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LOS MODELOS DIDÁCTICOS COMO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS Y DE INTERVENCIÓN EN LA REALIDAD EDUCATIVA


Enviado por   •  30 de Agosto de 2012  •  1.893 Palabras (8 Páginas)  •  717 Visitas

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LOS MODELOS DIDÁCTICOS COMO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS Y DE

INTERVENCIÓN EN LA REALIDAD EDUCATIVA

Francisco F. García Pérez

Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales

Universidad de Barcelona [ISSN 1138-9796]

Nº 207, 18 de febrero de 2000

La escuela tradicional y los intentos de cambio

Para valorar más adecuadamente las posibilidades de un proyecto educativo alternativo,

es necesario conducir el análisis crítico hacia los entresijos del funcionamiento del

sistema escolar. Para ello resulta especialmente adecuado -como decía al principio- el

concepto de "modelo didáctico"(5). La idea de modelo didáctico permite abordar (de

manera simplificada, como cualquier modelo) la complejidad de la realidad escolar, al

tiempo que ayuda a proponer procedimientos de intervención en la misma y a

fundamentar, por tanto, líneas de investigación educativa y de formación del

profesorado al respecto(6). Dicho en término sencillos, el modelo didáctico es un

instrumento que facilita el análisis de la realidad escolar con vistas a su transformación.

Podemos, así, caracterizar como distintos "tipos" de modelos didácticos tanto la realidad

escolar tradicional como las tendencias transformadoras, como, asimismo, los proyectos

alternativos en construcción(7).

Al iniciar este análisis, es necesario constatar la vigencia de un modelo didáctico

tradicional fuertemente arraigado en nuestra sociedad(8). El modelo didáctico

tradicional (véase Cuadro 1)(9) pretende formar a los alumnos dándoles a conocer las

informaciones fundamentales de la cultura vigente. Los contenidos se conciben, pues,

desde una perspectiva más bien enciclopédica y con un carácter acumulativo y tendente

a la fragmentación (el saber correspondiente a un tema más el saber correspondiente a

otro, etc.), siendo la referencia única la disciplina; es decir, el conocimiento escolar

sería una especie de selección divulgativa de lo producido por la investigación

científica, plasmado en los manuales universitarios (cuyo contenido llega

posteriormente a las etapas de enseñanza no universitaria). No se toman en

consideración las concepciones o ideas de los alumnos, dándose, además, por supuesto

que no hay que tener especialmente en cuenta los intereses de esos alumnos, sino que

dichos intereses deben venir determinados por la finalidad social de proporcionarles una

determinada cultura. Respecto a la manera de enseñar, no se suelen contemplar

específicamente unos principios metodológicos sino que se parte de la convicción de

que basta con un buen dominio, por parte del profesor, de los conocimientos

disciplinares de referencia; el método de enseñanza se limita, entonces, a una

exposición, lo más ordenada y clara posible, de "lo que hay que enseñar" -ya que el

contenido "viene dado" como síntesis del conocimiento disciplinar-, con apoyo (distinto

según los casos) en el libro de texto como recurso único o, al menos, básico; ello puede

ir acompañado de la realización de una serie de actividades -más bien "ejercicios"-, con

una intención de refuerzo o de ilustración de lo expuesto, y en todo caso ateniéndose a

la lógica, eminentemente conceptual, del conocimiento que se intenta transmitir.

Aunque no se suele decir explícitamente, cae por su propio peso que lo que se pide al

alumno es que escuche atentamente las explicaciones, cumplimente diligentemente los

ejercicios, "estudie", casi inevitablemente memorizando, y luego repase la lección o

"unidad didáctica", y reproduzca lo más fielmente posible, en el correspondiente

examen (o "control"), el discurso transmitido en el proceso de enseñanza (discurso que

se supone idéntico, al menos en cuanto a su lógica básica, en el libro de texto y en las

explicaciones del profesor).

Esta concepción tradicional mantiene, efectivamente, una división de los saberes por

asignaturas de una forma que ha llegado a parecer "natural" a base de perdurar y

perpetuarse. Y es que la escuela tradicional se apoya en ciertas evidencias "de sentido

común", como el hecho de que la humanidad ha ido produciendo "conocimiento eficaz",

que "se puede conservar y acumular trasmitiéndolo a las nuevas generaciones" (Pérez

Gómez, 1992c), bajo la forma de la especialización disciplinar que hoy conocemos(10).

Desde esa óptica la función básica de la escuela sería transmitir a esas generaciones "los

cuerpos de conocimiento disciplinar que constituyen nuestra cultura" (Ibid.). Sin duda

esta perspectiva sigue vigente en la mayoría de las prácticas de enseñanza de nuestras

escuelas.

Uno de los problemas principales que se puede plantear en

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