ACTUALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN LA FE EN EL MOVIMIENTO SCOUT

ACTUALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN LA FE

EN EL MOVIMIENTO SCOUT

Desde mi experiencia como sacerdote acompañando espiritualmente el grupo scout de mi parroquia y luego de la lectura de la bibliografía sugerida me surgen algunos interrogantes y desafíos, pero sobre todo algunas certezas sobre la animación espiritual, o educación en la fe, en el Movimiento Scout:

¡Certeza de que la dimensión espiritual es algo inherente a la persona humana, está en su naturaleza!

El hombre necesita de lo trascendente para darle un rumbo y un sentido a su existencia. Independientemente de cómo se lo llame (Ser Superior, energía, chacras, etc.) tengo la seguridad de que es Dios Padre quien nos atrae hacia sí y quiere nuestra felicidad. Negar la dimensión religiosa del hombre es quitarle una parte fundamental de su esencia. Dentro del movimiento scout creo que es fundamental ayudar a cada beneficiario (y a cada educador también) a descubrir la importancia de esta dimensión de su persona no siempre bien valorada. Que descubra que es tan importante cultivarla como se hace con lo afectivo, lo comunitario, las habilidades en relación a la naturaleza, etc.

¡Certeza de la necesidad de volver al origen! 

Volver la mirada al origen del Movimiento Scout en el que, según BP, la religión no es un agregado sino una parte inseparable en la educación a través del método scout. Teniéndolo presente y claro se hace innecesario el cuestionamiento si la educación en la fe debe ser parte o no de la metodología scout. Está en las bases, está en sus cimientos, es parte de la identidad del Movimiento.

Teniendo en claro este elemento, cada educador buscará la forma de conocer y profundizar en sus fundamentos, contenidos, metodologías, etc. para su crecimiento personal pero también para poder acompañar a los suyos de la mejor manera posible.

¡Certeza de la Promesa y Ley Scout como principios! 

Trabajar de modo tal que la Promesa y los artículos de nuestra Ley sean realmente significativos y llevados a la práctica en la vida concreta, fuera del ámbito del grupo scout. Que el “ama a Dios y vive plenamente su fe” del artículo primero, pueda exteriorizarse y vivirse de manera plena siendo fiel a la fe profesada. Superando todo individualismo y descubriendo la alegría de vivir la fe en comunidad. En un tiempo de la historia en la que todo es relativo y pasajero se debe ayudar a que el beneficiario haga propia la promesa y la ley scout para transformar su interior y buscar siempre dar lo mejor de sí para servir a Dios, a la Patria, la Iglesia (en nuestro caso) y a los demás.

¡Certeza de la necesidad de la vivencia en comunidad!

El vivir plenamente la fe implica ser parte de una comunidad religiosa concreta, no podemos pensar nuestra fe aislados de los demás. En nuestros grupos scout muchas veces patrocinados por las parroquias, esta identidad parroquial debe ser fundamental. No somos un grupo al que la Parroquia cede un espacio para que realice sus actividades cada sábado, sino que somos partes de la Comunidad Cristiana. Somos parte de la actividad pastoral parroquial destinada a los niños, adolescentes y jóvenes. Somos partícipes y responsables de la tarea evangelizadora de la Iglesia, a través del método scout.

Tanto el beneficiario como el educador (y por qué no sus familias) deben poder reconocer y vivir esta dimensión comunitaria de la fe; descubrir su lugar de importancia dentro de la vida parroquial; descubrir que tienen mucho para aportar a la evangelización y que la comunidad también les puede aportar mucho a su vivencia personal.

¡Certeza de la necesidad de conocer las verdades de fe!

Para amar a Dios y vivir plenamente la fe se hace necesario conocer los principios y verdades de la fe que se profesa. Un scout no puede afirmar que vive plenamente su fe si no conoce al menos las verdades fundamentales de su credo. En nuestro caso de grupos scout católicos, no podemos pretender que el conocimiento de las verdades se fe quede limitado solamente al ámbito de la catequesis de iniciación, sino que dentro del ámbito scout debemos catequizar y profundizar en lo que cada beneficiario ha recibido en su casa y en la catequesis sacramental. La evangelización, en cualquiera de sus etapas, también debe vivirse dentro del grupo scout.

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