Desarrollo Ontogénetico

CRECIMIENTO HUMANO - DESARROLLO ONTOGENETICO

EL CRECIMIENTO HUMANO

DESARROLLO ONTOGENETICO

Definición de crecimiento desde el punto de vista biológico

El doctor Manuel Hernández Rodríguez, Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (2006, El Patrón de Crecimiento humano, Métodos de Evaluación) define el crecimiento como un "fenómeno biológico complejo a través del cual los seres vivos, al mismo tiempo que incrementan su masa, maduran morfológicamente y adquieren progresivamente su plena capacidad funcional".

Genes y ambiente

Se trata de un proceso determinado genéticamente y modulado por un conjunto de factores extragenéticos. En consecuencia el crecimiento humano y animal es el resultado de una interacción compleja y continuada entre genes y ambiente, que se inicia en la vida intrauterina y se mantiene a lo largo de toda la vida.

La forma en que interactúan y se interrelacionan estos factores define el patrón de crecimiento, que ha sufrido cambios adaptativos importantes a lo largo de la evolución filogenética y dentro de una misma especie durante el desarrollo ontogénico.

La curva del crecimiento

La curva que representa el crecimiento en la especie humana tiene una forma caracterizada por dos periodos de crecimiento rápido, con sus fases de aceleración y desaceleración, separados por un periodo de crecimiento estable. El primero de estos ciclos de crecimiento acelerado corresponde al periodo fetal y los primeros meses de vida extrauterina y el segundo al estirón de la pubertad. Entre ambos, a la edad de 7 años, se observa un incremento ligero de la velocidad y coincide con la adrenarquía. Esta última se relaciona con las cambios hormonales meses antes de que se inicie la pubertad.

Nos dice le doctor Manuel Hernández en el mencionado artículo que este perfil ocurre también en los primate, pero se asemeja "más a la curva humana en los antropoides más evolucionados como el chimpancé, en el cual el intervalo entre el nacimiento y la pubertad es de 7 a 8 años y el estirón puberal muestra ya el característico dimorfismo sexual, con un brote de crecimiento más precoz y menos intenso en las hembras y más tardío y amplio en los machos."

Crecimiento y decrecimiento

Vemos que el vocablo crecimiento describe generalmente aquella actividad del individuo que comprende un incremento. Esta actividad puede crecer por el efecto del diseño genético del individuo y el ambiente que le sirve de entorno. Por ejemplo un niño crece en tamaño por el efecto de la interacción de su programación genética que lo impele a envejecer con implicaciones de aumentación de la masa corporal y el factor tiempo que sirve de entorno. Puede ser también que en ocasiones el diseño genético como el entorno hacen que el individuo (especialmente el viejo) deje de crecer y comience a decrecer en varios de sus rasgos.

El viejo generalmente comienza a dar muestras de involución o decrecimiento a la altura de los cincuenta y tres años de edad. No obstante "un anciano sano conserva, aunque mermados, sus organos y funciones, con suficiente capacidad para disfrutar de una existencia autónoma, placentera y con satisfactoria calidad de vida, hasta mas allá de los 110-120 años" (Investigación Clínica, Vol. 1, No. 4, Págs 377-379, Facultad de Medicina de Granada).

Parecería obviamente contradictorio que el crecimiento implique también decrecimiento. Es tan sólo aparente porque el decrecimiento de ciertas actividades o condiciones tanto físicas como mentales del anciano, si forma parte de su desarrollo normal, representa una especie de negociación con la naturaleza. Al anciano le decrece su memoria incidental y declarativa pero le aumenta su sabiduría, juicio e inventiva. Claro que no podemos obviar el hecho, cuantitativo en su forma de medirlo, que hay gran variabilidad en la población de ancianos. Hay ancianos que ya a los setenta años y hasta más jóvenes que son prácticamente incapacitados, mientras que hay otros que exhiben mayor grado de funcionalidad

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