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QUÉ HAY DE ELLOS


Enviado por   •  6 de Marzo de 2014  •  2.728 Palabras (11 Páginas)  •  214 Visitas

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¿QUÉ HAY DE ELLOS? ¿QUIÉN CON ELLOS?

La realidad de nuestro país es bastante cruel y hasta cierto punto desconcertante, como sociedad nos situamos en una clase social que depende principalmente de un factor económico.

Sectores de la sociedad desfavorecidos debido a los pocos ingresos y falta de oportunidades educativas y por ende laboral, niños y jóvenes que nacen y se desarrollan en este medio están carentes de recursos y expuestos al maltrato físico, psicológico y moral.

Es así como incluyo una experiencia en noviembre del año del año 2012, con jóvenes y niños que intervinieron de manera significativa en decisiones de mi persona y la perspectiva que tenía sobre ellos y su forma de vida.

Tomando como un punto importante la educación y la manera en que ésta puede ayudar a mejorar la calidad de vida, el formar parte de la sociedad de manera activa, asumiendo distintos roles y evitar la discriminación.

Marginalidad y pobreza no es un impedimento para brindar las mismas oportunidades a comunidades que habitan en asentamientos populares, se necesita gente comprometida y con formación para atenderlos, que crean en ellos y poder trabajar mediante proyectos, organizaciones, etc.

El trabajo no es fácil, pero no basta con que el gobierno o fundaciones les brinden apoyo, va más allá; tiempo, esfuerzo, dedicación, etc.

Es así en el sentido de hacer consciencia sobre la realidad que nos envuelve, de creer y enfrentarnos para abatir la discriminación, trabajar con la diversidad en base al respeto e inclusión de éstas personas.

Las clases sociales son una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos tienen características en común y que los relacionan, el surgimiento de éstas dependen de diversos factores; principalmente económicos, es una condición de vida.

Económicamente hablando, el origen está en las fuerzas productivas, a partir ello se derivan las oportunidades de acceso al campo laboral y el sueldo pagado acorde a las horas y el tipo de trabajo. Desgraciadamente hoy en día el trabajo y el esfuerzo no es valorado, por lo tanto los sueldos son bajos e incoherentes, demasiadas horas laborales sin recibir una paga justa por el mismo.

Llegamos a un punto importante, la situación económica de la persona o familia nos ubica en una clase, de manera consciente o inconsciente; Ana Arriba y Araceli Serrano (2002; 19) mencionan dos de ellas, “la clase alta (disposición de mayores ingresos) y la clase baja (cierto nivel de carencias y pocos ingresos)”.

El ser humano, perteneciente a una sociedad; debe tener condiciones de vida favorables que ayuden al progreso de la persona de manera integral, en diferentes ámbitos; un lugar donde vivir con los servicios elementales, alimentación, salud, educación, etc. Pero la realidad es otra y nos obliga a tener una condición de vida, en ocasiones no tan favorables ni ideal de nosotros mismos, de la cual tenemos que ir sobrellevando.

El mundo es tan cambiante y por ende nosotros mismos, ya antes mencionado en cuestión de la economía y las oportunidades de trabajo, con ello el sueldo y como resultado los recursos suficientes para poder vivir, que yo de acuerdo a la situación en la que nos encontramos lo llamaría poder “sobrevivir”; con la miseria de sueldos y tan elevados los costos de los recursos.

Procesos que ocurren de los cuales somos protagonistas, es así como Martha Schteingart y Orlando Sáenz (1991; 28) hablan de uno de ellos, que es “el proceso de urbanización en México que se ha acompañado de la formación de asentamientos no autorizados, localizados principalmente en la periferia de las grandes urbes”.

Terrenos marginados en donde habitan personas con bajos recursos, viviendas con limitado acceso a los servicios elementales como el agua y luz; Martha Schteingart y Sáenz Orlando hablan (1991; 28) sobre “una característica generalizada de los asentamientos populares es su bajo nivel de vida, derivado de la falta de empleo y lo escaso de sus ingresos”.

Uno de los principales motivos por lo que es fácil obtener una vivienda o un pedazo de terreno en dichos lugares es a la poca importancia que el gobierno dedica para el ordenamiento territorial, sin propuestas válidas o el ofrecimiento de soluciones para dicha población.

El resultado de dicha situación es la marginalidad, Rodrigo Parra en Adler, Larissa (1981; 16) nos dice que “algunos investigadores definen la marginalidad como un fenómeno trascultural propio de una etapa transitoria del desarrollo económico”.

Nuevamente se ve enmarcada la situación económica como un factor determinante que incide fuertemente, sin embargo la pobreza está muy relacionada; Larissa Adler (1981; 17) comenta: “me parece importante distinguir en principio, entre la categoría de marginalidad (definida estructuralmente por la ausencia de un rol económico articulado con el sistema de producción industrial) y la de pobreza que implica más bien una situación de escasos ingresos”.

Realidad en la que estamos inmersos y que es, el mayor problema social que tiene el mundo en la actualidad, pudiéndola describir desde mi persona, como la escasez de recursos para vivir con lo mínimo para el desarrollo humano, y no sólo refiriéndome a la cuestión económica; excluyendo a esta parte de la sociedad en la participación o adquisición de un rol económico, faltante de tener la oportunidad de acceso al sistema educativo y laboral.

Es por ello que quise tomar como ejemplo los asentamientos populares, antes ya mencionados; la mayoría son zonas marginadas y con limitado acceso a los servicios elementales. Quienes habitan en estos lugares, no se limita sólo a personas adultas, si no a niños de edad desde 0 años, que nacen y crecen ahí, adaptándose a las carencias y formas de vida de este lugar.

Son pocas oportunidades que estas personas tienen, ya sea educativa o laboral; trayendo consigo otras consecuencias (maltrato, discriminación, exclusión social, etc.). Hablemos entonces sobre la comunidad infantil y de jóvenes que habita en estas zonas y los motivos, diferentes a los económicos, por los que llegan a habitar en estos lugares.

Situaciones desconcertantes como las que hoy en día vive la niñez y jóvenes de México y otros países, alejados del derecho a tener un nivel adecuado de vida para su desarrollo físico y mental, moral y social; sufren de la pobreza, el hambre, violencia, abuso y discriminación.

Obligados a valerse por sí mismos, sin antes adquirir la madurez suficiente tanto física como emocional, una educación que los prepare para la vida; con el riesgo de caer en el consumo de drogas, prostitución o conductas inapropiadas.

En mi experiencia, el mes de noviembre del 2012,

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