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Fonoaudiólogo escolar


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2014  •  1.757 Palabras (8 Páginas)  •  150 Visitas

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El Fonoaudiólogo escolar realiza actividades de prevención de desórdenes comunicativos; promoción del bienestar comunicativo de todos los escolares; identificación de estudiantes con desórdenes comunicativos o en riesgo de presentarlos; evaluación – diagnóstico e intervención de los mismos, dentro o fuera del salón de clase, según considere conveniente; consejería a padres y/o cuidadores; asesoría a maestros y otros profesionales; investigación y documentación. El Fonoaudiólogo escolar es un miembro importante del equipo educativo de la institución, y cumple cinco roles fundamentales relacionados con la planeación del servicio fonoaudiológico, los servicios asistenciales, el desarrollo de acciones de prevención y promoción, la consultoría en lenguaje y la investigación”.

LENGUA Y COMUNICACIÓN

Bustamante y Guevara (2003, p. 65) explican que en los cursos tradicionales de Español y Literatura, la enseñanza se suele reducir a enfatizar la importancia de la gramática, en cuanto ésta permita alcanzar una buena redacción, es decir, la construcción de textos “correctamente” escritos, según los cánon es establecidos por las autoridades del idioma. Sin embargo, no hay que olvidar que comunicarse no es solo gramática. El proceso de la comunicación consiste en la transmisión, hombre a hombre, de significados con cierto contenido intelectual o cognitivo, para evocar en otra persona el mismo contenido, lo cual implica que no es un simple envío de información con destino a una masa amorfa, sino el intercambio conceptual entre dos o más interlocutores concientes, fundamentado en el análisis y orientado a la aparición o modificación de una conducta. Haber mas (1984, p. 393) complementa esto diciendo que un hablante escoge una expresión lingüística inteligible es para entenderse con un oyente sobre algo y a la vez darse a entender a sí mismo. La intención comunicativa del hablante comprende, pues,

a) el realizar un acto de habla que sea correcto en relación con el contexto normativo dado, para poder con ello establecer una relación interpersonal con el oyente, que pueda considerarse legítima;

b) el hacer un enunciado verdadero (o presuposiciones de existencia ajustadas a la realidad) para asumir que el oyente pueda asumir y compartir el saber del hablante; y

c) el expresar verazmente opiniones, intenciones, sentimientos, deseos, etc., para que el oyente pueda fiarse de lo que oye. Ha de tenerse en cuanta que la lengua o idioma, fenómeno cultural históricamente posterior al habla, es según Rojas (1989), el reino de las articulaciones de los signos, o según Saussure (1982, p. 53), un sistema que combina una serie distinta de significantes con una serie distinta de significados, de tal manera que esas articulaciones convierten la facultad del lenguaje en pensamiento hablado y sirve de mediadora entre el individuo y la sociedad. De allí surge la idea de que es la palabra y no la gramática la que señala un objeto, un fenómeno, una acción, o una relación. La palabra nos da la posibilidad de analizar los objetos, destacar de ellos las propiedades esenciales y situarlos en determinada categoría. La palabra es un medio de abstracción y síntesis, refleja los nexos y relaciones profundas que hay tras los objetos del mundo exterior (Luria, 1980,p.27)Para Sawyer y Butler (1991) identificar lo que una palabra significa es un problema complejo. Dentro de la memoria semántica hay un diccionario mental del hablante. Este proporciona información acerca de las palabras, sus significados y pronunciación, así como de sus contextos asociacionales. Como consecuencia, el significado de una palabra es activado dentro del contexto en el cual se lee. En otros términos, el contexto dispone de ayudas para elegir cuál de los significados es el apropiado, siempre y cuando el niño tenga un suficiente conocimiento del mundo que lo rodea. Según Miller (1979), sin comunicación, la organización social es imposible. El individuo que no habla con ningún miembro de un grupo está necesariamente aislado y no puede adquirir el conocimiento, ya que éste se construye mediante el intercambio dialógico que permite negociar la interpretación del mundo.

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Para Rossi - Landi (1970, p. 22 y 23), la lengua no es una creación del individuo, sino producto de la comunidad: En ningún caso el aprendizaje individual del lenguaje dentro de una lengua consistió en la producción de los instrumentos de los que cada lengua hoy consiste; se cumplió socialmente a través de decenas o centenares de milenios y sería totalmente absurdo pensar que pueda ser cumplido nueva mente por un solo individuo. Sería como aprender a servirse de los instrumentos y procedimientos, supongamos, de la extracción minera contemporánea, sino recorrer solo toda la historia de tal extracción. Esto también lo afirma Miller (1979) indicando que las 1500 lenguas existentes en el mundo ofrecen un testimonio vigoroso de que implica un aprendizaje. Así, al niño no le es posible construirla, ya que según Saussure (1982, p. 136), de hecho, ninguna sociedad conoce, ni jamás ha conocido la lengua de otro modo que como un producto heredado de las generaciones precedentes y hay que tomar tal cual es. Sencillamente se aprende desde los primeros días de vida el modelo lingüístico que le proporciona la sociedad donde nació, por medio del cual le es posible aprehender la realidad. Con base en lo tratado anteriormente, se supone que tanto el emisor como el receptor son individuos con un sustrato idéntico para la codificación o descodificación (lenguaje). El emisor demuestra la intención de expresar sus sentimientos, pensamientos, ideas o conceptos, y se supone que el receptor está en disposición para reaccionar y apropiarse de los mismos, descifrándolos y comparándolos con las experiencias previas que puedan concordar. El primero codifica su mensaje, el cual es enviado por medio de un canal, y el segundo, lo descodifica. Si se da este proceso ideal, el receptor podrá comprender lo que esperaba transmitirle su interlocutor, para invertirse posteriormente los papeles, convirtiéndose éste último en emisor. Una visión útil del proceso comunicador se ve como un conjunto de sub - procesos dentro del cerebro de los interlocutores. El sub - proceso inicial se ubica con el “hablante” en intención de comunicarse, e involucra una serie de etapas normalmente jerarquizadas, desde el conocimiento implícito de los significados, la sintaxis, la correspondencia palabra - sonido o palabra - signo manual o gráfico que se usan para codificar un mensaje dentro de una señal acústica, kinésica o gráfica. El destinatario, por

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