Resumen “Oh Jerusalén”

Resumen “Oh Jerusalén”

La película es una reseña marcada por el conflicto palestino-israelí en el que se evidencia notoriamente la separación de dos terrenos por obtener la soberanía de Jerusalén, esta guerra inicia por una decisión representativa de los gobiernos mundiales en la que se entrega el territorio al naciente Israel.

Evidenciamos que el conflicto también entra a partes político religiosas, haciendo referencia a la disputa entre judíos y musulmanes y la poca convivencia en torno a creencias y expansión de territorio.

Al estallar una declaración de guerra entre ambos Estados, mundialmente se corren los rumores así como llega de parte de Estados Unidos un comunicado de cesión de fuego, una propuesta a la que Palestina le buscaría renuncia y desinterés para recuperar el territorio perdido, al que Israel había fundado como capital. (Chouraqui, 2006)

El libro narra el nacimiento del Estado de Israel en 1948, tras la cruenta lucha entre árabes y judíos. A lo largo de sus páginas, el lector vive los acontecimientos codo a codo con sus protagonistas: los británicos, las tropas de Abdel Kader y de la Legión Árabe, los combatientes de Irgún y del grupo Stern, y los agentes secretos de las distintas facciones en pugna, y descubre, entre otras cosas que, antes de que estallara el conflicto, ambos pueblos vivían en armonía e incluso compartían los mismos barrios. Lapierre y Collins construyen un vasto fresco histórico desbordante de aventuras, drama, amor y heroísmo. Oh, Jerusalén se ha convertido así en una obra clásica y en un texto clave para entender por qué Israel sigue siendo, medio siglo después de su fundación, una de las zonas más conflictivas del planeta. (Lapierre, 2006)

Haciendo un resumen y análisis a profundidad de este tema, evidenciamos las divisiones y los debates ocurrentes enfrentados entre el judaísmo y los musulmanes ya que la creencia religiosa basándose en pro de la historia nos ejemplifica el simple hecho de alabar a su respectivo Dios, aunque hacemos referencia a que ambas son religiones monoteístas.

Los musulmanes creemos en el profeta Abraham, sus hijos Ismael, Isaac, y los profetas que han descendido de ellos, los llamados Profetas de Israel. Todos ellos están mencionados en el Sagrado Corán, así como las revelaciones que recibieron. Pero los judíos no creyeron en Jesús, en María y en el Profeta Muhammad, la bendición y paz sea con ellos.

El envío de un Profeta a una comunidad es una distinción para ésta, pero también una gran responsabilidad ante Dios y ante el resto de la gente. Si se obedece a los profetas, entonces Dios realza su reputación en este mundo y en el otro. El pueblo elegido para recibir un mensaje no necesariamente será el pueblo elegido por Dios en el sentido de los más reconocidos y amados por Dios. Lo mismo ocurre con los árabes o con cualquier otro pueblo que recibe la revelación del Altísimo y a Sus maestros y a Sus guías. (Paz, 2007)

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