INFORME DE LECTURA CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA “DEI VERBUM”

INFORME DE LECTURA

CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA “DEI VERBUM”

PATROLOGÍA

Sem. Yorman Dayan Castro Santos

CONFIGURATIVA I

2018

En el proemio del documento, promulgado el 18 de noviembre de 1965, los padres conciliares reafirman su fidelidad a la Palabra de Dios y su deseo de proponer la doctrina auténtica sobre la Revelación y su transmisión. Consta además de cinco capítulos:

CAPÍTULO I: Naturaleza de la Revelación

• Dios se revela al hombre en la persona de Jesucristo, mediador y plenitud de la Revelación, y lo llama a estar en su compañía.
• La Revelación se realiza por obras y palabras.
• A través de la historia, Dios fue conduciendo al hombre hasta la llegada del Salvador.
• Cristo, con su presencia y manifestación, lleva a plenitud toda la Revelación. No se debe esperar otra revelación pública.
• La Revelación debe ser acogida por el hombre con una respuesta de fe. Ésta es suscitada por la gracia del Espíritu Santo.
• El hombre es capaz de conocer a Dios.

CAPÍTULO II: Transmisión de la Revelación divina

• La Revelación divina debe conservarse íntegra, y debe transmitirse a todas las edades; por esta razón, Jesús eligió y envió a sus Apóstoles. Éstos a su vez nombraron a los Obispos como sus sucesores.
• La predicación apostólica se ha de conservar por transmisión continua hasta el fin del tiempo. A esto se le llama “Sagrada Tradición”. Las palabras de los Santos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradición.
• La Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza acerca de todo lo revelado. Bebe también de la Tradición, que ha de recibirse y respetarse con el mismo espíritu de devoción.
• El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado únicamente al Magisterio de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo.
• La Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, están unidos y ligados.

CAPÍTULO III: Inspiración divina e interpretación de la Sagrada Escritura

• La Iglesia reconoce que los libros del A.T. y del N.T. son sagrados y canónicos. Han sido inspirados por el Espíritu Santo.
• Los libros Sagrados enseñan sin error la verdad divina.
• El intérprete de la Escritura debe estudiar y considerar el contexto en el que se desenvolvió el autor, teniendo en cuenta los géneros literarios de su composición. Se ha de leer e interpretar con el mismo Espíritu con que fue escrita.
• Dios ha querido valerse del lenguaje humano para Revelar su Palabra.

CAPÍTULO IV: El Antiguo Testamento

• Los libros del A.T. conservan para siempre su valor, ya que en ellos se evidencia la forma como Dios se fue revelando desde los patriarcas y profetas.
• El fin de la economía antigua era preparar la venida de Cristo.
• Dios inspiró ambos testamentos, de modo que el Antiguo encubriera el Nuevo, y el Nuevo descubriera el Antiguo.

CAPÍTULO V: El Nuevo Testamento

• El N.T. posee un carácter de alta relevancia, ya que anuncia la obra de la salvación realizada por Cristo.
• La Iglesia defiende que los cuatro Evangelios son de origen apostólico.
• La Iglesia defiende la historicidad de los Evangelios. Narran fielmente la obra y la enseñanza de Jesús. Los autores tomaron datos de la tradición oral y/o escrita, sintetizaron y adaptaron a cada situación de las Iglesias.
• Las cartas de Pablo y los demás escritos apostólicos del Nuevo Testamento también son inspirados por el Espíritu Santo, y confirman la realidad de Cristo.

CAPÍTULO VI: La Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia

• Toda la predicación de la Iglesia, como toda la religión cristiana, se ha de alimentar y regir con la Sagrada Escritura. La Iglesia la venera como lo hace con el Cuerpo de Cristo.
• La Iglesia procura brindar traducciones exactas y adaptadas en diversas lenguas para que los fieles tengan acceso a la Sagrada Escritura.
• Los exegetas católicos y los demás teólogos han de trabajar en común esfuerzo y bajo la vigilancia del Magisterio para investigar con medios oportunos la Escritura y para explicarla.
• El estudio de la Escritura debe ser el alma de la Teología.
• El Santo Sínodo recomienda insistentemente a todos los fieles, especialmente a los religiosos, la lectura asidua de la Escritura para que adquieran la ciencia suprema de Jesucristo (Fil 3,8).
• Los obispos deben instruir a sus fieles en el uso recto de los libros sagrados, especialmente del Nuevo Testamento y de los Evangelios, empleando traducciones de la Biblia provistas de comentarios que realmente expliquen.

...