REFORMA ENERGETICA

REFORMA ENRGETICA

La Reforma Energética planteada por el gobierno de Enrique Peña Nieto, propone un cambio en Petróleos Mexicanos (Pemex) a través de la modificación de los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución, ante las inversiones extranjeras que llegarían por medio de contratos de utilidad compartida, abriendo el sector energético y eléctrico, a la iniciativa privada.

Además, la propuesta busca establecer contratos de producción compartida en petróleo, los cuales serían administrados por reguladores gubernamentales y asociarse con particulares a través de los Contratos Integrales.

Desde que se hizo el planteamiento de esta reforma, las voces de los diversos sectores de la sociedad se han dejado escuchar, con argumentos tanto a favor como en contra.

La iniciativa tiene el respaldo unánime de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) y de sus bancadas en el Congreso de la Unión, pero tiene en contra a la gran mayoría de los partidos de izquierda del país (PRD, PT, Movimiento Ciudadano) y sus fracciones legislativas en el Congreso, porque consideran que esa reforma privatizará a Pemex y a todo el espectro petrolero, perdiendo la esencia de la nacionalización del petróleo realizada por el Presidente Lázaro Cárdenas en 1938.

La discusión del tema ha polarizado las opiniones en el país, y dado pie a un gran debate nacional que resalta los pros y contras de la Reforma Energética.

LA REFORMA DE PEÑA NIETO

La Reforma Energética presentada por el Presidente de la República ante el Congreso el pasado 12 de agosto, destaca que regresaría al espíritu de los cambios constitucionales que hizo el presidente Lázaro Cárdenas.

Los cambios pretenden que el artículo 27 de la Carta Magna sea retomado íntegro por el Senado tal como estaba en las épocas cardenistas, para reformar el sector energético. Así, el Estado podrá celebrar contratos de "utilidad compartida", sin perder el control de los energéticos.

De acuerdo a lo expuesto por el mandatario, estos son los cinco elementos que conforman los cambios previstos para Petróleos Mexicanos en la reforma energética:

1) Retomar palabra por palabra el texto del artículo 27 de la Constitución como en las épocas de Lázaro Cárdenas.

Esto, permitirá celebrar contratos de utilidad compartida y con ello "generar energía más barata para todas las familias mexicanas".

2) Un nuevo régimen fiscal para Pemex: en la iniciativa de reforma hacendaria que el Ejecutivo prevé entregar en los próximos meses habrá un nuevo régimen de contribuciones para la paraestatal.

Con ese nuevo régimen fiscal el Estado mexicano actuará "como dueño de la riqueza petrolera con visión de largo plazo y no como un recaudador".

3) Reestructura de Pemex. La paraestatal se reorganizará en dos subsidiaras. La primera, Exploración y Producción, estará enfocada a petróleo y gas; la segunda, se abocará a la "transformación industrial". Con esa reestructuración, dijo el Presidente, Pemex tendrá mayor autonomía de gestión.

4) Mejorar las condiciones de transparencia y rendición de cuentas: se adoptarán las mejores prácticas de transparencia sobre obras, contratos y actividades que realiza Pemex que permita a los mexicanos tener un adecuado informe sobre los gastos de la paraestatal.

5) Establecer reglas de contenido nacional en las compras y proyectos de infraestructura: Con ello se podrá utilizar el gran poder de compra de Pemex como "palanca de desarrollo de la nueva política industrial mexicana".

PROPUESTA DEL PRD

El Partido de la Revolución Democrática había estado en espera de la propuesta presidencial, para presentar su iniciativa.

Por ello el lunes 19 de agosto, con su líder moral a la cabeza, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hizo lo propio frente al Monumento a la Revolución en la capital del país.

Calificó de entrada a la iniciativa del Gobierno de privatizadora a los intereses de la nación; y considera falaz que se utilice la figura de Lázaro Cárdenas para impulsar esa reforma.

"Es una iniciativa antipatriótica, que va en contra de los intereses de los mexicanos y del país", señaló.

Asentó que en el artículo 28 constitucional quieren cambiar cosas en las que con ello podría Pemex ser vendido y privatizado.

El PRD considera que la reforma más grave es la que se pretende con el artículo 28; la intención de desplazar a Pemex por particulares.

La propuesta perredista incluye la modificación de 12 leyes secundarias y puntualiza que no se considera necesario realizar cambios constitucionales.

Con este proyecto también se impulsa la investigación científica en el tema energético.

La propuesta del PRD busca aprovechar recursos renovables para la generación de energía.

"Es indispensable una adecuada coordinación dentro del sector energético", dice.

En cuanto a la CFE, se busca que al igual que Pemex se convierta en una empresa con autonomía presupuestal.

Propone cambios a la composición del Consejo de Administración de Pemex; plantea sacar a los representantes sindicales y a la Secretaría de Hacienda.

Insiste en que los Contratos de utilidad compartida planteados por el gobierno son de despojo.

Por ello en la propuesta de reforma energética del Sol Azteca, subraya que la reforma de la Ley de Petróleos Mexicanos busca convertir a Pemex en una empresa pública con autonomía presupuestal y de gestión. Con ello buscan reducir la carga fiscal de Pemex y transformarla junto con la CFE.

También se pretende ampliar las facultades de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, y crear un fondo de excedentes petroleros.

"Incrementar la exploración y reposición de reservas con el mínimo del 100 por ciento de los volúmenes extraídos".

La propuesta del perredista busca otorgar de gestión y presupuestal a Pemex.

Entre las metas del proyecto también está el "desarrollar las cadenas petroleras de la industria petrolera, y aumentar la capacidad de refinación en 600 mil barriles diarios, que podrían estar disponibles en 2017".

Entre los objetivos de la propuesta es alargar lo más posible la existencia de las reservas.

LA VISION DEL PAN

La propuesta de reforma energética panista se concentra en la producción del petróleo y la electricidad en el país.

Considera la inversión de empresas privadas en exportación, exploración, producción, transportación y refinación de petróleo, así como en petroquímica, mediante esquemas de concesión.

Señala que aunque Pemex seguiría en manos del Estado, competiría

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