ROSAS PARA TODA UNA VIDA

BIOGRAFIA DEL AUTOR

POLICARPO VARON:

Nació en Ibagué el 09 de febrero en 1941. Licenciado en Español e Inglés de la Universidad pedagógica. Ha ejercido la docencia en escuelas y colegios, también ha sido catedrático universitario de literatura; periodista cultura y conferencista. Sus reseñas han sido publicadas en distintos periódicos y revistas del país. Publico El festín (Medellín 1973); El falso sueño (1979). Jardín del intérprete (1977), Oficio discreto (1981); La magnífica tragedia (1986); Equilibrista (2001). Ha sido incluido en varias antologías del cuento colombiano.

EL GUION

- Rosalía Viuda de Upegüi: Nunca pensé que Angelino después de muerto volviera a darle tanto dolor de cabeza a los policías. Recuerdo como fue mi vida “Gelo” …

- Rosalía: Gelo ¿Porque no volviste a buscar trabajo y te la pasas en “El caballo blanco” tomando cerveza y jugando billar todo el día?

- Angelino: Me la paso con unos tipos que han venido de alguna parte.

- Rosalía: Empezaron en el pueblo a parecer muertos en las calles y los policías ni se daban cuenta. Pero mi Gelo empezó a desaparecer semanas enteras, entonces fui descubriendo cosas, sin necesidad que me lo contarán.

Llega Angelino ….

- Angelino: Rosalía ayúdame.

- Rosalía: Gelo que te paso? Donde te la has pasado?

- Angelino: Estoy herido me metieron toda la carga de un revolver en el estómago y me acabe de escapar del Hospital.

Llegan los Policías a casa de Rosalía:

- Policías: Esta Angelino aquí? lo estamos buscando.

- Rosalía: No lo he visto.

- Angelino: es hora de que me vaya Rosalía, yo volveré.

Paso un tiempo …

- Rosalía: Gelo que bueno verte, es muy tarde sigue.

- Angelino: Viene, pero ya tengo que irme.

- Policías: Rosalía, digamos si usted sabe dónde está la cabeza la Angelino?

- Rosalía: Para que quieren saberlo, si ya mi Gelo está muerto que mal puede hacerles?

- Policías: es necesario que todo su cuerpo este completo para enterrarlo.

- Rosalía: Lo único que me quedo por contar, es que cuando me esté muriendo, les diré a mis hijos que no se olviden de rociar el roso grande, que debajo están los huesos de su papá. Entonces ellos sabrán que si descabezaron a Angelino Upegüi fue para reunir sus huesos más tarde, pues debo traer el resto de sus huesos para que este completo.

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