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Mitos Politicos


Enviado por   •  14 de Enero de 2013  •  15.936 Palabras (64 Páginas)  •  544 Visitas

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Titulo: Mitos y símbolos políticos Autor: Manuel García Pelayo Edición: 1964 Lugar de Edición: Madrid Editorial: Taurus Ediciones, S.A Número de Páginas: 218

El libro Mitos y símbolos políticos de García Pelayo intenta mostrar el vinculo que existe entre los distintos símbolos y la sociedad a través de la historia, abordándolo desde perspectivas de manipulación social hasta maneras de crear lazos entre distintos actores, en este libro intenta abordar distintas manifestaciones del símbolo primero desde una versión mítica de este, teniendo en cuenta la serie de formas que alcanza el mito en el ideario social, desde su primeras manifestaciones de índole religiosa hasta las versiones mas modernas relacionadas al mito político. Posteriormente el autor a través de un modelo de sociedad, vinculado a Roma, intenta explicar las diferentes interpretaciones que derivan del originario de la ciudad romana clásica, posteriormente García Pelayo intenta abordar el tema del simbolismo asociado al lenguaje y los lugares que están cargados de significación en el inconsciente social para finalizar con un análisis del símbolo como hecho concreto en la sociedad, vale decir, él como este se integra, manifiesta y se produce en la sociedad. En primer lugar encontramos el capitulo: “El reino feliz de los tiempos”, que nos adentra al mito como símbolo primigenio de las civilizaciones, donde el autor nos explica que para ciertas culturas el mito y la forma social son dimensiones inseparables de una misma realidad. Nos expone el caso del mito del reino feliz de los tiempos ese que concibe a un reino final, donde regirá la paz, habrá prosperidad económica, la angustia desaparecerá de los corazones, lo que responderá a un orden coincidente con el hombre donde este último se sentirá feliz. Este concepción está muy ligada al mito de la edad de oro y la espera de su retorno, además de las perspectivas religiosas que abordan esta interpretación como aquel reino de salvación ultima, ambas perspectivas encasilladas dentro de la perspectiva histórica del progreso. La primera forma del mito que nos muestra es la del Cakravartin o “el que gira la rueda”, mito propio de la India, que habla de una especie de rey que conducirá a los pueblos a través de su fuerza, pues es el único capaz de guiarlos hacia la calma, ya que el da movimiento a la rueda, tomándolo en el sentido del destino de los hombres y la necesidad de un guía. Este mito tiene significancia en cuanto su posterior trascendencia en el fenómeno del budismo, asociando a Buda a este encargado de girar la rueda, quedando marcado este símbolo mítico en el inconsciente social. Luego asume este análisis a partir del zoroastrismo y su vinculación al mito de los últimos tiempos, ligados a la paz y la total armonía final que tiene un paralelo en la religión judaica, el mito del último tiempo apocalíptico que dará paso a la paz “donde el lobo y el cordero serán apacentados juntos y el león comerá paja como el buey”, reflejo de esta calma final, este ultimo símbolo tiene significado en cuanto factor de cohesión aun en el pueblo judío, quienes esperan este reino final. A continuación el autor aborda el mito del reino último pero acercándolo a un modelo político, en este caso Roma, donde asocia esta prosperidad a la imagen imperial, que se encargara de conducir a los pueblos hacia la tan anhelada paz y justicia final, manifestada en objetos materiales como por ejemplo monedas, que traían inscripciones vinculadas a este ideal, por ejemplo, “tiempos de felicidad”, “viene el esperado” o “trae la luz eterna”, mensajes ligados a la imagen del imperio e incluso se postula al mismo imperio como la realización presente de este ideal, por ejemplo, Halicarnaso quien lo define de la siguiente forma: “ hay paz en la tierra y en el mar, las ciudades florecen en la obediencia a la ley y en la concordia y prosperidad; hay culminación y abundancia de todos los bienes, de radiantes esperanzas para el futuro y de alegrías para el presente”, quien le da vida al mito en aquel contexto. Luego el autor menciona al milenarismo, asociado a un tiempo concreto, que será el reflejo de los últimos tiempos, vinculado al Apocalipsis de San Juan y esta idea de los mil años, no en un sentido aritmético, que serán tiempos de inestabilidad que darán paso a la tan anhelada paz, algunos hombres asociaran la caída de Roma a este fenómeno, este fenómeno trasciende en cuanto su importancia para la serie de revueltas sociales y reformas que se dieron en la edad media, la cercanía del año mil y el descontrol de la sociedad. Otro mito que nace en Roma y que continúa en la sociedad hasta el S.XVI es la idea de un último emperador, encargado de rescatar los símbolos cristianos desde Jerusalén, que por ejemplo, será base del sacro imperio romano germánico, quien asociara al emperador Federico con esta imagen. El siguiente paso en este análisis de los mitos es la utopía, naciente en la sociedad moderna, que presume un ideal de tiempos mejores, de un reino ultimo, que a diferencia del mito se concibe desde el propio pensamiento como un ideal a alcanzar, por el cual se originaran luchas por tratar de concebirlo, lo más llamativo es que estas utopías si bien eran conocidas en cierto sentido por el total de la sociedad, no eran entendidas de la misma forma por toda ella, por ejemplo las masas populares sabían muy poco y de modo muy vago , confuso y, a la vez, simplificado, pero creían en un conjunto de imágenes derivadas de ellas y en una fuerza histórica que engendraría una nueva sociedad, es de esta forma que la utopía se concibe como algo impuesto por un grupo hacia el total de la sociedad. El principal motivo en esta nueva forma simbólica es el progreso en sí mismo, no como producto de un constante vaivén entre edad prospera y decadencia, sino más bien como un constante avanza hacia algo mejor, donde se transita hacia un tiempo mejor, el cual es construido por la misma sociedad, sin embargo, este choca con el concepto de revolución, que si bien no interrumpe el progreso, le da una nueva orientación, asociado a una especie de ajuste de cuentas entre la justicia y la injusticia, entendiendo la utopía desde una nueva perspectiva, aunque el autor deja en claro, que también esta revolución significara un choque entre el bien y el mal, como se vería por ejemplo en teóricos como Marx, que concebirán a la revolución como la cancelación de todos los males, lo que no concibe el proyecto de una sociedad posterior como en los movimientos utópicos. Este ultimo universo simbólico seria la base de los proyectos políticos modernos, desde el marxismo hasta el nacional socialismo, que se originan en esta lucha renovada del mito del reino final. Un elemento que considera el autor en la aceptación del mito, es darle una interpretación científica a este, según este

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