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Principios de la doctrina social


Enviado por   •  14 de Julio de 2021  •  Resúmenes  •  4.534 Palabras (19 Páginas)  •  170 Visitas

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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TRUJILLO[pic 1]

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Docente:

José Hipólito purizaca serNaque

Curso:

Doctrina social          

Tema:

Principios de la doctrina social

Ciclo:

iii

integrantes:

         Encarnación Villanueva, Jaime

Carrera flores, jampier

         Escobedo Valverde, welker

Haro Sandoval Christoper

Velásquez naves, adelmar

Villanueva correa, Vanesa

INDICE

1.-PRESENTACION................................................................................................2

2.-INTRODUCCION...............................................................................................3

3. CONTENIDO……………………………………………………………………………….4

3.1.-PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA……………………..5

3.2.-LOS VALORES FUNDAMENTALES DE LA VIDA SOCIAL…………………….6

3.3.-LA FAMILIA, PRIMERA VIDA SOCIAL……………………………………………7

3.4.-EL TRABAJO HUMANO…………………………………………….………………..8

3.5.-EL ESTADO Y LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS…………………….………..9

3.6.-CONCLUSIONES ……………………………………..………………………………10

PRESENTACION

El informe  desarrolla el tema de la Doctrina Social de la Iglesia en tanto que enseñanza moral, ética, teológica y social elaborada a lo largo de varios siglos por la Iglesia católica, como respuesta histórica a los problemas sociales, culturales, económicos y políticos que ha vivido la humanidad; con el objetivo de promover la transformación de la realidad en una sociedad más justa, solidaria y fraterna, mediante el respeto a la dignidad de la persona humana, a los derechos y deberes humanos, y a los derechos de los pueblos, vistos desde el ámbito antropológico, filosófico, cultural, jurídico y fundamentalmente teológico.

INTRODUCCION

La Doctrina Social de la Iglesia se define como la enseñanza moral que en materia social, política, económica, familiar, cultural, realiza la Iglesia, expuesta en diversos escritos y pronunciamientos radiales por el Papa, organizaciones eclesiales y los Obispos. Es entonces, el conjunto de enseñanzas de la Iglesia Católica acerca de las realidades y de los problemas sociales, económicos, culturales y políticos, que afectan históricamente al hombre y a la comunidad humana a nivel nacional e internacional. « El Papa Juan Pablo II, en la Encíclica Solicitud o ReiSocialis, número 45 define la Doctrina Social como la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial». No es una ideología cristiana, sino una teología moral social cuyos fundamentos son el Evangelio mismo, el Magisterio de la Iglesia y la tradición apostólica.

La Fe, en interacción con la razón, busca aplicar a una sociedad siempre cambiante, el mensaje de Jesús con sus valores para que la sociedad refleje más fielmente el plan de Dios para la humanidad. Con la Doctrina Social, la Iglesia quiere ofrecer una contribución en la búsqueda de la verdad sobre el lugar que ocupa el hombre en el mundo y en la sociedad, escrutada por las civilizaciones y culturas en las que se expresa la sabiduría de la humanidad. Orientado a construir un orden social, político, económico, cultural y ecológico, justo y solidario para todo ser humano, en el que la comunidad nacional e internacional pueda desarrollase y vivir en paz. Así pues, la Doctrina Social de la Iglesia quiere fomentar un humanismo integral y solidario, fundamentado en el respeto a la dignidad de la persona, en el respeto a los derechos humanos y a los derechos de todos los pueblos.

3.-CONTENIDO:

3.1PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Los principios que fundamentan la Doctrina Social de la Iglesia están cimentados en el Evangelio, la tradición cristiana, la reflexión y elaboración filosófico - teológica, y el magisterio de la misma iglesia. Son principios éticos permanentes, no simples juicios históricos variables. Aunque la Doctrina Social de la Iglesia, evoluciona y se adapta a las condiciones cambiantes de los tiempos. Estos principios son: la Dignidad de la persona, la defensa de la vida humana, los Derechos Humanos, el Bien común, la lucha por la justicia, el Destino universal de los bienes, el trabajo, la propiedad privada, la Subsidiariedad, la Participación en la vida social, la Solidaridad, la opción preferencial por los pobres.

