El enfoque psicoanalitico

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El enfoque psicoanalítico.

Hablar del enfoque psicoanalítico, es adentrarnos en una de las teorías más importantes en lo que se refiere a psicología de la personalidad. Si bien es cierto que dentro del modelo psicodinámico se agrupan varias teorías que, a pesar de tener discrepancias, tienen características que las asemejan y se las ha podido agrupar.

La idea central del enfoque psicoanalítico es el inconsciente. Aunque las teorías psicoanalíticas lo describen de diferentes maneras. Sigmund Freud proponía que el inconsciente estaba formado por deseos sexuales y agresivos que no son aceptables para la personalidad consciente. Para Carl Jung, el inconsciente no es solamente sexual, sino que, consiste de motivaciones más generales, las cuales pueden tener un contenido espiritual. Melanie Klein y Harry Sullivan, veían al inconsciente como una composición de conceptos primitivos acerca del sí mismo y de las relaciones con otras personas. (Cloninger, 2003)

El teórico en el cual nos enfocaremos es Sigmund Freud, catalogado por muchos autores como el fundador del psicoanálisis. Muchas de las observaciones en las cuales Freud basaba su teoría, eran de casos clínicos y estudios de casos, por lo que los resultados son difíciles de generalizar. De cualquier modo, las teorías de Freud han sido importantes para entender el funcionamiento de la mente y el comportamiento humano.

“Freud abordaba los temas del amor y el odio, la sexualidad y la destructividad, la vida y la muerte. Era cualquier cosa menos conservador y oportunista; tenía la valentía de reconocer sus equivocaciones. Puede servir de noble ejemplo de honestidad científica que evita el compromiso de la verdad”. Con estas palabras de Wolman hacia Freud, comenzaremos a revisar la teoría psicoanalítica de Freud.

Sigmund Freud nació en Freiberg, Moravia en 1856. A los tres años se traslada junto a toda su familia a Viena, al barrio judío de Leopolstadt, abandonando el lugar solo cuando los alemanes lo ocupan durante la Segunda Guerra Mundial. Pasó la mayoría de su vida en Viena y murió en 1939 en Londres. Fue un médico especializado en neurología e hizo grandes contribuciones a la psiquiatría. Propuso que las fuerzas psicológicas inconscientes afectan de manera fuerte al pensamiento y al comportamiento humano. Esta teoría ha tenido gran influencia en el mundo de la psicología, de la sociología, del arte y de la cultura.

Dentro de la importancia que se merece el psicoanálisis, podemos definir algunos puntos:

• Una buena parte del psiquismo es inconsciente
• La infancia tiene una importancia básica en la formación del carácter
• Gran parte de lo mejor de nuestra personalidad es víctima de nuestra represión.

Freud plantea que el psiquismo humano está conformado por estratos o capas y que la mente es un aparato psíquico. También plantea que la vida psíquica es la evolución de fuerzas, cargas, energía, impulsos, pulsiones, instintos, estímulos, tendencias que actúan dinámicamente. Llamamos dinámica de la personalidad a todas las fuerzas, tanto biológicas como psicológicas que constituyen al ser humano y se caracterizan por el movimiento.

El aparato psíquico está conformado por tres instancias: el inconsciente, que es la parte más inaccesible que contiene aspectos muy importantes de nuestra vida y las relaciones elaboradas a partir de la experiencia. No se experimenta directamente, pero tiene efectos profundos en el ser humano. El preconsciente, es la parte que está entre el estado inconsciente y consciente, consta de fantasías, sentimientos, pensamientos los cuales no están presentes conscientemente, pero pueden presentarse voluntaria e involuntariamente en cualquier momento. Consciente, es la parte que registra todo lo que percibimos, nos conecta mediante el principio de la realidad y nos ayuda a reflexionar sobre ella, respeta la temporalidad y responde por las leyes de la lógica.

Freud afirmaba que las conductas anormales pueden ser causadas y sostenidas por experiencias infantiles dolorosas, aparentemente olvidadas. (Mejía, 2016). Más adelante, Freud hace un nuevo estudio, refiriéndose a la estructura de la personalidad. Concibió que la personalidad está formada por sistemas opuestos que se encuentran continuamente en conflicto entre sí.

El Ello (Id), cuyo desarrollo es primario, primitivo y su naturaleza es egoísta e irracional. Contiene los impulsos sexuales (Eros) y los impulsos agresivos (Thanatos). Permanece de esa forma durante toda la vida sin verse modificada por las experiencias o el desarrollo. Actúa bajo el principio de satisfacción inmediata, queriendo resolver sus deseos instantáneamente.

El Yo (Ego), se desarrolla para mediar entre el ello y la realidad, buscando formas de satisfacerlo racionalmente. Su desarrollo es secundario, racional, realista y orientado a resolver problemas. Toma en cuenta a la razón para actuar. Si el Yo se siente abrumado por Ello y el SuperYo, utilizará diversos mecanismos de defensa (represión, regresión, negación, etc.).

El SuperYo (SuperEgo), tiene la función de controlar los impulsos del Yo, especialmente los socialmente inaceptables. Es el último componente en desarrollarse y lo hace entre los 3 y 5 años, toma en cuenta los valores aprendidos en la infancia y es perfeccionista. Está conformado por dos sistemas: la conciencia, que se encarga de castigar al Yo cuando cede ante el Ello por medio de la culpa; y, el ideal, que es la manera ideal del ser (aspiraciones, comportamiento), se premia cuando se acerca a ese ideal por medio del orgullo. Si se aleja se siente culpa.

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