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CATEGORIZACION DE LA VEJEZ


Enviado por   •  3 de Mayo de 2014  •  1.565 Palabras (7 Páginas)  •  408 Visitas

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CATEGORIZACION DE LA VEJEZ, Rosa Villarroel Valdés.

«Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.»

Sir Francis Bacon (1561-1626)

El Desarrollo, y en general, la vida del ser humano se desenvuelve a través de sucesivas etapas. Cada una de ellas se funde gradualmente en la etapa siguiente. Sin embargo, no hay un acuerdo unánime para determinar cuántas y cuáles son esas etapas. Tampoco se puede decir cuándo comienza exactamente y cuándo termina cada etapa, pues en el desarrollo influyen diversos factores individuales, sociales y culturales. Por eso se dice que cada ser humano tiene su propio ritmo de desarrollo.

En la teoría del Desarrollo, la vejez es la última etapa de la vida. Envejecer es un proceso complejo y fascinante que experimentan todos los seres humanos. El Envejecimiento se conceptualiza como una experiencia natural, dinámica y evolutiva. (Garrini, 2010) “Cada persona envejece en función de cómo haya vivido, por lo tanto, el envejecimiento es un proceso diferencial” (Garrini, 2010, pág. 2)

De allí que la vejez sea una etapa de trascendencia que se puede categorizar de la siguiente manera:

1. La Vejez, encuentro íntimo con el ser.

Aceptar la vejez y vivirla intensamente es un signo de sanidad y de bienestar. Para alcanzar este bienestar y aceptar esta etapa inevitable de la vida, es necesario volver sobre sí mismo, ósea tener la capacidad de “romper el contacto con el mundo, de recobrarse, de recuperarse, con miras a recogerse en un centro, a unificarse” (Munier, 1962, pág. 26). Ello implica mirar hacia atrás en retrospectiva, evaluar, valorar y replantear la vida. Implica recordar nuestras raíces, ser fieles así mismo. Es mirar a la persona que envejece, desde su condición substancialista, que nos remite a la idea de un ser pensante e inteligente, capaz de razón y reflexión (Mora, 1994 , pág. 2762). Esta reflexión y mirada retrospectiva implica como lo señala Boecio un individuo libre y con capacidad de razonar y decidir sobre sus actos. (Mora, 1994 , pág. 2762) Ello nos permite entender que no existe un límite de edad en cuanto a la naturaleza racional de la persona, por tanto la vejez no debe ser entendida como el fin de la persona, dado que no es la sociedad la que hace libre al hombre sino su capacidad de razonar y reflexionar.

En este reconocimiento sobre sí mismo que hace el adulto mayor, en esta mirada reminiscente, no se busca el juicio final, ni la revelación de los secretos de la vida pasada, se busca conocer para replantear lo que me queda de vida. Ir en búsqueda de la sabiduría de la vejez, recordar las raíces y ser fieles a sí mismo, de allí que ello nos permita darle sentido a nuestra historia, rescatando la propia identidad y manteniendo viva la memoria.

“El anciano capta bien la superioridad del ser a la del hacer y tener; su presencia permite una visión más completa de la vida, y nos ayuda a valorar la sencillez, el silencio y contemplación” (Garrini, 2010)

Volverse hacia sí mismo, retirarse de la agitación, pausar el tranco, no significa en ningún modo reposo, no significa perder autonomía y dejar de relacionarse, solo significa lograr conciliarse consigo mismo encontrándose en un sentido pleno.

2. La Dialéctica interioridad-objetividad: El reconocimiento de vida exterior y la relación con el otro:

La trayectoria vital de una persona integra todo su pasado, presente y futuro, como así mismo la relación con su ser interno y su exterioridad. La existencia personal se ve siempre disputada por un movimiento de exteriorización y un movimiento interno (Munier, 1962, pág. 30), que necesariamente requieren el uno del otro para mantener el equilibrio.

La etapa de la vejez si bien es un tiempo de mayor tranquilidad y un proceso de remirarse y de recordar, no puede abstraerse y perderse en ese recuerdo, ello no implica retirarse de la vida exterior, sino más bien es un tiempo de buscar el equilibrio entre ambos aspectos de la vida, movilizándose y participando activamente de la vida social y de relacionarse con los otros. Ambas experiencias, la experiencia de sí mismo y de los otros se complementan para alcanzar la plenitud con la que el adulto mayor debe trascender en esta etapa de la vida. Por ello y siguiendo a Munier, “No hay que despreciar la vida exterior, sin ella la vida interior enloquece, así mismo sin vida interior, la primera desvaría”. (El personalismo, 1962, pág. 31)

3. La Subjetividad en la Vejez:

Para comprender la vejez y el proceso de envejecimiento, no solo es necesario remitirse a los textos y teorizaciones que se hacen de la etapa de vida, sino más bien es volcar la mirada al análisis que se hace de las experiencias de las personas mayores. Es decir cómo viven los sujetos la experiencia de envejecer, como la significan e interpretan. Puesto que finalmente la experiencia de envejecer se

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