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DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES RESPECTO A LA PARTICIPACIÓN EN EL CONGRESO COLOMBIANO


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2019  •  Ensayo  •  1.350 Palabras (6 Páginas)  •  127 Visitas

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DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES RESPECTO A LA PARTICIPACIÓN EN EL CONGRESO COLOMBIANO

SARMIENTO ROSSO JUAN CARLOS

UNIVERSIDAD DE CARTAGENA

PROGRAMA PROFESIONAL EN LENGUAS EXTRANJERAS

2019

DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES RESPECTO A LA PARTICIPACIÓN EN EL CONGRESO COLOMBIANO

En el presente trabajo se estarán analizando diferentes aspectos de lo que constituyen las diferencias a nivel de participación entre hombres y mujeres, además de la importancia de una equidad en el Congreso Colombiano.

Pretendemos demostrar que, aunque a nivel mundial y nacional se vienen conquistando espacios importantes para lograr una igualdad de género, todavía se presenta un largo camino para cerrar la brecha en cuanto a votación, presencia, participación y representación femenina en el congreso.

Para analizar esta problemática, es necesario abordar los antecedentes en Colombia, países líderes en cuanto a paridad en la participación de hombres y mujeres en sus espacios participativos y las acciones que se están llevando a cabo actualmente en nuestro país para crear  un entorno favorable en materia de reconocimiento de derechos y de participación para  las  mujeres.

Se dice que desde la prehistoria, el papel de hombres y mujeres fue bastante marcado. Los hombres por lo general se ocupaban de la caza de animales para proveer la carne y las mujeres, al cuidado de los hijos y preparación de alimentos. Esto ocurrió hasta la Revolución Francesa, que fue donde ellas empezaron a tener un papel definitivo en los principales acontecimientos de la historia. Según expresa Karen Labrador Araujo, directora de Colombia Líder:

Sin su participación activa, la reivindicación de los derechos humanos no se hubiere dado o no hubiese tenido la preponderancia que la caracterizó. Y en este sentido, fue fundamental el rol de Olympe de Gouges con su Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadanía. (Labrador, 2012).

Políticamente hablando, los hombres han tenido el mando, la voz y el voto desde los inicios de la historia. Actualmente, la mayoría de las mujeres en el mundo, pueden votar o ser consideradas iguales que los hombres ante la ley. Pero no siempre fue así. Pese a esfuerzos de muchos movimientos feministas de alcanzar la igualdad, así también fueron los esfuerzos por deslegitimizar el derecho de las mujeres de participar en ámbitos donde el hombre ejercía total dominio. En Estados Unidos, por ejemplo, en 1776, en el estado de Nueva Jersey, sólo por un error de escritura, se le abrió la posibilidad de votar a las mujeres (se escribió “personas” en vez de “hombres”), pero esta posibilidad fue truncada nuevamente en 1807. En 1907, Europa empezó a darle paso a las mujeres de ejercer el voto e incluso a ser elegidas dentro de parlamentos de algunos países. La legislación internacional reconoció el sufragio femenino a través de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En 1948, las Naciones Unidas aprobaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo artículo 21 declara:

  1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente, escogidos.
  2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
  3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.(Naciones Unidas, 1948).

La participación política de las mujeres en Latinoamérica es de reciente aceptación, teniendo en cuenta la actividad precursora de países como Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. El primer país de América Latina en decretar el sufragio femenino fue Uruguay. Allí, las mujeres pudieron votar por primera vez el 3 de julio de 1927, en un plebiscito local organizado por la comunidad en el centro del país. El último país latinoamericano en aprobar la participación de las mujeres en política fue Paraguay en 1961 gracias a las gestiones de la presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, Concepción Leyes de Chaves.

Adentrándonos ya a nuestro país, Colombia, no se aleja de la realidad mundial en cuanto a este tema. Los debates entre los partidos más tradicionales de la política colombiana, Conservadores y Liberales, siempre se orientaban a apoyar el discurso de la Iglesia Católica de que las mujeres debían permanecer en campos como el cuidado del hogar y nada más. Al pasar el tiempo y con la llegada de la industrialización a Colombia, la clase obrera femenina fue creciendo y se podía notar el descontento en la sociedad por los constantes atropellos a los derechos de ellas. Fue así cuando el Partido Conservador decidió apoyar, en 1948, los plenos derechos de las mujeres, mientras que los liberales abogaron por un reconocimiento progresivo.

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