Puma) estaba atacando a Mama Quilla. Debido a esto, la gente intentaba ahuyentar a los animales con armas arrojadizas, gesticulando y haciendo tanto ruido como sea posible, creían que si el animal lograba su objetivo, entonces el mundo se quedaría en la oscuridad. Esta tradición continuó después de que los Incas sean sometidos por el españoles y convertidos al Catolicismo, los conquistadores usaron en su beneficio los eclipses lunares ya que podían saber cuando ocurrirían, por eso los indígenas mostraron respeto cuando descubrierón que eran capaces de predecir los eclipses, o cuando tendría lugar.

MITO DEL CONDOR

Según la división del universo indígena que dan los cronistas hay un Hanan Pacha o cielo o mundo superior, un Kay Pacha o suelo de aquí o medio, y un Uk’u Pacha o suelo de adentro, que algunos cronistas identifican erróneamente con el infierno cristiano. El vocablo pacha es sumamente complicado de interpretar, pero se relacionaría con el hábitat o suelo. Estos tres niveles además se identifican con sus animales sagrados: la serpiente, el puma y el cóndor andino.

Para los incas el cóndor o Apu Kuntur era un “Mensajero de los Dioses” que voló hacia el nivel superior del mundo religioso (el Hanan Pacha) para luego llevar las plegarias a los dioses. Es la unión entre el Hanan Pacha con el Kay Pacha. Representa la inteligencia y enaltecimiento o exaltación. Todos los días el cóndor eleva el sol sobre el cielo. Las tradiciones cuentan que un cóndor muerto cayó en la “Casa de las vírgenes del Sol”, lo que fue interpretado como un anuncio de la destrucción de Tahuantinsuyo.

MITO DEL LAGO TITICACA

Hace mucho tiempo, el lago Titicaca era un valle fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos. Nada les faltaba; la tierra era rica y les procuraba todo lo que necesitaban. Sobre esta tierra no se conocía ni la muerte, ni el odio, ni la ambición. Los Apus, los dioses de las montañas, protegían a los seres humanos.

No les prohibieron más que una sola cosa: nadie debía subir a la cima de las montañas donde ardía el Fuego Sagrado.

Durante largo tiempo, los hombres no pensaron en infringir esta orden de los dioses. Pero el diablo, espíritu maligno condenado a vivir en la oscuridad, no soportaba ver a los hombres vivir tan tranquilamente en el valle. Él se ingenió para dividir a los hombres sembrando la discordia. Les pidió probar su coraje yendo a buscar el Fuego Sagrado a la cima de las montañas.

Entonces un buen día, al alba, los hombres comenzaron a escalar la cima de las montañas, pero a medio camino fueron sorprendidos por los Apus.

Éstos comprendieron que los hombres habían desobedecido y decidieron exterminarlos. Miles de pumas salieron de las cavernas

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