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El nuevo Documento de trabajo Perdón y Reconciliación


Enviado por   •  24 de Enero de 2018  •  Ensayos  •  4.547 Palabras (19 Páginas)  •  192 Visitas

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Documento de trabajo Perdón y Reconciliación

Diócesis de Vitoria, 11 noviembre 2014

0. Introducción

Este Documento de trabajo lo hemos elaborado la Comisión Perdón y Reconciliación del Consejo pastoral diocesano, con la aprobación del mismo Consejo pastoral diocesano y de D. Miguel Asurmendi, nuestro obispo.

Los destinatarios de este Documento son las cristianas y cristianos de la diócesis de Vitoria, las comunidades, grupos y movimientos, las parroquias y unidades pastorales, religiosas y religiosos, los colegios y colectivos de enseñanza católicos, y todas las personas de buena voluntad de nuestro entorno.

La finalidad de este documento es dotarnos de algunas herramientas y materiales para que las seguidoras y seguidores de Jesús de nuestra diócesis tengamos una oportunidad de reflexionar, ojala en grupo, sobre la paz, el perdón y la reconciliación en nuestra sociedad vasca, y podamos aportar cada uno nuestro granito de arena para su consecución. Sería deseable que lo difundamos en todas las parroquias y colegios de nuestra Diócesis, así como que animemos a todos los grupos y comunidades a que hagamos el esfuerzo de leerlo y reflexionarlo juntos.

1.  Actualidad del tema

Existe en la actualidad un hartazgo general en la sociedad civil, ante el hecho de que no se den más pasos hacia la paz y la reconciliación social.

Coexiste también un anhelo enorme de que la paz plena se cumpla con la entrega de las armas y la autodisolución definitiva de ETA; de que la reconciliación avance con: la modificación de la política penitenciaria; la aplicación de las leyes adaptadas a las nuevas circunstancias; el reconocimiento del daño y del mal causado por ETA; la confesión de complicidad de quienes la han jaleado y ayudado, y de quienes han generado violencia, tanto desde organizaciones de otro signo, como desde el propio Estado; y con el esfuerzo personal y colectivo por prepararnos para comprender, perdonar y querer al otro.

En este marco, lo que este Documento de trabajo pretende, es que, como seguidoras y seguidores de Jesús, nos sentemos nosotros a hablar y reflexionar sobre el conflicto vivido en el País Vasco y sus consecuencias, y a la luz de la palabra de Dios, podamos cambiar algunas actitudes personales y llegar a acciones concretas personales y grupales de perdón y reconciliación.

Nos decía en febrero D. Juan María Uriarte a los responsables laicos diocesanos: “No parece todavía llegada la hora de la reconciliación, más dilatada en el tiempo y más costosa aún que la pacificación. Pero sí es tiempo de hablar de reconciliación, de todos sus elementos (verdad, justicia, diálogo, perdón). También del perdón.” (D. Juan M. Uriarte, Preguntas pertinentes-respuestas incompletas, 27 feb 2014).

Es bueno para la paz y la reconciliación que en nuestras conversaciones familiares, profesionales y entre amigos abordemos, cuando se dé la ocasión, esta temática. Nosotros os invitamos a hacerlo desde ahora, en los grupos parroquiales, entre los fieles que vienen a las eucaristías, entre los alumnos de los colegios, en las comunidades vivas, etc. Creemos que tiene sentido que cada uno de los cristianos y grupos de nuestras parroquias, cada uno de nuestros alumnos, etc, tengamos reuniones, encuentros, con esta temática; cada uno tenemos nuestra propia sensibilidad, pero todos deseamos una paz plena y una sociedad reconciliada; es pues necesario reunirnos, abordar el tema de la pacificación, del perdón y la reconciliación, y contrastar nuestras perspectivas; así nos enriqueceremos mutuamente, sabiendo aguantar las naturales tensiones en aras de dar un paso modesto hacia una sociedad plenamente pacificada y reconciliada.

Una fe firme y común, el aprecio de nuestra pertenencia a la comunidad de Jesús, políticamente plural, nos capacita para, entre todos, buscar la verdad y una mayor concordia, y así brindar a la sociedad la muestra de que es posible el acercamiento entre personas de diferente sensibilidad.

No debe paralizarnos el miedo a  crear tensiones entre nosotros. Somos seguidoras y seguidores de Jesús, somos iglesia, y tenemos una palabra que decir, un gesto qué hacer; sabemos que lo específico de los cristianos es la misericordia, es el perdón, es la reconciliación; procurar la paz, la reconciliación individual y social pertenece a nuestra misión como comunidad de Jesús. ¿Cómo saber hoy, ahora, qué palabra decir o qué gesto o gestos hacer? Es necesario sentarnos y hablar llanamente, pausadamente, escuchándonos unos a otros.

2. Nuestra pequeña experiencia de sentarnos a hablar

Todos nosotros hemos vivido los años de enfrentamiento violento en la sociedad vasca desde posturas y actitudes diversas; hemos estado ahí, en medio de la realidad, agitados, perturbados y cuestionados por ella.

Cuando nos damos tiempo para hablar y escucharnos, cuando el diálogo fluye, los conflictos siguen ahí, los problemas perduran, pero cambiamos nosotros, cambian nuestras actitudes, nuestra perspectiva y enfoque, sentimos que se rompen barreras y que hemos avanzado. Para ilustraros en este punto, os contamos nuestra experiencia como Comisión de Perdón y Reconciliación.

Hace ya dos años formamos esta Comisión; desde el comienzo tuvimos grandes discusiones al interior de nuestra Comisión.

Teníamos opiniones encontradas y opuestas, la realidad es conflictiva y nos enfrentaba, nos acaloraba, incluso en cosas pequeñas que no venían de la realidad conflictiva, sino del mismo evangelio; por ejemplo discutíamos con mucho calor si teníamos que perdonar siempre;  contestábamos que no, que si no nos piden perdón ¿por qué tenemos que perdonar? Luego, poco a poco, en las siguientes reuniones, nos fuimos dando cuenta de que el evangelio nos exige a los seguidores de Jesús que tenemos que perdonar siempre, aunque aquellos que consideramos ofensores no nos pidan perdón.

Es un ejemplo de cómo el diálogo y la escucha al interior de la Comisión nos ha ido cambiado a nosotros mismos, nos ha ido acercando como personas; nos hemos ido escuchando los unos a los otros, y sí, claro que seguimos discutiendo, pero hemos aprendido mucho, y ahora nos escuchamos con mucho agrado, nos respetamos, nos apreciamos, nos valoramos y nos queremos.

Además, los miembros de la Comisión, con nuestros debates internos, con nuestras continuas reuniones dándole vueltas al tema del perdón y la reconciliación, hemos ido dándonos cuenta que hay otros espacios más personales, (familiares, y en nuestros pueblos,  barrios y ambientes), en los que nosotros mismos tenemos que dar ejemplo de perdón y reconciliación, simplemente por ser coherentes con todo lo que vamos reflexionando con la ayuda de la palabra de Dios; y esto nos ha llevado, por ejemplo, a irnos reconciliando dentro de la familia con aquellos miembros de los que estábamos alejados…

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