El Ser, Un Interrogante Del Ser.

¿Quién eres? De este modo tan simple, con una pregunta que aparentemente no representa mayor complejidad, comienza el camino hacia el conocimiento del ser, lo que es y lo que encierra en sí mismo y para los demás.

Esta fue la primera pregunta que encontró Sofía en su buzón, sin mayores pistas, sin más palabras, sólo esas dos, que le llevaron a replantearse una cantidad de ideas y a ir en busca de otras, para descubrir su identidad y poder darle respuesta a tan difícil interrogante.

Sofía es el ejemplo perfecto del ser, en su esplendor, ese ser que se encuentra en la continua búsqueda de su origen y de lo que quiere llegar a ser y para lo que ha decidido crear miles de posibles respuestas, unas mayormente aceptadas que otras, pero que confluyen en una validez que le da el hombre en cuanto a su experiencia y cosmovisión, es decir, su manera personal de ver el mundo.

Es así pues, como el ser humano ha intentado dar respuesta, como se dijo, a los interrogantes que parecen simples pero realmente no lo son y que él mismo se ha planteado en su afán de comprender el mundo, con diferentes teorías, hipótesis, visiones y convicciones que ha creado cuando nada de lo existente lo convence, cuando ya no hay nada en que creer, es cuando surge la denominada filosofía, la ciencia que al no querer depender de nada, intenta responder por sí misma las preguntas más complejas del hombre: ¿Qué soy? Y ¿Qué es el mundo?

La filosofía es para muchos una de las ciencias más complejas, por no decir la más compleja, dentro de las ciencias humanas, es por esto que se hace un tanto complicado su estudio y aún más, su comprensión; de allí que en la obra literaria “El mundo de Sofía”, su autor pretenda mostrar esta ciencia como algo menos complejo y de mayor interacción con el ser humano.

Dentro del texto se realiza un recuento de todos los filósofos y autores que han intentado dar respuesta a los interrogantes antes mencionados y en torno a los cuales gira precisamente el pensamiento del hombre.

Comienza entonces el camino haciendo alusión a la simpleza de la filosofía, comparándola con la sorpresa y capacidad de asombro de un niño, argumentando que lo común daña la imaginación, y en cambio, cuando un pequeño al asombrarse y preguntar el porqué de las cosas, está filosofando, recreando en su mundo y de una manera sencilla, lo que para los adultos encierra la complejidad de las cosas.

...