7 saberes de Edgar Morin. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro

Martínez Guerra Marla Eunice

Los siete saberes necesarios para la educación del futuro

Considero que la finalidad del autor al redactar este documento es  abrirle los ojos al lector y mostrarle las problemáticas que envuelven a la humanidad, mismas que están presentes en  nuestro día a día pero que muy pocas veces tomamos en cuenta.  El texto no sólo se reduce a la comunidad estudiantil, sino que es aplicable para cualquier ser humano en cualquier momento de su vida, pues todos los días estamos en constantes procesos de aprender y desaprender cosas, todos somos partícipes de lo que pasa en el mundo y aplicando estos saberes podemos ayudar a transformar el rumbo de la humanidad hacia un mejor futuro.

Sin más, comenzaré a redactar mis reflexiones acerca de cada saber de la misma manera en que lo hizo Morin, punto por punto, ya que opino que por la complejidad del texto esa es la mejor manera de abarcar todo sin perder el hilo de la información.

1. Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión.

El conocimiento, al ser creación de la mente humana lleva consigo desde su nacimiento el error, producto de nuestra condición humana e imperfecta, del ruido que hay en su transmisión, del constante cambio en el que nos envolvemos y del juego mental en el que tendemos a caer de comprender, entender y aprehender (es decir, hacer nuestro) lo que queremos de él. Aunado a esto, nuestra cultura y el contexto en el que nos desarrollamos determinan en gran medida nuestras ideologías y formas de ver el mundo.

Es por ello que no debemos encasillar el conocimiento ni casarnos con la idea que tenemos de él, no debemos despreciar las ideologías de las demás personas pues son fruto del mismo proceso mental por el que paso el nuestro, de su forma de ver el mundo y el medio que los rodea, por lo tanto, no tenemos la facultad de determinar si es correcto o no en base a lo que pensamos pues nada nos asegura que lo que pensamos está bien o mal. Por lo tanto debemos mantener nuestra mente abierta a ideas ajenas, hacer que nuestros ideales sean fuertes pero a la vez flexibles en caso de que sea necesario y tomar en cuenta que la diversidad e intercambio de ideas es lo que hace rico al pensamiento.

1. Los principios de un conocimiento pertinente.

Para mí, este saber se resume en esta frase: “Todas las cosas siendo causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas y todas sostenidas por una unión natural e insensible que liga las más alejadas y las más diferentes, creo imposible conocer las partes sin conocer el todo y tampoco conocer el todo sin conocer particularmente las partes”. Es decir, el conocimiento envuelve todos los aspectos del universo, y este al ser parte de un mismo todo, de una misma entidad, engloba y une a todos sus constituyentes.

Al ser conscientes de ello no debemos cerrarnos únicamente a nuestra realidad ni a lo que aplicamos en nuestra vida, si no tenemos que ir en búsqueda de lo demás, de lo que nos resulta extraño y poco habitual pues no estamos separados del todo de ello, si bien, no es posible saberlo todo, el conocimiento es tan extenso y tan amplio que NO DEBERÍAMOS pasar un solo día sin aprender algo nuevo. También, considero que es de suma importancia ser responsables del conocimiento que ya adquirimos, por muy fácil o simple que parezca, y no dejarlo escondido en el baúl de los recuerdos. ¿A qué me refiero con esto? A que por ejemplo, las cosas que hemos aprendido en la primaria, es decir, las capitales del mundo, la historia de nuestro estado o país, los cálculos matemáticos, las reglas ortográficas, etc. por muy sencillas que parezcan no debemos olvidarlo.

1. Enseñar la condición humana.

Somos parte del Universo, creación del mismo, no dueños ni ajenos a él, no hay que pasar nuestra vida tratando de entenderlo pues considero que eso está fuera de nuestros límites siendo que hay otras cosas en las que debemos concentrar nuestra atención, como por ejemplo, nuestra realidad, nuestra casa, nuestra Tierra, nuestra cultura, misma que ha sido la creación de la humanidad con el paso de los siglos y que va cambiando y moldeándose con ella. Tomar en cuenta que nuestra naturaleza humana implica raciocinio, relaciones, sentimientos, impulsos y hasta agresividad, pero que sin el conjunto de ellas sería imposible un progreso pues, por ejemplo, no habría una búsqueda de la verdad, de conocimiento sin la curiosidad, tampoco el desarrollo de nuevas y mejores tecnologías sin el deseo o la necesidad de nuestras comodidades y necesidades.

...