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Identificación De Los Valores En El Entorno Social


Enviado por   •  28 de Agosto de 2014  •  1.769 Palabras (8 Páginas)  •  8.966 Visitas

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Identificación de los valores en el entorno social:

Cívicos:

Son los que subyacen tras las conductas convencionales y no convencionales que "facilitan la correcta relación en el ámbito de la vida interpersonal, ciudadana y social". Se exigen a cada persona, pero están en relación con los demás.

Patriotismo y nacionalismo:

Patriotismo: Es un pensamiento que vincula a un ser humano con su patria. Es el sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adoptiva a la que se siente ligado por unos determinados valores, cultura, historia y afectos. Es el equivalente colectivo al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia o también a una nación.

Nacionalismo: se llama nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción política en un sentido concreto.

Esfuerzo y responsabilidad:

Esfuerzo: Empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades.

Responsabilidad: Es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.

La familia:

Es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Amor y pudor:

Amor: El amor les ayuda a cada uno de sus miembros, especialmente a los hijos, a que desarrollen todas sus potencialidades para que logren alcanzar lo más cerca posible sus objetivos en la vida: La psicología afirma que el afecto estimula el aprendizaje y desarrolla la inteligencia gracias a la sensación de seguridad y confianza que otorga y que se desarrolla lentamente a través de la infancia, la niñez y la adolescencia.

Pudor: Sentimiento de recato y de vergüenza, especialmente en lo que se refiere a la esfera sexual, representa un elemento fundamental de la personalidad.

Belleza y verdad:

Estas palabras han expresado dos grandes ideales a lo largo de toda la evolución de la conciencia del hombre, ideales que han sido instintivamente reconocidos como representación de la sublime naturaleza y noble meta de todo el esfuerzo humano. En anteriores épocas, en mayor grado que en la nuestra, el ser humano tenía un conocimiento más profundo de su unión con el universo, y entonces la Verdad, la Belleza tenían una realidad más concreta que la que tienen en nuestra época de abstracción.

Tratemos de entender como la Verdad, la Belleza se relacionan con el ser humano, cual realidades concretas.

En el ser humano que tenemos delante, podemos ver, en primer lugar, su cuerpo físico, hoy día El único objeto de observación exterior. Cuerpo físico, aquí en la tierra, es la copia posterior del germen espiritual que ha sido elaborado, en cierto sentido, por el hombre mismo en su existencia pre-terrenal. Durante la mayor parte del día el hombre cuida la salud de su cuerpo, desde un punto de vista puramente físico. Pero cuando, a través de la falsedad rompe los lazos que le unen a su pre-existencia terrenal, esto afecta directamente a su cuerpo físico, y especialmente en la constitución de su sistema nervioso. El sentimiento que tiene de su cuerpo físico le da su “sentido espiritual de ser” en el universo. Y este sentido espiritual de ser depende sobre todo del cuidado de las uniones del cuerpo físico con su existencia pre-terrenal. Si éstas se rompen el hombre ha de crear un sustituto para este saludable sentido de ser, y lo hace inconscientemente. Es conducido entonces, inconscientemente, a atribuirse a sí mismo un sentido de ser “fuera de lo corriente”. Pero igual aquí ha caído en una incertidumbre interior que hace que se sienta igualmente en su cuerpo físico. Pero este sentido puramente espiritual de ser, cuya existencia encontramos cada vez con mayor intensidad, según retrocedemos más lejos en la historia, ¿está tan fuertemente presente en el hombre de hoy?

Es muy frecuente el caso en el que un hombre le gustaría ser una persona notable, no en virtud de su vida espiritual, sino en función de su profesión o título. Le gusta tener un título como el de “secretario“ o “notario”, y entonces imagina que es importante cuando convencionalmente así se le describe. Sin embargo lo esencial es si él será capaz de ejercitar y llevar a cabo su existencia interior, aparte de todo lo exterior. Un intenso sentimiento por la belleza, tal como se concebía entonces, existía en épocas más tempranas. Nada que se le parezca en la civilización moderna. El hombre no era un hombre verdadero sin este sentido de la belleza. En verdad, para poseer un sentido de la belleza se requiere un conocimiento de la realidad del cuerpo etérico. El no tener sentido de la belleza supone el ignorar, o renegar del cuerpo etérico.

