"El Retrato De Dorian Gray" (contextualización)

EL RETRATO DE DORIAN GRAY Y LA ÉPOCA VICTORIANA

Esta novela fue escrita en 1891 por Oscar Wilde, se desarrolla principalmente en Londres y se sitúa a fines de siglo XIX, durante la época Victoriana.

La época victoriana en Inglaterra estuvo marcada por la fascinación de la belleza y la presión de actuar conforme a las reglas frente a la sociedad. La belleza se encuentra en un contexto que comprende al hombre en un mundo de individualismo, hedonismo y doble moral, elementos que ya no sólo le pertenecen a la sociedad victoriana del siglo XIX, sino que han trascendido hasta nuestra época

La idea principal del libro es tratar a la sociedad en la que vivía Oscar Wilde, desde su punto de vista con el tema de la juventud eterna y la vanidad, se tratan al mismo tiempo aspectos como la decadencia de la sociedad, su mala y torcida moral, el cómo es que las apariencias engañan, un desprecio hacia el mal gusto y una mezcla frívola de la belleza con la maldad.

La novela El retrato de Dorian Gray del autor Oscar Wilde, es un reflejo crítico de la sociedad inglesa de fines de siglo XIX. En la novela se expone al retrato como una metáfora que representa el lado oscuro Dorian Gray, el cual esconde ante la sociedad. Este personaje al ver su belleza retratada en un cuadro hace un juramento que lo aprisiona, haciendo que el retrato sea el que envejezca en vez de él.

Durante la era victoriana lo fundamental era la belleza, el dinero y la fama, por lo cual era sumamente importante esconder de la comunidad los actos que deshonrarían a la persona. Así sucede con el protagonista, que esconde su retrato ya que en él se reflejan todos los actos vergonzosos que hizo en su vida, como provocar el suicidio de Sibyl Vane o matar a su mejor amigo, Basil Hallward. Al saber que su secreto puede ser descubierto, Gray se empeña en esconderlo lo mejor posible y se olvida de él por un largo tiempo. Por consecuencia la última vez que lo ve entra en una desesperación tan grande que le clava una estaca al cuadro, provocando su muerte. Cuando lo descubren muerto nadie lo reconoce por lo arruinado que está. Como lo relata el propio libro de Wilde “Estaba canoso, arrugado y tenía un rostro repugnante. Hasta que no examinaron sus sortijas no le reconocieron.”

En la obra, lo opuesto a lo bello es lo vulgar. Y lo vulgar está encarnado en parte por el sentimiento de decadencia de la época victoriana, y en parte por lo falso. Lo vulgar, lo falso, lo común, lo avejentado, lo marginal, son elementos que caracterizan la falta de belleza. A este respecto hay dos puntos de interés. Uno, que es la caracterización de Sibyl Vane; y el otro, el más importante, el punto de partida del sentimiento de culpa que no siente Dorian.

Basil desprecia el entusiasmo que Dorian siente por Sibyl, pues la considera una persona inferior y vulgar que puede degradar la naturaleza de Dorian y arruinar

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