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Comunicación, educación y cambio social


Enviado por   •  2 de Abril de 2020  •  Ensayos  •  2.260 Palabras (10 Páginas)  •  117 Visitas

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Comunicación, educación y cambio social

Camilo Andrés Mantilla Silva                                                                                           02/04/2020

Hablar de comunicación hace unas décadas era remitirse a la imagen de presentadoras, reporteros y periodistas, quienes solo hacían el oficio de transmitir a palabras masticables lo que sucedía a diario. Desde la emergencia de figuras como Jesús Martín-Barbero, esta concepción del oficio ha migrado hacia algo mucho más complejo, lleno de obligaciones y proyecciones. Martín-Barbero habla de: “Hacer comprender a los ciudadanos el sentido y el valor de lo que acontece” y también de tejer “un relato que posibilite a los colombianos de todas las clases y etnias, regiones, género y edades, a los colombianos de todas las clases” (Martín Barbero, 2005). Esto toma mucho sentido analizando las dinámicas actuales de comunicación, inundadas y avasalladas por la inmediatez de la información, donde el oficio del comunicador es matizar y segmentar toda esa “lluvia de mierda” (Han, 2014), como lo mencionaba el filósofo surcoreano Byun-Chul Han, y llevarlos a comprender o al menos reflexionar acerca de lo que sucede. De igual manera, el oficio de crear un relato nacional que unifique y brinde igual relevancia a las situaciones de todos en el país, que se traduce a empatizar y conectar con todos los otros en el país, dejar el egoísmo y la cultura individualista del país, posibilitando tanto un desarrollo como un cambio que viene desde la educación que se imparte.

Es una cuestión que viene plasmada dentro de la sociedad misma, pues nos han enseñado un país bello y perfecto, y nos aterra ver como la realidad no hace sino distanciarse de ese dial. “Nos complacemos en el ensueño de que la historia no se parezca a la Colombia en que vivimos, sino que Colombia termine por parecerse a su historia escrita” (García Márquez, 1994). Esto que nos retrata García Márquez tiene que ver directamente con el país que somos, y que la idea vendría siendo dejar de conformarnos con la historia escrita y cambiar la que estamos viviendo, para no vivir en constante negación del desastre que hemos heredado. Recordemos pues la charla TED de Chimamanda Adichie acerca del peligro de una historia única, donde se expone que, desde pequeños, si crecemos con una idea de cómo son las cosas, de cómo es nuestro país, pues nunca vamos a ir mucho más allá y nos vamos a quedar con esa visión, una visión cerrada y sesgada acerca del mundo en el que vivimos. Se trata por un lado de ver diferentes historias y perspectivas de un mismo tema, pues suele suceder que quienes la articulan tienen intenciones ocultas y no retratan la verdadera realidad del tema; de igual manera, se presenta como un deber el no darle cuerda a ese falso relato que se va generando, pues somos culpables en gran parte de la historia de la que hacemos parte, desde nuestro comportamiento y desde las historias que contamos al resto. El objetivo está entonces, en ver diferentes historias, pero como Adichie, también contar diferentes historias, unas que pueden no ser las más bellas pero que le hagan justicia a la realidad que después de todo es aquello que necesitamos, realismo.

Si bien hablamos del peligro de una historia única, también debemos poner en consideración el peligro de una opción única. En el documental “Favela Rising, donde se retrata la situación de cientos (Si no es que miles) de niños en las favelas de Rio de Janeiro, que carecen de grupos a los cuales unirse, y una necesidad de estar involucrados en una identidad colectiva los hace afiliarse al narcotráfico. Esta idea nos conecta directamente con el concepto de capital social que retrata Rosa María Alfaro en “Sentidos y ubicaciones de la comunicación en el desarrollo”, donde expone que la clave del desarrollo y el cambio social está en integrar al pueblo como parte del proceso, algo que vemos que el gobierno de Brasil no lleva a cabo, pues a la gente en las favelas se les abandonan, y tienen que buscar otras formas de subsistir. Alfaro hace un punto claro al integrar la comunicación en este cambio social, pues debe distar de ser solo un instrumento, más una herramienta que unifica realidades y construye ideas y acuerdos para la acción, algo así como el grupo Afro Reggae que más que solo ser un grupo musical, busca alejar a los niños de las favelas del narcotráfico, y brindarles nuevas oportunidades de vida.

El tema de capital social, el poder de las personas, un concepto unificador, es mucho más trascendental de lo que aparenta ser. Sin usar las mismas palabras, pero con el mismo eje, Manfred Max-Neef nos habla del desarrollo a escala humana. En la lectura se hace una crítica al modelo de economía convencional, que no se centra en las múltiples necesidades básicas que se tiene, sino en la producción, en los bienes económicos y la demanda. Se propone un tipo de desarrollo no centrado en la producción, sino en su servicio para las personas. Ahora, otro de los problemas de que el centro del desarrollo sea la economía consiste precisamente en que se centra en determinadas metas en un ambiente que siempre está presentando problemáticas renovadas, así pues: “La diferencia respecto de los estilos dominantes radica en concentrar las metas del desarrollo en el proceso mismo del desarrollo” (Max-Neef, 1993). Así pues, siguiendo el concepto del capital social de Alfaro y esta propuesta de desarrollo de Max-Neef, se debe revisar y acudir a las capacidades y recursos de la gente, ver de qué son capaces y qué pueden hacer, pues como hace explícito Max-Neef en su escrito, los proyectos de desarrollo y las propuestas deben venir de abajo hacia arriba, no pueden ser exógenos pues los gobiernos no saben realmente lo que sucede dentro de la sociedad.

Así como desde políticas se debe hacer un cambio y desde propuestas de desarrollo, uno de los ejes que es el cambio social y la educación se deben ver permeados por un cambio de conciencia, uno como el que Max-Neef mencionaba en su entrevista al periódico MIRA: “Como producto de esta crisis va a haber otro salto en la toma de conciencia”. Una toma de conciencia que refiere no solo a las capacidades del pueblo como fuerza que hace, sino también como fuerza reflexiva. Akira Kurosawa en su película Sueños, en el sueño de “La aldea de los molinos de agua”, menciona esta conciencia mediante la voz del anciano que dice: “La gente siente debilidad por las cosas cómodas, creen que son mejores y desechan las cosas verdaderamente buenas”. Esto a su vez se puede conectar una vez más con el texto de Max-Neef en tanto si bien los bienes pueden usarse para potenciar los satisfactores de necesidades, si se explotan esos bienes se convierten en satisfactores en sí mismos, y dejan de ayudar a las necesidades básicas, más bien imposibilitando su realización.  

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