Actividad de parábola La oveja perdida

LECTURA.

¿Qué dice el texto bíblico en sí mismo?

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La Biblia no es un libro anticuado e insignificante para nuestra vida, sino actual y significativo. Tiene mucho que decirnos sobre nosotros mismos, sobre el mundo y sobre el momento histórico que vivimos. Pero para descubrir la unión entre esa Palabra, escrita hace siglos, y nosotros, hemos de leer de forma constante y continua, perseverante y diaria la Biblia, hasta familiarizarnos con ella. La lectura busca la dulzura de Dios, y como es el punto de partida, debe hacerse con atención y respeto.

Jesús para explicar que hay más alegría en el cielo por una persona que se arrepiente que por personas justas que no necesitan arrepentirse, contó la parábola de la oveja perdida. Esta trata de un pastor que estaba en el campo con sus 100 ovejas y se le pierde una. Este fue en búsqueda de la oveja perdida y dejó a las 99 en el campo. Cuando el pastor la encontró, la puso sobre sus hombros y la llevó a casa, feliz les contó a sus amigos que había encontrado su oveja perdida y que se alegraran por él. Pues, estaba más feliz por haber encontrado a su oveja perdida que hace referencia a las personas pecadoras, que por el hecho de haber tenido a las otras 99 que hacen referencia a las personas justas.

Del mismo modo que el pastor, Dios no quiere que se pierda ninguno de sus hijos.

MEDITACIÓN

¿Qué nos dice el texto bíblico a nosotros/a mí?

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Por la meditación se penetra en el fruto que la letra nos ha mostrado, lo fundamental sería llegar a comprender “¿Cuál es el mensaje que este pasaje tiene para mí? O ¿para nosotros? Es aquí donde se establece el diálogo entre lo que Dios nos dice en su Palabra y lo que sucede en nuestra vida. Se medita reflexionando, nos pueden ayudar algunas preguntas como estas: ¿Qué diferencias y parecidos hay entre lo que estoy leyendo y mi vida? ¿Qué cambio debiera haber en mi vida? ¿Qué debería crecer en mí? ¿Qué me dice a mí el señor? ¿A qué nos compromete y cómo nos interpela?

La parábola de la oveja perdida nos da un mensaje que cuando pecamos no todo está perdido, podemos arrepentirnos. Pues, Dios siempre se alegra cuando nos retractamos de nuestros malos actos.

Cuando pecamos somos como la oveja perdida, a veces porque no nos damos cuenta que hacemos mal. Así como el pastor se alegró cuando encontró la oveja, Dios también se alegra cuando nosotros nos arrepentimos de las cosas malas que hacemos.

Nadie es perfecto, todos pueden errar por la falta de experiencia, puede caer por los peligros que hay, pero cuando uno está en oración, con Cristo, él nos protege, podemos caer, pero no en pecados graves.

ORACIÓN

¿Qué le digo/ decimos/ yo/nosotros al Señor como respuesta a su Palabra?

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La oración, provocada por la meditación, comienza con una actitud de admiración silenciosa y de adoración al Señor; es la segunda parte del diálogo que iniciamos con la meditación, y la pregunta que nos motiva en este momento sería algo así: ¿Qué me inspira decirle a Dios el pasaje que he meditado?

Dios, Padre, Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, gracias por un día más de vida y protegernos de todo mal.

Perdónanos por las veces que te hemos fallado y por no habernos arrepentido de las cosas que hemos hecho mal.

Te pedimos perdones por nuestra imperfección, nos libres de caer en tentación y ayudes a ser mejores personas. Danos la fortaleza y sabiduría necesaria en nuestro actuar, y permítenos ayudar a las demás personas para que tengan la oportunidad de arrepentirse igual que nosotros. A través de tu hijo amado Cristo Jesús te hacemos llegar esta oración de arrepentimiento por los pecados que hemos cometido. Amén.

CONTEMPLACIÓN

¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida nos pide el Señor?

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Medita

Podemos entenderla como una nueva manera de ver, observar y analizar la vida, los acontecimientos y la historia personal y colectiva: mirar al mundo desde los ojos de Dios. De aquí brotará el compromiso por insertarnos en nuestro mundo y colaborar con Dios en su transformación. Sé parte del texto que se leyó y se meditó, todo aquello que se ha dicho, que se ha escuchado, que se ha conocido ahora sirve de medio para hablarle al Señor de corazón a corazón. Deja un Momento de silencio para contemplar el Amor de DIOS y deja que la palabra ilumine tu vida. En silencio oramos y contemplamos al Señor que nos ama y nos contemplamos nosotros mismos amados por el Señor y cumpliendo nuestro compromiso.

En la actualidad, podemos ver la parábola reflejada en las personas que se hacen daño y hacen daño a otros, como, por ejemplo: las personas alcohólicas, drogadictas, fornicadoras, adúlteras y delincuentes. Éstos caen en tentación y se van por mal camino muchas veces debido a que no tuvieron suficiente orientación, los principios básicos y/o valores de una familia. Sin embargo, algunos se arrepienten de corazón haber pecado contra su prójimo y contra Dios, por lo cual debemos alegrarnos por aquellas personas que reconocen sus errores y tienen el compromiso de no volverlo a hacer.

ACCIÓN

¿Qué va a cambiar…?

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La escucha orante de la Palabra de Dios debe llevarnos al compromiso, a que en la vida cotidiana se refleje lo que hemos orado ¿Cómo voy a aplicar a mi vida la enseñanza recibida?, ¿Qué propósitos voy a cumplir? Quédate con una frase que te acompañe durante el día para revivir la presencia de Dios.

Como persona, voy a poner en práctica la parábola de “La oveja perdida” orando por los demás y por mí, para que tomemos conciencia de nuestros malos actos y nos arrepintamos a tiempo. También, leer más acerca de la palabra de Dios; así como, predicar y hablar a los demás sobre las santas escrituras, para actuar de la mejor manera y no caer en tentación, de esta manera agradar y hacer la voluntad del Padre.

Frase: “La alegría de Dios es que obremos el bien”.