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Parcial domiciliario de Pneumatología


Enviado por   •  19 de Mayo de 2024  •  Apuntes  •  5.946 Palabras (24 Páginas)  •  50 Visitas

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Parcial domiciliario de Pneumatologia

Ariel Achu

Lectura: B. J. Hilberath, Pneumatología, p. 35-54

1- Mencione la riqueza de la experiencia de Israel que se expresa en el vocablo Ruaj (sus sentidos y significado)

2- Describa la acción en las experiencias tempranas (antes del destierro) del Espíritu experimentada por Israel

3- Describa la experiencia del Espíritu trasmitida a través del destierro.

  1. El significado original etimológico del vocablo hebreo rúaj señala la relación íntima entre el espíritu y la vida. En el sentido de un sorprendente y fuerte movimiento del aire, esta palabra designa el impulso del viento o del aliento y, con ello, el aire de la respiración o la atmósfera climática necesarios para la vida (el viento trae la lluvia refrescante, refrigerante y que da fertilidad). No pueden aceptarse como algo obvio ambas cosas, y la experiencia de la ausencia de ruaj, una ausencia que acarrea la muerte, o la experiencia de las fuerzas destructivas del viento (del Este) caracterizan la ambivalencia del existir humano. Así lo expresa también la temprana conexión antropológica en el uso de este término, pues ruaj puede designar tanto una vitalidad física y psíquica incalculable, más aún, violenta, como las fuerzas que actúan sobre el hombre no sólo desde el interior sino también desde el exterior. Tan sólo a partir del destierro, ruaj viene a significar la respiración tranquila y habitual del hombre. Ahora el significado, además de por «energía vital, ánimo, voluntad» se puede traducir también por «espíritu», espíritu entendido «no tanto como parte, sino como capacidad del hombre» o, en textos poéticos, puede ser también sinónimo de «yo».

Es característico que en las experiencias veterotestamentarias del espíritu que el uso profano o antropológico de ruaj se integre frecuentemente en el contexto del significado teológico (así sucede en una tercera parte de los aproximadamente 400 testimonios). Hay una transición fluida cuando el viento aparece como instrumento de la acción sanadora o aniquiladora de Dios, y cuando el espíritu vital del hombre se atribuye de manera implícita o explícita a Dios o a su Espíritu como

Dispensador de toda vida.        

El uso de ruaj puede considerarse como teológico en sentido estricto cuando se denominan de esta manera el poder espiritual que dimana de Dios (Yahvé, elohini), el poder profético o, en forma totalmente directa, el

Espíritu de Dios.

Por tanto, la riqueza de significados de ruaj puede estructurarse de la manera siguiente:

a) Supuesta situación vital: Jadear y respirar fatigosamente en el parto.

b) Significado fundamental: Movimientos del aire (aliento, viento), vitalidad experimentada que crea espacio.

c) Desarrollo antropológico: Energía vital; ánimo; voluntad; espíritu como capacidad; «yo».

d) Significado teológico: Poder del Espíritu divino; poder profético; Espíritu de Dios.

  1. Las experiencias tempranas del Espíritu experimentadas por Israel:

Caudillaje carismático: 

En los libros históricos antiguos (Jueces-, 1 Samuel) se observa un primer uso frecuente de ruaj. El vocablo lleva todavía inherentes muchos elementos primitivos: La ruaj llega repentinamente, de manera inesperada, «tempestuosamente» (como ráfaga de viento), también de manera aterradora y desconcertante, capacitando para lo poderoso incluso para actos de violencia. El Espíritu de Dios «empuja» a Sansón (Jue 13,25); «sobreviene» sobre Otoniel (Jue 3,10) y sobre Jefté (11,29), sobre los mensajeros de Saúl (1Sm 19,20) y finalmente, sobre Saú mismo (19,33); «hace venir» (a Gedeón; Jue 6,34); «entra» en Sansón (Jue 14,6.19; 15,14) y finalmente entra de nuevo en Saúl (1m 10,6.10; 11,6). Las acciones guerreras de salvación son en último término guerras de Yahvé, en las que su ruaj lleva la iniciativa (cf. Jue 6,34; 11,29; 1Sm 11,6).

La profecía estática de los tiempos antiguos:

Fuera de la tradición de las guerras de Yahvé, vemos que en los tiempos antiguos de Israel la ruaj se halla en conexión con la profecía extática. Ahora la ruaj no sobreviene sobre individuos aislados sino sobre un grupo de profetas (1Sm 10,5-13; 19,20-24), sin que quede limitado a ese círculo (como muestra el ejemplo de Saúl y de sus servidores). La acción del espíritu, que pone en éxtasis, es un fenómeno pasajero (cf. 19,24). Para la experiencia de Israel acerca del espíritu podría ser decisivo el hecho de que el éxtasis, aunque sea obra del espíritu, no está asociado en modo alguno con las palabras y los actos salvíficos de Yahvé.

Vinculación del espíritu con la monarquía:

El hecho de ser poseídos por el ruaj de Yahvé sigue siendo un fenómeno singular y pasajero. El espíritu de Dios vino sobre Saul, que, aunque Dios transformo su corazón, la ruaj volvió a retirarse de él. Se trasladó a David, de quien ahora se dice: «Y el espíritu del Señor estuvo sobre David a partir de

aquel día» (16,13). Con David la experiencia del espíritu de Israel alcanza un nuevo estadio: la ruaj no interviene ya, como sobreviniendo repentinamente, en situaciones de gravísimas calamidades, sino que se convierte en don permanente para el ungido, para el elegido de Yahvé.

El espíritu de Dios y los profetas:

Tanto en la profecía preclásica como en la de los profetas escritores, desde Amos hasta Jeremías, falta casi por completo la vocación por medio de la ruaj de Yahvé o la apelación a la misma.

Con Ezequiel comienza a dibujarse una nueva actitud. Logra expresarse en una profundización teológica del significado fundamental de «ruaj=viento»: el profeta se experimenta a sí mismo como elevado y trasportado (Ez 3,14) por la ruaj de Dios (Ez 11,24: elohim; 37,1: Yahvé) o como arrobado por ella (8,3). Ese arrobamiento introduce a menudo una visión de revelación, de tal manera que —finalmente— en el pasaje redaccional de Ez 11,25 la ruaj misma se convierte en el medio de la

Revelación: «Entonces cayó sobre mí el espíritu del Señor (Yahvé) y me dijo: Di: Esto dice el Señor...». Yahvé deposita su espíritu sobre su siervo (Is 42,1), y su ruaj descansa sobre su ungido (61,1), el «espíritu de su santidad» (63,10) confiere en asociación con una unción el carisma profético.

  1. La experiencia del Espíritu trasmitida a través del destierro:

La experiencia del destierro no sólo marca un giro decisivo en lo que respecta a las relaciones entre el espíritu y la profecía o la palabra profética, sino que sirvió también para el discernimiento de espíritus, de concepciones y de formas de expresión, porque la «ruah Yahvé» adquiere perfiles más claros, de tal manera que es capaz de convertirse en órgano central de la acción salvífica divina.

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