IGUALDAD DE OPORTUNIDADES PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

La igualdad no debe entenderse desde una óptica de uniformidad, sino de respeto a las diferencias. Es decir, una igualdad que se basa en la búsqueda de puntos en común, de áreas de coincidencia y que construye a partir de los mismos. Por lo tanto, un sentido de igualdad que entiende y acepta las diferencias en calidad de aportes y no como fuentes de antagonismo ni, mucho menos, de segregación.

Las personas con discapacidad tienen las mismas necesidades que el resto de las personas “normales”, excepto que ellos tienen una discapacidad que les impide realizar su vida con un poco más de normalidad.

Las personas con discapacidad no requieren, más que compasión, comprensión; requieren de las oportunidades y el apoyo para poder hacer realidad su integración social, ya que, cuando un niño o una persona con discapacidad sale del núcleo familia, no todas las puertas de la sociedad están abiertas de par en par, son rechazados por parte de la sociedad argumentando que ellos no son personas normales y que requieren un trato especial, y que por lo tanto no pueden realizar las mismas actividades o funciones que el resto de las personas.

La actitud social hacia la persona con discapacidad ha sido predominantemente sobreprotectora y, en consecuencia, cargada de infravaloración, con poco o ningún reconocimiento a sus potencialidades y a sus valores humanos. Con este afán de sobreproteger a las personas con discapacidad se han organizado campañas, actividades y servicios que, sin proponérselo, dañan su imagen e integridad personal. Por mucho tiempo ha prevalecido una interpretación errónea acerca de la discapacidad, la cual le atribuye a la persona con discapacidad el ser la causa del "problema".

En pleno siglo XXI se margina y se excluye a la persona con discapacidad de participar activamente en diversos procesos de la sociedad, lo que en última instancia impide el pleno ejercicio de sus derechos.

Las personas con discapacidad quieren disfrutar de cualquier espacio público o privado que brinda un servicio; como ciudadanos no piden un trato preferencial, sino que se respeten sus derechos y se den las condiciones necesarias para llevar una vida completamente independiente. Si esto no se cumpliera, estaríamos ante un acto discriminatorio, que es penado por la ley.

Pero lamentablemente esto no se cumple y las personas con discapacidad son rechazadas por la sociedad, no tomando en cuenta que son personas como todos nosotros, y sin embargo no pasa nada. Nos podemos dar cuenta que no son incluidos a la sociedad, ya que, ni siquiera se les permite o permitía tener una educación como el resto de la sociedad, y por lo tanto mucho menos un trabajo.

La sociedad tiene una idea equivocada, ya que, dice que ellos son quienes se deben e integrar a una sociedad y esto es un error porque la sociedad es quien se debe de integrar a ellos.

Nuestro medio es inadecuado para que

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