  1. El principio de la dignidad del hombre: Desde sus inicios, la doctrina social de la Iglesia afirma la inviolable dignidad de la persona humana, que es intrínseca al hombre por ser imagen de Dios. Como imagen de Dios la vida de todo ser humano es sagrada e inviolable, por lo que cada hombre tiene valor absoluto. La igualdad fundamental de los seres humanos ante Dios tiene como consecuencia la imposibilidad de justificar ninguna discriminación ante las leyes humanas. Por tanto, la persona debe ser defendida contra cualquier intento social que pretenda negarle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos.
  2. La defensa de la vida: La Iglesia en su Doctrina Social, promueve y llama a promover la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte. Para que todas las personas tengan vida digna. Por eso se opone y denuncia las estructuras de muerte al inicio de la vida (aborto, mortalidad infantil, desamparo de la mujer gestante, etc.); durante la vida (hambre, enfermedades, agresiones a la vida y a la salud, etc.); y imagen de Dios la vida de todo ser humano es sagrada e inviolable, por lo que cada hombre tiene valor absoluto. La igualdad fundamental de los seres humanos ante Dios tiene como consecuencia la imposibilidad de justificar ninguna discriminación ante las leyes humanas. Por tanto, la persona debe ser defendida contra cualquier intento social que pretenda negarle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos.
  3. La defensa de la vida: La Iglesia en su Doctrina Social, promueve y llama a promover la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte. Para que todas las personas tengan vida digna. Por eso se opone y denuncia las estructuras de muerte al inicio de la vida (aborto, mortalidad infantil, desamparo de la mujer gestante, etc.); durante la vida (hambre, enfermedades, agresiones a la vida y a la salud, etc.); y al final de la vida (eutanasia, abandono de los ancianos, etc.). El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia afirma que: «la Iglesia quiere ofrecer una contribución de verdad a la cuestión del lugar que ocupa el hombre en la naturaleza y en la sociedad, escrutada por las civilizaciones y culturas en las que se expresa la sabiduría de la humanidad» se está definiendo, perfectamente lo que se intenta llevar a cabo: un «humanismo integral y solidario».
  4. El principio de los derechos humanos: Los derechos humanos, suponen la expresión social de la dignidad humana, desde su concepción hasta su muerte natural. Puesto que “la eficacia operativa de la dignidad de la persona humana y su dimensión social, aparece claramente determinada en los derechos fundamentales del hombre”. La Doctrina Social de la Iglesia, considera que la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es uno de los esfuerzos más relevantes para responder eficazmente a las exigencias imprescindibles de la dignidad directamente de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por tanto, universales e inviolables, y no pueden renunciarse por ningún concepto.
  5. El principio del bien común: El bien común es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las personas, asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro pleno de la propia perfección y desarrollo integral. Por lo tanto, ha de ser el objetivo último que debe orientar toda acción social y política. Requiere la capacidad y la búsqueda constante del bien de los demás como si fuese el propio bien. Es un deber de todos los miembros de la comunidad humana nacional e internacional, según las capacidades de cada uno, reconociendo que la responsabilidad máxima compete al Estado, pues es la razón de ser de la comunidad política.
  6. La lucha por la justicia: Para la Doctrina Social de la Iglesia, la lucha por la justicia es una parte esencial de su misión evangelizadora, que a su vez se constituye en humanizadora. Con promoción de la justicia y del desarrollo, las relaciones entre los hombres y entre los pueblos, la paz se convierte en una realidad, fruto del compromiso de personas, estados e instituciones. Este derecho de trabajar por la justicia es al mismo tiempo un deber, porque la Iglesia no puede renunciar a su misión liberadora, que es inherente a todos los cristianos y a todo ser humano.
  7. El   Principio   del    destino    universal de los bienes: La Doctrina Social de la Iglesia afirma que Dios ha creado y ha entregado la tierra a todos los hombres, a todo el género humano para que, por medio de ella, se sustenten todos sus habitantes de la tierra, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno. Por tanto, todo hombre debe tener lo necesario para su vida digna y para su pleno desarrollo. Y nadie puede prescindir de los bienes que responden a sus necesidades primarias, pues éstos son absolutamente básicos para alimentarse, crecer, comunicarse y desarrollarse integralmente como persona. Éste es un derecho inherente a las personas que se desprende de su dignidad intrínseca y exige de la comunidad social y política el esfuerzo en garantizar el acceso de todo ser humano a esos bienes.
