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Yo soy el pan de vida


Enviado por   •  1 de Mayo de 2018  •  Apuntes  •  1.555 Palabras (7 Páginas)  •  307 Visitas

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INSTITUTO BÍBLICO LA ROCA

PASTOR: RAFAEL OROPEZA

MATERIA: COMUNICACIÓN ESCRITA

ALUMNO: ANA RUT MORA MAÑON

 ENSAYO 1

3/ MARZO/2017

           

Yo soy el pan de vida

Al vivir la vida cristiana, nos hemos olvidado de la importancia de estar en comunión con nuestro Señor Jesucristo, hemos olvidado que dependemos de él. Es normal escuchar cómo, desde tiempos antiguos el hombre ha vivido en un vacío constante, un hambre que no ha logrado saciar con nada. A partir de este escrito podremos entender como esta simple oración, es una verdad que puede transformar esta forma de vivir y pasar de tener un vacío a una llenura de corazón.

Al revisar las escrituras, encontramos a varios hombres que al acercarse con él Señor Jesús, llegan con una mentalidad enfocada a lo material; muchas veces los hombres enfocan su mentalidad, sus fuerzas y su trabajo, al desarrollo y fortalecimiento en las áreas materiales; dándole suma importancia, tratando de suplir el vacío que sienten dentro de ellos con el enriquecimiento material y superficial. Pero esto ¿verdaderamente los llena? Veamos a los hombres ricos, que gozan de lujos y de grandeza y como a pesar de vivir en una buena posición, siguen buscando saciar este vacío aumentando su dominio y su poderío.

El Señor nos dice en su palabra “Yo soy el pan de vida”, ¿Qué nos dice esta enseñanza? ¿Qué representa para cada uno en nuestras vidas? Para la mayoría, esta afirmación les es ajena, debido a que no la comprenden y no pueden llevarla a la práctica a sus vidas y para muchos otros es el consuelo de una promesa dada por nuestro Señor Jesucristo. Analicemos cada uno de los puntos, de tal manera que esta afirmación se vuelva parte vital de nuestras vidas y logremos saciar aquel vacío que tenemos en nuestro interior.

Revisemos esta verdad desde el contexto del antiguo testamento; en el cual Dios manda alimento del cielo, el cual es el maná, con el propósito de saciar el hambre física de su pueblo. El maná contenía todos los elementos para nutrir el pueblo de Dios durante 40 años, no necesitaban de nada más para saciar su hambre. Por lo tanto, en el versículo de Juan 6:50; “Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera”. Hace referencia de algo ya conocido para los judíos, un evento que marco su tradición, pero Jesús no hablaba del maná si no dé él mismo el cual ha descendido del cielo para ofrecerse como alimento a nosotros; a comparación del maná no solo daría satisfacción durante 40 años, en cambio sería un alimento que saciaría no solo a un pueblo sino a toda la humanidad y por toda la eternidad.

A partir de esto podemos entender lo siguiente, el maná fue el alimento enviado del cielo para saciar el hambre física del hombre, mientras que nuestro Señor Jesucristo, es el alimento enviado del cielo para saciar nuestra necesidad física y espiritual. En la naturaleza de Jesús esta almacenada la misma vida de Dios. Como el Padre tiene vida en sí mismo, dió también al Hijo que tuviese vida en sí mismo (La vida y la luz de los hombres)1  

Como creyente debemos de aplicar esta verdad a nuestra vida, siendo conscientes de que nada de lo que hay en este mundo material, puede satisfacernos de forma completa y llenadora, sólo el Hijo puede llevarnos a una vida plena y satisfecha, dejando a un lado la habitual actividad de buscar satisfacciones materiales y enfocándonos en mejorar y nutrir nuestra relación interpersonal con él padre, por medio del Hijo.

 A lo largo del capítulo 6, lo que el Señor Jesús quería decir, era que los judíos con los que estaba tratando en ese momento, no estaban interesados nada más que en las cosas materiales. Habían recibido una comida inesperadamente gratuita y abundante, y querían más. Es importante reconocer que existen diferentes tipos de hambres que solo el Señor puede saciar. El hambre de verdad: sólo en Jesús se encuentra la verdad de Dios. El hambre de vida: sólo en Jesús encontramos vida en abundancia y por último el hambre de amor: sólo en Jesús se encuentra el amor que sobrepuja al pecado y a la muerte. Sólo Jesús puede satisfacer el hambre del corazón y del alma (Comentario al nuevo testamento)2.

Hablemos del hambre de verdad; por siglos el hombre ha estado en busca de la verdad verdadera; este ha sido el tema de la mayoría de los filósofos y de las corrientes del pensamiento. Muchos han hecho suposiciones y han creído llegar a conocer lo que es la verdad, la real academia define verdad como conformidad con los hechos o realidades; una declaración probada de ser o aceptada como verdadera; realidad o realismo.

 Esto nos da a entender que para la persona común la verdad es aquello que puede explicar por medio de lo que ve, lo que no ve o no puede explicar lo entiende como mentira; por este motivo muchos viven una insatisfacción, porque no pueden darle un sentido a su realidad. Como cristianos nuestra única verdad es el Señor Jesucristo, él nos lo dice por medio de su palabra “Yo soy la verdad”; esto sumado a “Yo soy pan de vida” nos da a entender que él es el único que puede saciar nuestra necesidad de buscar una verdad absoluta y él nos sacia de forma completa.

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