PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS DE LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

PERSPECTIVAS LATINOAMERICANAS DE LA SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

Durante la época de 1910, cabe mencionar, que estaba en su esplendor la revolución mexicana, las estructuras de la nación marcan un cambio significativo en las directrices de la sociedad: la política, la cultura, la ideología, etc. y esto fue determinante en el sistema educativo, el cual deja atrás la enseñanza tradicional para adoptar modelos educativos más democráticos.

En este momento histórico, la Sociología de la Educación se sustenta en cuatro corrientes fundamentales:

1. El enfoque humanista de la educación

2. El análisis tecnocrático – economicista

3. La sociología funcionalista de la educación

4. El enfoque marxista

En el enfoque humanista de la educación destaca el sociólogo John Dewey quien refiere que “la educación humanista nos da elementos y valores que el hombre busca” y al mismo tiempo, se determina que la educación no es algo aislado sino implícito en y vinculado con los procesos económicos, políticos y sociales.

Aquí ven a la educación como principio y fin de todo lo humano, capaz de resolver por sí sola los problemas del atraso y convertirse en instrumento único del bienestar del hombre.

El fenómeno educativo aparece así desprovisto de relaciones con la realidad. Y se le asigna a la vez una exagerada valoración, pues se piensa que sin educación no hay desarrollo. Este enfoque no contempla la educación como proceso social.

Para la corriente tecnocrática – economicista la educación debía estar al servicio de la producción y la productividad; y formaba un profesionista considerado como “una inversión” (capital humano) el cual debía devolver al estado el monto del gasto invertido en él; así se intentó mostrar a la educación como crecimiento económico estudiando las relaciones entre analfabetas y alfabetizados como responsables del desarrollo o atraso de los países.

La sociología funcionalista pretendía:

1. Satisfacer las necesidades mínimas de una producción suficiente de la población.

2. Contar con un mínimo de apoyo y motivación por parte de los miembros, de modo que las tareas o roles requeridos puedan ser logrados.

3. Proveer elementos educativos institucionales para la producción de recursos culturales que permitan la solución de los dos primeros problemas.

El funcionalismo considera el automantenimiento como el problema fundamental de los sistemas sociales, y define la educación como la transmisión

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