  8. El Principio de la Propiedad Privada: Para la Doctrina Social de la Iglesia, el bien común no consiste en abolir la propiedad privada, al contrario, supone incentivar el hecho de que todas las personas puedan disponer de ella, puesto que permite la autonomía persona, ya que supone un medio para el bienestar persona y no un fin en sí mismo. Por lo que la comunidad humana y los Estados han de promover el acceso de todos los seres humanos a ella. Este principio no busca por tanto eliminar la propiedad privada, pero si requiere que ésta se regule de forma que no se le dé la categoría de derecho absoluto, excluyendo a algunos o a muchos hombres de ella. Considerar la propiedad privada como derecho absoluto atentaría contra el reparto equitativo de los bienes y el desarrollo humano integral de las personas y de las comunidades.
  9. El principio del destino universal de los bienes: Según la Doctrina Social de la Iglesia, de acuerdo al plan de Dios, la creación entera y los bienes que en ella se encuentran corresponden en justicia a todos los seres humanos, y deben repartirse de manera equitativa. Este principio, en una sociedad marcada por las desigualdades crecientes, exige que se cuide especialmente de los pobres, de aquellos que se encuentren en situaciones de marginación y de todos aquellos cuyas condiciones de vida les impiden un crecimiento adecuado. Es decir, exige una opción preferencial por los pobres; es una opción que, sin excluir otras pobrezas, se refiere especialmente a los que padecen la pobreza socioeconómica. Catalogada como injusta e incompatible con la dignidad de la persona humana y que es consecuencia de las estructuras de pecado y del pecado personal de quienes sostienen el sistema; siendo, a la vez una grave ofensa a Dios y una desobediencia su plan de salvación. Denigrando de la condición humana de quienes viendo esa situación no hacen nada para cambiarla desde la fe, la política, la ética y la moral.
  10. La primacía del trabajo sobre los beneficios del capital: Mediante el trabajo el hombre se apropia del mundo y desarrolla su capacidad creadora, además le posibilita el legítimo consumo de los bienes producidos; por lo tanto, es intrínsecamente perverso explotar al trabajador en beneficio del capital. Los cristianos deben ponerse al frente de la defensa de los derechos de los trabajadores y de sus familias: salario justo, descanso, garantías sociales, seguridad social, empleo digno, derecho de asociación sindical, etc.
  11. El Principio de Subsidiariedad: Para la Doctrina Social de la Iglesia, la subsidiariedad supone que todas las sociedades de orden superior, con más desarrollo humano, científico y técnico, deben ponerse en una actitud de ayuda, apoyo, promoción y servicio hacia los grupos y las comunidades con menor desarrollo impidiendo que los individuos y grupos intermedios y minoritarios pierdan su legítima autonomía. Este principio afirma que no es lícito ni justo traspasar a la comunidad y quitar a los individuos y grupos minoritarios, la posibilidad de realizar con su propio esfuerzo e iniciativa en procesos y actividades tendientes a su promoción y desarrollo autónomo e integral. La auténtica subsidiaridad hará que la sociedad se consolide en democracia y participación, favoreciendo el accionar político y el ejercicio de la autoridad, así como la eficiencia social.
  12. El Principio de Participación Social: La participación social manifiesta la dignidad y libertad humana en el trabajo y en la vida pública, en orden a un auténtico ejercicio de la actividad política, que consiste en la búsqueda del bien común. Esta se constituye en una exigencia fundamental de la naturaleza del hombre, para cooperar a la realización del bien común, porque todos somos miembros activos de la vida socioeconómica, política y cultural. A través de la participación en la política, en la economía, en la cultura, el hombre recibe unos valores que son esenciales para su vida y a su vez puede modificarlos y hacerlos crecer. Por lo tanto, la participación social debe tender siempre a formar una comunidad humana que favorezca la convivencia y la participación de todos sus miembros, en donde la amplia gama de funciones y obligaciones pueda cumplirse en paz y corresponsabilidad.
  13. El Principio de Solidaridad: Para la Doctrina Social de la Iglesia, la solidaridad no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse en la búsqueda y promoción del bien común, es decir, por el bien de todos y cada uno de los miembros de la comunidad humana y para que las personas se sientan realmente responsables de todos, ejerciendo la justicia, la misericordia y el amor fraternos, tanto en el plano individual como colectivo, a nivel regional, nacional e internacional.

      La opción preferencial por los pobres: La Doctrina social de la Iglesia está orientada a defender los derechos de los “pobres”. La solidaridad con los pobres y de los pobres entre sí es la señal de la fidelidad de los cristianos y de toda la Iglesia al Evangelio de Jesús. Manifiesta que la opción o amor preferencial por los pobres implica acercarse a las inmensas muchedumbres de hambrientos, mendigos, sin techo, sin trabajo digno, sin cuidados médicos y, sobre todo, sin esperanza de un futuro mejor, para promoverlos, defenderlos y hacerlos sujetos de su propia historia.

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