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La Utopía Cardenista


Enviado por   •  16 de Mayo de 2019  •  Resumen  •  927 Palabras (4 Páginas)  •  98 Visitas

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La utopía Cardenista:

La preocupación del Gobierno Cardenista giró en torno al desarrollo económico del país. Sin embargo, a raíz de los acontecimientos políticos y económicos a nivel nacional y mundial, Cárdenas llegó a considerar que estaba en la posibilidad de optar entre dos alternativas para ese desarrollo: imitar la estrategia del capitalismo (seguido por las sociedades industrializadas) o intentar un camino diferente que combinara el crecimiento de la producción con el desarrollo de una comunidad más integrada y justa. La utopía cardenista consistía en tratar de ir más allá del keynesianismo y el fascismo sin desembocar en el modelo soviético.

Entre el 35 y el 40, el PBI creció un 27% (con variaciones notables en el periodo: crecimiento constante del 35 al 37 y un casi estancamiento del 38 al 40). El deterioro repentino de la economía en el 40 fue resultado de la crisis petrolera.

El gobierno de Cárdenas llevó la reforma agraria muy lejos, pero la destrucción de la hacienda tuvo un efecto económico negativo inmediato y la producción agrícola prácticamente se estancó en el 37. Para el 40 había caído a los años de cinco años atrás.

El valor de la producción manufacturera en el sexenio creció en 53%, más del doble de la economía total de México. El país asistió a un principio de sustitución de importaciones a la vez que al uso intensivo de la capacidad instalada. Otro sector de crecimiento notable fue el propio gobierno, que aumentó su gasto en un 100%. Entre el 34 y el 40, el Estado asumió nuevas funciones y ahondó las que ya tenía: se convirtió en un Estado activo, involucrado directamente en la producción y creación de infraestructura

El bienestar invisible:

Las cifras muestran claramente que durante el sexenio cardenista hubo una baja en el valor de la producción agrícola negativamente asociado al reparto agrario.

El fenómeno era previsible y natural. Por un lado, el ejidatario siempre contó con un financiamiento menor que el propietario privado. Hubo también un cambio en la naturaleza de los cultivos: al quedar tierras en manos de los ejidatarios, las tierras se destinaron al autoconsumo y salieron del mercado. Por ello, la baja en el valor de la producción no necesariamente significó un empeoramiento de la situación del campesino. Por el contrario, probablemente el consumo de alimentos aumentó en las zonas rurales sin que lo registrara la economía monetaria.

Si bien los ejidos contaron con muy pocos insumos (capital, fertilizantes) no hay duda de que usaron más intensamente lo que tenían a mano: tierra y trabajo, lo cual ayudó a un empleo más racional de estos medios de producción e hizo descender el desempleo rural. El aumento del autoconsumo t la baja en la producción de ciertos bienes agrícolas provocaron un alza en los precios de los alimentos y el malestar consecuente en las zonas urbanas, pero permitió una transferencia real de ingresos al sector industrial y de servicios agropecuarios. La reforma

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