La importancia de la entrevista como herramienta de trabajo terapeútico

“Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón” Julien Green.

Todo tipo de conocimiento que el hombre guste por aprender requiere forzosamente de un interrogatorio que le ayude a orientarlo en la adquisición de esa información valiosa que desconocía. Lo mismo sucede con el ser humano cuando se trata de conocerse a sí mismo; sin embargo, no siempre se puede hacer de manera particular, y por ello requiere del apoyo de un tercero que lo oriente en la dirección que mejor convenga para alcanzar el pleno desarrollo de su vida.

        Para este fin, la entrevista se presenta como la mejor herramienta de trabajo de todos aquellos que desempeñan el rol de orientadores, terapeutas, etc. Por tal motivo, Sillivan (1959) dice que “la entrevista psiquiátrica es, principalmente, una situación de comunicación vocal… cuyo propósito es el de elucidar pautas características de vivir del sujeto entrevistado, el paciente o el cliente y que pautas o normas experimenta como particularmente productoras de dificultades o especialmente valiosas, y en la revelación de las cuales espera obtener algún beneficio”.

        Tomando como punto de partida esta definición, se puede llegar a comparar la entrevista como el equipo necesario para poder echarse un clavado a las profundidades del ser y descubrir mediante la información directa (verbal) e indirecta (preverbal) y lenguaje corporal; todas aquellas emociones y sentimientos inconscientes, subconscientes e incluso también los conscientes que el entrevistado no ha logrado entender, que desconoce, o a reprimido por algún tiempo; pero que son factor importante que imposibilita su pleno desarrollo. Por tal motivo, Poussin, G. (1995) afirma que el verdadero “espíritu de la entrevista es el establecimiento de una comunicación que permita el esclarecimiento de la conducta del entrevistado”.

        Toda la información que se obtiene mediante la entrevista permitirá al entrevistador poder brindar la orientación que se considere adecuada según las pautas características de su diario vivir como la educación, cultura, etc.

        El objetivo siempre será el mismo, ayudar al paciente a descubrir cuales son aquellas adversidades y dificultades que no le permiten desarrollarse plenamente, aquellas que no tienen una explicación aparente, o que incluso son tan confusas y frustrantes que mejor decidió inconscientemente archivarlas en lo más profundo de su ser, pero que están sumamente presentes en el diario vivir.  Es trascendental que la entrevista brinde la información que proporcionará el conocimiento de la persona, a fin de que le terapeuta le oriente a alcanzar dicho autoconocimiento.

        Para tal efecto, el desempeño que logre el entrevistador será de gran importancia a la hora de recoger datos, investigar y motivar a su paciente, según las metas planteadas de la entrevista. Pues además de estas acciones, importa el descubrir aquellas relaciones significativas que se dan entre el relato que escucha del entrevistado y el comportamiento que observa. Su tarea es desnudar las intenciones comunicativas del paciente a fin de esclarecer la realidad que vive y posiblemente ignora para disminuir su culpa, la angustia, el temor, vergüenza, por fantasías idealiticas, entre otras muchas cosas más; todos llevados a cabo por mecanismos de autodefensa, con el fin de aumentar el autoestima o autoconcepto.

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