El Principe De Maquiavelo
Enviado por prin_pony • 20 de Febrero de 2013 • 1.424 Palabras (6 Páginas) • 406 Visitas
RESUMEN DE EL PRINCIPE DE NICOLAS MAQUIAVELO
Es una obra dedicada a la explicación o a una serie de pasos a seguir en dónde se examina y se critican los Estados o mejor dicho los Gobiernos de los príncipes, de cómo para poder guiar un pueblo o una nación debes de conocerlo a fondo siendo tanto del lado del principado como del lado del pueblo.
En el primer capítulo clasifica a los principados, los cuáles son hereditarios, cuando la persona que ocupa el trono es porque sus antecesores lo ocuparon anteriormente. Los nuevos que pueden ser en su totalidad o pueden ser agregados o conquistados y anexados a uno ya existente. En esta parte nos comenta como es más fácil perder un territorio y de qué manera se puede conservar a través de aliados. Las características y exigencias de cada uno, que determinan las medidas a tomar por el nuevo gobernante para garantizar su poderío. Aquí toca mucho la parte de las costumbres y de cómo puede instalarse en los lugares para estar siempre al pendiente de cualquier suceso en sus conquistas.
Para él los principados hereditarios son los más fáciles de conservar y los nuevos, los más fáciles de perder, aunque como él lo comenta no son totalmente nuevos por lo que los llama mixtos. Estos dos últimos se caracterizan por la forma de adquirirse y que puede ser: por medio de las armas propias y talento personal.
También comenta sobre las personas que pudiesen haber ayudado a la conquista, como el príncipe tiene que agradecerles ya que por un lado están todos los enemigos que se adquieren para llegar a la cima y por el otro lado se encuentran los amigos, a los cuales no puede satisfacer tal vez como ellos lo esperaban.
Ahí también revela algo muy cierto es más fácil retener a un Estado si las costumbres y el idioma son parecidas ya que es más fácil para ellos la convivencia. Si su entorno es lo menos alterado será más fácil para ellos aceptar y apreciar a su nuevo gobernante.
Aunque también cuando este no es el caso y todo es diferente en cuanto a costumbres y lengua, lo mejor que puede hacer el príncipe es vivir en ellos porque de esta manera ven nacer los desórdenes que nacen en ellos y es más sencillos para éstos ponerles una solución, ya que si se encuentra lejos de donde se encuentra el problema o el intento de rebelión cuando se entere o llegue a sus oídos puede que sea demasiado tarde como para poder solucionarlo fácilmente, en este caso lo más probable sería que lo perdería.
Respecto a los tipos de gobiernos, considera dos: los asistidos por siervos, donde el príncipe tiene mayor autoridad y le serán fieles si no los oprime, y el asistido por nobles, siempre fáciles de sobornar por su descontento; el consejo al gobernante es recordar que no puede cambiar a todos sus súbditos, pero sí puede cambiar o crear nuevos nobles.
Para gobernar plenamente a una ciudad o principado que antes de la conquista se regía por sus propias leyes, contempla tres reglas: primero, destruirlo; después, radicar en él; finalmente, regirlo por sus propias leyes, obligarlo a pagar tributo e integrar un gobierno con pocas personas de entre sus mismos ciudadanos. El gobernante que menos confía en la suerte conserva mejor su conquista. Imponer nuevas leyes es difícil y peligroso, por lo que debe hacerse con habilidad. Es fácil convencer al pueblo de algo, pero difícil mantenerlo en la convicción. El príncipe nuevo debe deshacerse de enemigos, conquistar amigos, hacerse amar o temer de los súbditos, hacerse respetar y obedecer por sus ejércitos, disolver milicias infieles, reemplazar antiguas leyes y conservar la amistad de los poderosos. Para conservar el poder, los actos criminales deben ejecutarse de una sola vez para evitar intranquilidad y desconfianza.
Comenta que para un príncipe los damnificados o mejor conocidos en nuestro tiempo como los pobres, jamás pueden significar peligro ya que andan dispersos y preocupándose por cosas que van más allegadas a su nivel social de vida. Estas colonias suelen ser más fieles y no crean ningún peligro para ellos ya que es más sencillo conquistarlos o eliminarlos, y en todo caso no buscarían venganza.
Las fuerzas de todos los principados se miden en base: si un príncipe posee un Estado
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