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Amor a si mismo


Enviado por   •  8 de Octubre de 2018  •  Tareas  •  3.549 Palabras (15 Páginas)  •  193 Visitas

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE LA REGIÓN NORTE DE GUERRERO

TSU MECÁNICA INDUSTRIAL

INFORMÁTICA  I[pic 2]

PRIMER PARCIAL

PROYECTO INTEGRADOR 1er PARCIAL, “USO DEL PROCESADOR DE TEXTO MICROSOFT WORD”

MII. FRANCISCO LEÓN ACOSTA

DIANA GABRIELA TAPIA BERNABÉ

FECHA DE ENTREGA: 12 DE DICIEMBRE DE 2014.

 CAPÍTULO I

AMOR A SI MISMO

 La clave dinámica de la felicidad

L

a felicidad es un territorio muy extenso, con una puerta de entrada sumamente estrecha. Esa puerta es la única que existe, porque en sí misma es la base de todo lo demás, porque sin ella no puede existir el resto. Nada puede construirse sobre un edificio sin cimientos, y los cimientos de la felicidad y el contento están hechos de un solo elemento: el amor a uno mismo.

Quien no aprende a amarse a sí mismo, jamás podrá amar a nadie, porque si su propio ser no es capaz de inspirarle amor, menos lo conseguirán los demás.

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Amor a si mismo

La persona que no se ama a sí misma, eventualmente se destruye, física, moralmente o de ambas maneras, pero no sin antes destruir mucho de lo que la rodea. Y para ello, hay muchos métodos: la gente se destruye descuidando su salud, su vida, sus relaciones con los demás, sus perspectivas de éxito.

Para auto-destruirse, no es necesario llegar al suicidio. Todos hemos conocido personas auto-destruidas, que se han convertido a sí mismas en víctimas, en mártires sin remedio; y a otras, que se han entregado al alcohol, a las drogas, al despilfarro. Muchas de estas personas, por falta de amor a sí mismas, no toleran que nadie las ame y destruyen todo el amor que les rodea con las fallas de su propia conducta.

El razonamiento es sencillo y se basa en algo tan elemental como es el instinto de conservación, lo que nos une a la vida y nos permite conservarla defendiéndola en los momentos de peligro y cuidándola todos los días, respirando, comiendo y volviendo los ojos a derecha e izquierda antes de cruzar un eje vial.

Nadie podría rebatir o contrariar la tesis de que la felicidad está basada en el amor que nos tenemos a nosotros mismos  si se hiciera la siguiente reflexión: “Yo soy lo único verdadero y perdurable que poseo”. Sólo yo estaré conmigo hasta la muerte y más allá de ella. Sólo de mi propia compañía y auxilio tengo la certeza absoluta.

Podré librarme de cualquier compañía irritante, de cualquier influencia molesta, pero jamás  de mí mismo. Y si no me amara a mí mismo, ¡qué espantosos castigo estar por el resto de mi vida, de noche  y de día, a todas horas, con alguien que no amo, con alguien que, en ciertos casos, puede hasta parecerme aborrecible o digno de desprecio.

El amor a sí mismo,  representa la base  para amar a los demás  y para disfrutar plenamente de las pequeñas y grandes cosas  que nos ofrece el simple hecho  de estar vivos. Ese amor a sí mismo no dará la única felicidad verdadera, nos consolará de la perdida de bienes materiales impulsándonos a pensar que, por impactantes que hayan sido, conservamos lo más grande: nuestra propia vida y nuestro propio amor por nosotros mismos.

 CAPÍTULO II

AMOR A LOS DEMÁS

La fórmula del éxito y del bienestar

Cuando nos amamos a nosotros mismos, amar a los demás, aunque a veces parezca imposible en ciertos casos, es lo más sencillo de lograr y lo más agradable del mundo.

Una persona amargada, llena de hostilidad o de tristeza, la derrama a su alrededor y tiñe los conceptos que tiene de los que la rodean con la misma tristeza o amargura que siente en su interior.

En cambio, si realmente se ama a sí misma, ama a los demás porque reconoce en ellos virtudes extraordinarias, en todos hasta en los que aparentemente son más despreciables.

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Aprender a convivir.

Todos conocemos a gente que nos parece aborrecible y procuramos tener el menor trato posible. Pero hay casos en los que no queda otro remedio que tener relación con esa gente “odiosa” y a consecuencia de ello, sufrimos múltiples daños emocionales y hasta físicos. Es bueno hacerse una consideración, si de todas maneras hemos de tratar a esa persona, ¿por qué no tomarlo como un reto y tratar de encontrar sus cualidades? No, ¿qué es eso de que no tiene ninguna? ¡Le garantizo  que las tiene! Es algo así como los diamantes, que jamás se encuentran a flor de tierra: son valiosísimos, pero hay que esforzarse mucho para encontrarlos y traerlos a la superficie. Ese tipo de personas “odiosas” son lo mismo. Sus virtudes no están a la vista, pero la herramienta para extraerlas está en nuestra mano, si tomamos la decisión de usarla: se llama Amor.

EL HALAGO O ZALAMERIA

AMOR

Utilizado sin medida por la gente servil, como medio para obtener algo a cambio que rebaja a quien lo da y al que lo recibe.

Prestar atención.

Ver una expresión ácida y cambiarla con una sonrisa.

Buscar el rasgo bonito  de aquella cara hostil y mencionarlo.

Buscar las virtudes subjetivas y referirse a ellas: eficiencia, profesionalismo, habilidad, rapidez, etc.

Cuadro comparativo amor y zalamería, formas de empatizar.

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        Es:[pic 7]

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        Entre:[pic 10][pic 11][pic 12]

Genera:

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Mapa conceptual puente entre las almas.

           

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Amor a los demás

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EL RESPETO POR LAS OPINIONES AJENAS

Ninguna fórmula mejor para acabar con una antigua o reciente amistad que discutir apasionadamente sobre puntos contrarios de política, religión, situaciones sociales y hasta medicina.

Cuando discutimos algo, es importante observar con cuidado tanto a la otra persona como a nosotros mismos. Si el punto a discusión es vital para ella o para nosotros, más vale no tratar de convertirnos en catequistas y no buscar el proselitismo. Cuando una teoría o un punto de vista están muy arraigados en una persona, todo lo que se haga al respecto es prácticamente inútil y definitivamente nefasto para la relación.

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