El deseo de obtener determinado objeto hace que la gente quiera negar su propia realidad

El deseo de obtener determinado objeto hace que la gente quiera negar su propia realidad, “la práctica del consumo consiste en una negación esencial del acontecimiento, del enfrentamiento y de la exigencia de la realidad y la verdad” (Baudrillard, La Sociedad de Consumo. Sus mitos, sus estructuras., 1970, pág. XLVIII). La gente compra muchas veces para llenar vacíos emocionales, por problemas en el trabajo o conflictos en el hogar, solo quieren escapar un momento de la realidad que están viviendo y pasar un minuto agradable aun sabiendo que no tienen el dinero para sustentar estos gastos extras.

El individuo parece otorgarle un carácter milagroso al momento de consumir, puesto que se rodea de objetos fetichizados de los cuales debe esperar que le entreguen felicidad, evidentemente esta nunca se logra materializar. Esto no le conviene a la industria ni las grandes cadenas que mueven todo este mercado, ya que necesitan mantener en marcha sus mecanismos, necesitan de la insatisfacción del individuo para poder alimentarse.

Otro punto importante a tomar en cuenta sobre la felicidad, es lo inalcanzable que es, ya que al cambiar constantemente los productos del mercado no terminan de cancelar un objeto cuando este ya no lo desea porque su punto de mira cambio y se ha fijado en la última versión estrenada. Relacionado con esto se encuentra que tampoco hay tiempo para disfrutar de la felicidad, solo hay momentos para trabajar, es la única manera de conseguir los recursos necesarios para poder obtener los objetos correspondientes al estatus que se desea alcanzar.

Junto con lo que conlleva la tecnología y el excesivo consumo de esta, la población de hoy en día se ha visto afectada por nuevas enfermedades psicológicas o bien se incrementado el número de las ya detectada hace algunos años, dado que vivimos en un mundo donde la virtualidad se ha tomado gran espacio de nuestra cotidianidad, donde con un clic puedes ser quien tú quieras ser, sin necesidad de salir incluso de tu hogar.

Queramos o no el consumo es un medio para poder comunicarse, es un tema universal para expresarse, el saber qué consume la otra persona es de interés para el que escucha, “hay que plantear claramente desde el comienzo que el consumo es un modo activo de relacionarse (no sólo con los objetos, sino con la comunidad y con el mundo), un modo de actividad sistemática y de respuesta global en el cual se funda todo nuestro sistema cultural.” (Baudrillard, La Sociedad de Consumo. Sus mitos, sus estructuras., 1970, pág. XIII)

En ocasiones la conversación gira entorno a determinados productos adquiridos en ciertos locales, los cuales representan una marca, desencadenando estos en un estatus para la persona que lo obtiene, ya sea de ropa, joyas o compañías de celular, pero lo que en realidad se dice es que “la marca de un producto no marca al producto, marca al consumidor como el miembro del grupo de consumidores de la marca” (Baudrillard, La Sociedad de Consumo. Sus mitos, sus estructuras., 1970, pág. XLIII), de esta forma se logra encasillar a las personas con determinados prejuicios por utilizar tal marca.

Nuestra sociedad esta tan contaminada por simulaciones,

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