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1.¿Cuáles Son Los Principales Productores De Gas Natural En La Región Asiática Y Cuáles De La Región Africana Al día De Hoy? Elabore Cuadros Y/o Gráficos Comparativos En Los Cuales Se Incluya mínimamente: Reservas, Producción, R/P, Consumo, Etc


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  1.203 Palabras (5 Páginas)  •  909 Visitas

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FORO: ÁMBITO POLÍTICO Y OBSTÁCULOS PARA LA INDUSTRIA

ANÁLISIS GEOPOLÍTICO DE RUSIA Y QATAR

Como el acceso a los recursos energéticos es crucial para el crecimiento económico, la geopolítica energética siempre ha sido una variable clave en las relaciones internacionales. Sin embargo, desde la Segunda Guerra Mundial, salvo en contadas excepciones (como durante las crisis del petróleo de los años 70) la comunidad internacional parecía haber aprendido a gestionar el mercado global de hidrocarburos de forma pacífica y poco conflictiva. Los precios permanecían relativamente estables, la opinión pública no percibía la seguridad de suministro ni la dependencia externa como problemas y las acciones de nacionalismo energético eran limitadas. Sin embargo, debido al auge de los precios, especialmente por el aumento de la demanda de las economías emergentes, y a una nueva ola de nacionalismo energético, tanto en países productores como en países consumidores, la era de la energía barata y de cierta cooperación internacional ha llegado a su fin. Así, en los últimos años los hidrocarburos han pasado a ocupar un papel primordial en la geopolítica internacional, tensando las relaciones internacionales e incluso provocando conflictos, tanto diplomáticos como militares. Asimismo, el problema del cambio climático y la necesidad de pactar reducciones de los gases de efecto invernadero (producidas mayoritariamente por el consumo del petróleo, gas y carbón, que constituyen más del 80% de la matriz energética mundial) plantean un elemento adicional de conflicto entre las principales potencias.

En definitiva, nos encontramos en un contexto de mayor competencia por unos recursos crecientemente escasos en el que reaparecen los límites del crecimiento y en el que los planteamientos neorrealistas de las relaciones internacionales cobran fuerza sobre los liberal-institucionalistas. Sin embargo, a pesar del auge del neo-realismo –que se materializa en actitudes oportunistas por parte de los Estados– la única forma de gestionar la actual coyuntura energética global es aumentar la cooperación internacional; es decir, reforzar las instituciones multilaterales.

Este nuevo escenario energético internacional está teniendo importantes implicaciones geopolíticas porque altera los comportamientos tanto de los países consumidores como de los productores, tensando las relaciones internacionales. Entre los países dependientes de las importaciones (entre ellos España) existe una creciente preocupación por la seguridad energética por la creciente concentración de grandes reservas de hidrocarburos en zonas políticamente inestables (el 60% de las reservas probadas de petróleo se encuentran en Oriente Medio –y el 75% en países de la OPEP–, mientras que Rusia, Irán y Qatar acumulan el 56% de las de gas). Además, ha aumentado el riesgo de ataques terroristas sobre las infraestructuras de transportes y la creciente demanda de los países emergentes aumenta la presión sobre unos recursos cada vez más limitados. Todo ello constituye un cóctel explosivo, que incrementa las rivalidades y el nacionalismo energético de los países consumidores para asegurarse el suministro, ya sea mediante contratos, incentivos o incluso amenazas.

Como se ha señalado, el nuevo escenario energético reactiva las conductas nacionalistas y la rivalidad entre las principales potencias. Como estas tensiones no desaparecerán en el futuro, es necesaria una mayor cooperación internacional e instituciones más sólidas (y también más legítimas) que permitan la gestión de los conflictos y eviten que la economía mundial se convierta en un juego de suma cero, en el que las ganancias de unos impliquen necesariamente pérdidas para otros. Sin embargo, el problema del cambio climático complica dicha cooperación. Si una parte significativa de los ciudadanos de los países emergentes llegara a consumir energía al ritmo que lo hacen hoy los países desarrollados, las emisiones de gases de efecto invernadero superarían todos los límites que consideramos razonables. Y el aumento de las temperaturas podría dar lugar a conflictos geopolíticos

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