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Por Qué Mueren Las Empresas?


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2012  •  904 Palabras (4 Páginas)  •  413 Visitas

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POR QUE MUEREN LAS EMPRESAS?

Las empresas mueren cuando sus costos superan larga, sostenida e irremontablemente sus ingresos. Para ser precisos, cuando las personas que trabajan en ella y en particular las que la dirijen no saben qué hacer y cuando sus accionistas no están dispuestos o ya no pueden invertir. Más concreto aún, mueren cuando quienes trabajan en ella no saben como producir el bien o servicio a costos menores que el precio, o, insisto, cuando quienes trabajan en ella no saben qué (y cómo) ofrecer a los clientes a precios atractivos. Capital, trabajo, insumos.

Pero qué muere cuando muere la empresa?. Si la diseccionamos, vemos que la empresa es varias cosas al mismo tiempo: los dueños, el capital, la marca, los clientes, su cultura, la gente, los activos, la reputación, el lugar en el mercado, las instalaciones, su historia, su conocimiento acumulado, patentes, etc. En un sentido estricto, muere cuando deja de funcionar. Pero de los elementos mencionados, son muchos los que siguen con vida. La mayoría de hecho. ¿Mueren entonces? Relativo.

Si como observadores, experimientadores e insumo de las empresas nos ponemos dentro del fenómeno vida y muerte de estas, son otras las respuestas que aparecen. Respuestas que nos sirven más además.

Habría una tendencia a separar las grandes empresas de las pymes, pero la verdad no creo que aplique. Lo que debiera ocurrir al formar una empresa, participar de ella como nuevo socio o un anónimo colaborador, o tener que cerrarla, es que muera la actividad productiva y/o comercial, pero no el corazón de la empresa. El corazón es la marca, el sueño, compromiso y la cultura encarnada al menos por sus dueños. Con eso resguardado, una empresa puede enfrentar la vida misma con todos sus cambios, adaptarse, tener (y no sufrir) grandes cambios y considerar que sobrevivió. Puede cambiar su producto, puede dejar de hacerlo, puede dedicarse a otra cosa, y seguir viviendo. Su corazón vive.

También es claro que hay "infartos" peores, en los cuáles una cirigía mayor la obligue a cambiar su marca, o una parte de sus dueños emigre. En este escenario, puede que se formen dos grupos, y nuevamente mirado desde la óptica de la vida y la muerte desde dentro del fenómeno, cada uno lleva un gen emprendedor-emprearial que ahora puede actualizar en otro camino. Pero la empresa no muere.

Podríamos armar arboles genealógicos de empresas y veríamos que se va reproduciendo una familia.

Ahora, picando fino en el corazón, creo que no está fácil la pega de definir cuál de los cuatro componentes que mencioné es más importante: la marca, el sueño, el compromiso y la cultura, son motor y pegamento de la empresa. La marca, dependiendo de su valor, podría creerse que es prescindible, pero basta con pensar qué ocurriría si la Coca - Cola pasa a llamarse distinto para volver a considerarlo importante

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