En el hombre moderno todo es inconsciente. Cuando los griegos se acercaban a su templo, o miraban dentro la estatua del dios, experimentaban un radiante calor interno, una especie de íntima salida del sol. Así era como todas estas fuerzas corrían en su ser y en el interior de sus diferentes órganos. Mirando fijamente a la estatua del dios todo su corazón, gritaba: “¡Nunca siento la estructura periférica de mis manos y dedos tan vivamente como cuando estoy delante de la estatua!, ¡nunca tengo esa sensación interior del arco de mi frente como en el templo!”. Interiormente irradiado de calor, inspirado por el dios, así se sentía el griego en presencia de la belleza. Y no era nada más que una experiencia en el cuerpo etérico. En presencia de la fealdad los griegos se sentían de una forma completamente distinta a la del hombre moderno, que como mucho expresa sus abstractos sentimientos respecto a la fealdad con una mueca en sus facciones. La fealdad ocasionaba una sensación de frialdad en todo el cuerpo del griego, que sentía incluso en todos los poros de su piel. En tiempos antiguos los hombres sentían vívidamente la realidad del cuerpo etérico, una parte de la naturaleza humana que en el curso de la evolución, en verdad, se ha perdido. Todas estas cosas de las cuales he estado hablando, que eran experiencias reales en tiempos pasados, permanecen en la inconsciencia del hombre de hoy, que con su racionalidad intelectual y su amor por la abstracción tiende a ver todo desde la cabeza, el órgano al que pertenecen estas cualidades.

Caridad y prudencia:

Desde que el concepto de "uso" ocupa un lugar tan importante en la visión de la vida que propone Swedenborg, por necesidad la idea correlativa de caridad recibe una definición especial. Swedenborg no considera que acciones tales como dar limosna a los pobres, asistir a los necesitados o contribuir al bienestar de los enfermos deban tenerse a menos. Sin embargo, cuestiona el grado de inteligencia y aun de justicia presente en actos caritativos indiscriminados, tales como los que se practican hacia quienes los merecen y hacia quienes no los merecen por igual. La mayor caridad es ser útil a los demás, y ofrecer a los demás la oportunidad para que ellos también puedan ser útiles. El hombre caritativo evita el mal, como un pecado contra Dios, pero al hacer tal cosa está actuando dentro de la esfera de su vida religiosa.

Muchos creen que el amor al prójimo consiste en dar a los pobres, en asistir a los necesitados, y en hacer el bien a todos, pero la caridad es actuar con prudencia, teniendo como meta final que resulte el bien. El que ayuda al pobre o necesitado malvado está haciendo mal a su prójimo, a través de él, porque mediante la asistencia que le ofrece lo está confirmando en el mal, y le proporciona los medios para que pueda seguir haciendo mal a los demás. Ocurre todo lo contrario con aquel que ayuda al bueno.

Sinceridad:

La sinceridad no es algo que debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para tener amigos, para ser dignos de confianza. Para ser sinceros debemos procurar decir siempre la verdad, esto parece muy sencillo, pero muchas veces cuesta más de lo que se cree. Se utilizan las ‘’mentiras piadosas’’ para ocultar cualquier cosa que para nosotros es una tontería, pero que en realidad a la persona que mientes haces daño, y esta pequeña mentira que en un principio nos es nada se va haciendo más y más grande hasta que la verdad se acaba sabiendo y sorprendiendo a quien mientes.

La sinceridad no sólo se ve en las palabras, sino que también se demuestra por medio de nuestras actitudes.

Cuando se aparenta lo que no somos (en la edad, trabajo, amistad…) se tiende a aparentar lo que no se es (más joven, inteligente, educados…) Si se descubre la gran mentira que nos han hecho creer se nos viene a la memoria el refrán: ‘’Dime de que presumes… y te diré de que careces’’ y entonces se produce una gran desilusión ya que se pierden las esperanzas de lo que la persona no es en realidad.

También indicar que ‘’decir’’ siempre la verdad con palabras es una parte de la sinceridad, pero también hay que ‘’actuar’’ acorde con la verdad. Para ser sincero se necesita tener mucho ‘’tacto’’ y esto significa que cuando debemos decirle a una persona la verdad de lo que pensamos y esta verdad la incómoda debemos utilizar las palabras, las expresiones correctas ya que el primer propósito es ‘’ayudar’’ a esa persona, y esto es necesario para que la persona escuché y vea que lo que se la dice va con buenas intenciones y sin ánimo de ofenderla.

La sinceridad también requiere valor ya que a la hora de decir la verdad a un amigo o a una amiga por ejemplo, el no decir la verdad no se puede justificar con no decirlo con el perder una buena amistad o por el concepto que se tiene de la persona.

La persona sincera siempre dice la verdad, en todo momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Ya que vernos sorprendidos mientras mentimos es más vergonzoso aún.

La Escuela:

Se refiere al espacio al que los seres humanos asisten para aprender. Es posible encontrar el término escuela con acepciones concretas (físicas) o simbólicas (abstractas). Expresiones como “El temporal destruyó el techo de la escuela” o “La semana próxima pintarán la escuela” refieren a la escuela material, mientras que frases como “Soy la persona que soy gracias a la escuela” o “Siento nostalgia por mis días de escuela” tienen otro tipo de connotación. En general, las escuelas pueden dividirse en escuelas públicas (de acceso gratuito y gestionadas por el Estado) y escuelas privadas (cuya administración responde a empresas o individuos particulares que cobran cuotas a los estudiantes por los servicios educativos brindados).

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